Los costes de la integraci¨®n de Espa?a a la UE
A ra¨ªz del aniversario de la integraci¨®n de Espa?a a la Uni¨®n Europea (UE) y a la eurozona, se han escrito muchos art¨ªculos y libros celebrando este hecho que ha tenido gran importancia para nuestro pa¨ªs y que, sin duda, nos ha aportado muchos beneficios. Uno de los m¨¢s importantes ha sido la existencia del euro, que ha sustituido a la peseta como la moneda del pa¨ªs dando un poder y estabilidad monetaria que la peseta nunca tuvo. Muchos otros ejemplos podr¨ªan mostrarse de los beneficios que ha significado para Espa?a su integraci¨®n econ¨®mica y monetaria en la UE.
Ahora bien, en este clima celebratorio no se reconoce que la manera como se hizo tal integraci¨®n ha tenido tambi¨¦n costes, resultado de la gran contenci¨®n del gasto p¨²blico durante el per¨ªodo que se consigui¨® tal integraci¨®n, causa de un enorme d¨¦ficit de tal gasto, el m¨¢s bajo de la Uni¨®n Europea de los Quince, UE-15, el grupo de pa¨ªses de la Uni¨®n que tienen un nivel de desarrollo econ¨®mico m¨¢s cercano al nuestro.
En 1993, a?o en que se iniciaron los pasos m¨¢s importantes para alcanzar la integraci¨®n monetaria de Espa?a en la UE, nuestro pa¨ªs ten¨ªa el gasto p¨²blico (como porcentaje del PIB) m¨¢s bajo de la UE-15. M¨¢s de trece a?os m¨¢s tarde, en el a?o 2006, Espa?a no s¨®lo continuaba siendo el pa¨ªs con el gasto p¨²blico (38,5% del PIB) m¨¢s bajo de la UE-15, sino que tal gasto p¨²blico como porcentaje del PIB era mucho m¨¢s bajo en 2005 que en el a?o 1993 (45%). Una situaci¨®n semejante aparece cuando analizamos el gasto p¨²blico por habitante. Espa?a no s¨®lo contin¨²a estando a la cola de gasto p¨²blico en la UE-15, sino que la diferencia de gasto p¨²blico por habitante entre Espa?a y el promedio de la UE fue mayor en el a?o 2005 que en el a?o 1993, y ello como consecuencia de que el crecimiento de los ingresos al Estado se destinaron primordialmente a equilibrar las cuentas del mismo y eliminar su d¨¦ficit presupuestario (hoy convertido en un super¨¢vit equivalente a un 1,8% del PIB) en lugar de reducir el gran d¨¦ficit de gasto p¨²blico que Espa?a tiene con la UE-15. De esta manera, la convergencia monetaria se consigui¨® a costa de una desconvergencia de gasto p¨²blico con la UE-15.
Las consecuencias de esta austeridad de gasto p¨²blico son muchas y se ven en la vida cotidiana de los espa?oles. Una de ellas es el enorme d¨¦ficit en las infraestructuras del Estado, que incluyen transportes y sistemas de comunicaci¨®n y energ¨ªa, entre otros, d¨¦ficit que estallan peri¨®dicamente a lo largo del territorio espa?ol, siendo el caso m¨¢s reciente el de Catalu?a, donde el nivel de insatisfacci¨®n de la ciudadan¨ªa est¨¢ alcanzando dimensiones preocupantes. Por desgracia, tal insatisfacci¨®n es canalizada con fines electoralistas por fuerzas pol¨ªticas que presentan tales insuficiencias como resultado de la mala distribuci¨®n de recursos que hace el Gobierno central entre las distintas comunidades aut¨®nomas. Se generan as¨ª tensiones interterritoriales (por desgracia, altamente rentables pol¨ªticamente en Espa?a) sin centrarse en la causa mayor de tales insuficiencias, que es el de la pobreza de recursos p¨²blicos. Espa?a, cuyo nivel de riqueza ha aumentado considerablemente durante el per¨ªodo de su integraci¨®n a la Uni¨®n Europea, no ha desarrollado la infraestructura f¨ªsica, humana y social que le corresponde por el desarrollo econ¨®mico que tiene. Espa?a, cuyo PIB per c¨¢pita es ya el 92% del PIB per c¨¢pita de la UE-15, tiene un gasto p¨²blico per c¨¢pita que es s¨®lo un 65% del promedio de la UE-15.
El otro cap¨ªtulo del gasto p¨²blico que muestra un gran retraso es el del gasto p¨²blico social, es decir, gasto en las transferencias p¨²blicas (como por ejemplo ayudas a las familias) y en los servicios p¨²blicos (tales como sanidad, educaci¨®n, vivienda, servicios de ayuda a personas con discapacidades, servicios sociales, servicios de prevenci¨®n de la exclusi¨®n social e integraci¨®n de la inmigraci¨®n), que juegan un papel fundamental en configurar la calidad de vida de la ciudadan¨ªa y en garantizar la cohesi¨®n social. En el a?o 1993, el gasto p¨²blico social por habitante era el m¨¢s bajo de la UE-15. A?os m¨¢s tarde, continuamos a la cola de la misma, con el agravante de que el crecimiento de tal gasto social por habitante en Espa?a tambi¨¦n ha sido menor que el crecimiento promedio de la UE-15; con lo cual, el d¨¦ficit de gasto p¨²blico social con el promedio de la UE ha aumentado, pasando de 2.109 euros por habitante en 1993 a 3.193 euros en el a?o 2004. (Ver V. Navarro (Dir.), La situaci¨®n social de Espa?a, volumen II, 2007).
Vemos, pues, que la convergencia monetaria se ha conseguido tambi¨¦n a costa de aumentar la desconvergencia social de Espa?a con la UE-15. El gasto p¨²blico social por habitante de Espa?a es casi la mitad del promedio de la UE-15. Tal austeridad de gasto p¨²blico social aparece claramente en las deficiencias de los servicios p¨²blicos, causa de las frustraciones existentes tanto entre los usuarios como entre los profesionales y trabajadores de tales servicios. Ejemplos hay m¨²ltiples. En la sanidad p¨²blica espa?ola (cuyo gasto p¨²blico por habitante es s¨®lo el 66% del promedio de la UE-15, siendo de los m¨¢s bajos de tal comunidad), hemos visto huelgas de m¨¦dicos de la atenci¨®n primaria exigiendo tener al menos diez minutos de tiempo de visita como promedio (hoy, el promedio en Espa?a es de seis minutos). Por desgracia, los establishments pol¨ªticos y medi¨¢ticos no son, en general, conscientes de tales d¨¦ficit al utilizar en su gran mayor¨ªa los servicios sanitarios privados o recibir trato preferencial en los servicios p¨²blicos.
Pero la austeridad del gasto p¨²blico tiene tambi¨¦n un elevado coste econ¨®mico. La baja competitividad y baja productividad espa?ola se basa precisamente en la pobreza del gasto p¨²blico. La ¨²ltima encuesta de competitividad y desempe?o econ¨®mico, publicado en el Cambridge Journal of Economics (volumen 31, n¨²mero 1, 2007), muestra c¨®mo en Europa los pa¨ªses m¨¢s competitivos y eficientes econ¨®micamente son aquellos que, a trav¨¦s de un elevado gasto p¨²blico, ofrecen seguridad laboral y protecci¨®n social a la poblaci¨®n, facilitando la flexibilidad necesaria para responder a los retos de la integraci¨®n europea y la globalizaci¨®n. A no ser que se vaya convergiendo con el promedio de la UE-15 en gasto p¨²blico (lo cual no est¨¢ ocurriendo), no se corregir¨¢n los grandes d¨¦ficit que el pa¨ªs tiene en infraestructuras f¨ªsicas, humanas y sociales.
Vicen? Navarro es catedr¨¢tico de Pol¨ªticas P¨²blicas de la Universitat Pompeu Fabra.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.