El Gobierno de Espa?a no es interino
Arrecia el discurso, por llamarlo de modo piadoso, seg¨²n el cual todo cuanto haga el Gobierno leg¨ªtimo de Espa?a de aqu¨ª a las pr¨®ximas elecciones generales es mero electoralismo, mercadeo persa, chalaneo, venta de Espa?a en inter¨¦s propio. Emerge as¨ª el ¨²ltimo mal de la patria: resulta que, a seis meses de unas elecciones generales, un Gobierno lo mejor que puede hacer es irse, disolverse, no actuar, no hacer nada; en definitiva, no gobernar. Semejante estupidez no se ha dicho tan claramente, pero se ha entredicho, sugerido, dejado entender y, lo que es peor, pensado por sectores representativos del Partido Popular, los que dan por concluida la legislatura desde hace ya, al menos, un a?o.
Se entiende el af¨¢n, las prisas de Rajoy por concurrir a unas elecciones cuanto menos complejas para ¨¦l. Ahora Rajoy anuncia moderaci¨®n -bienvenida sea- y pactos de Estado con el Partido Socialista en el caso de que el PP sea Gobierno. Magn¨ªfico, pero, claro, eso supondr¨ªa dos cosas: la primera, que el actual PP ganara las elecciones; la segunda, que la supuesta oposici¨®n del Partido Socialista no se pareciera en nada a la que ha realizado el PP del se?or Rajoy en esta legislatura. Ya saben: Espa?a se rompe, el Gobierno se lanza en brazos de ETA, Navarra se diluye, la patria es un sal¨®n de baile, y el ¨²ltimo que apague la luz.
Lo ¨²ltimo del PP es esto: los presupuestos para el a?o 2008 no son tales, sino mero simulacro de compraventa de voluntades pol¨ªticas con el dinero de todos los espa?oles. Es decir, lo mejor que podr¨ªa haber hecho el leg¨ªtimo Gobierno de Espa?a es no presentar ya ning¨²n presupuesto. Ning¨²n nuevo proyecto de ley, ninguna nueva medida social, ning¨²n debate sobre el super¨¢vit del Estado, ninguna iniciativa parlamentaria. Consiguientemente, se podr¨ªa exigir a la vez, por qu¨¦ no, que se cierren las C¨¢maras hasta la convocatoria de las elecciones y despu¨¦s, pues, eso, ya veremos.
Si esto ocurriera en Francia, Inglaterra, Alemania o Italia, nadie lo entender¨ªa. En realidad, en ninguno de esos pa¨ªses nadie hubiera osado plantearlo, ni abierta ni veladamente, porque nuestros socios en la Uni¨®n Europea y sus ciudadan¨ªas hacen justamente lo contrario. Lo l¨®gico, lo que hay que hacer en democracia y lo que hay que exigirle al Gobierno desde la oposici¨®n mayoritaria es que gobierne hasta el ¨²ltimo minuto de la legislatura y, por supuesto, que apruebe unos buenos presupuestos para el a?o pr¨®ximo, por muy compleja que pueda ser su negociaci¨®n parlamentaria. Esto es lo razonable y lo mejor para Espa?a: tener aprobados unos presupuestos solventes, antes que una pr¨®rroga de los actuales; que se tramiten hasta el ¨²ltimo minuto de la legislatura todo tipo de iniciativas parlamentarias, y no s¨®lo por parte del grupo del Gobierno, sino de todos y cada uno de los restantes grupos de la C¨¢mara; que contin¨²e la actividad normal de los representantes de la ciudadan¨ªa hasta que el presidente del Gobierno firme el decreto de disoluci¨®n de las C¨¢maras y convoque elecciones generales.
Pero, claro, estamos en Espa?a, y nuestros viciados y escasamente democr¨¢ticos h¨¢bitos hacen el resto. ?Para qu¨¦ queremos que siga gobernando el Gobierno leg¨ªtimo de Espa?a si lo que deseamos es que se vaya cuanto antes? ?ste es el "s¨®lido razonamiento" que subyace en semejante campa?a de desprestigio de la acci¨®n del Ejecutivo cuando a ¨¦sta se la tacha, por el simple hecho de existir, de electoralista.
Al ser todo electoralista, y por lo tanto prescindible, anticipemos ya las elecciones y dej¨¦monos de literatura legislativa. Ser¨¢ por tan absurdo argumento por lo que se pretende rebajar la tensi¨®n de las C¨¢maras, aunque no la desmesura en las variopintas acusaciones a cuantas acciones realice el Gobierno.
Y no es que las acciones del Gobierno no sean criticables por la oposici¨®n parlamentaria, faltar¨ªa m¨¢s; lo enfermizo es que sean rechazadas ¨²nicamente porque se presentan en tiempo preelectoral. El PP, de hecho, ni tan siquiera ha sido capaz de felicitar al ministro del Interior, el se?or Rubalcaba, y con ¨¦l a todo el Gobierno por el continuo y eficaz ¨¦xito policial en la lucha contra ETA. Y esto en unos momentos extremadamente delicados, cuando la banda terrorista dio por finalizada la tregua y expuso, de nuevo, a todos los espa?oles a su barbarie.
Estoy convencido de que, por el contrario, los ciudadanos espa?oles esperan, con raz¨®n, que su Gobierno gobierne y act¨²e hasta el ¨²ltimo minuto de la legislatura; que los grupos parlamentarios sigan funcionando y presentando cuantas iniciativas estimen oportunas, incluido el grupo que sustenta al Gobierno, y colaborando todos en extender m¨¢s y mejor un clima de civismo y respeto democr¨¢tico al que los espa?oles tienen derecho.
El debate sobre el super¨¢vit es un debate europeo y americano importante. Deber¨ªa producirse en Espa?a con rigor y no con descalificaciones chuscas. ?C¨®mo lo invertimos, a qu¨¦ lo destinamos? ?Puede emplearse, aunque sea parcialmente, en pol¨ªticas sociales? ?Podemos mejorar el Estado de bienestar cuando la econom¨ªa funciona razonablemente bien? ?sta es hoy una cuesti¨®n pol¨ªtica de primera magnitud y el debate presupuestario deber¨ªa abordarla desde la sensatez, la cordura, la mesura, la inteligencia y la elegancia parlamentarias.
Desgraciadamente, no parece que las cosas se planteen as¨ª por parte del principal partido de la oposici¨®n, que nada entre la teor¨ªa de la cat¨¢strofe y la demagogia del milagro. Todo con tal de evitar debatir econ¨®mica, presupuestaria y pol¨ªticamente con altura y seriedad las cuentas p¨²blicas del ¨²ltimo presupuesto de la octava legislatura de la democracia. Los espa?oles lo saben, y es seguro que lo valorar¨¢n en su momento. Pero de momento, aqu¨ª no hay Gobierno interino ni C¨¢maras en desuso.
Joaqu¨ªn Calomarde es diputado al Congreso por Valencia, adscrito al Grupo Mixto.
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