Tras el empleado que se llev¨® uranio
La aparici¨®n de otro elemento radiactivo en las pastillas da pistas sobre el autor del robo
Jos¨¦ Emeterio Guti¨¦rrez, director de combustible de la planta de Enusa en Juzbado, Salamanca, pasea entre las pastillas de uranio. "Estas son", se?ala una caja con decenas, miles de ellas. Y con un guante coge una: "Este material es muy poco radiactivo y muy estable". Las pastillas miden poco menos de dos cent¨ªmetros de alto y uno de di¨¢metro. Contienen uranio importado y enriquecido al 4,5%. Este mineral, despu¨¦s de 17 horas en un horno que alcanza 1.700 grados, adquiere un color mate. Las pastillas ser¨¢n apiladas en varillas y luego transportadas a las centrales nucleares, donde cada una de ellas produce tanta electricidad como la que consume una familia en un a?o, seg¨²n Enusa.
En la f¨¢brica todo son c¨¢maras y controles. Para entrar hay que llevar un dos¨ªmetro, pasar arcos de detecci¨®n de radiaci¨®n y apoyar la tarjeta personal en varios tornos. Los trabajadores llevan bata blanca, guantes y gorro. Una doble valla separa el complejo del encinar propio de Salamanca y a 50 metros otra valla separa la f¨¢brica del exterior. Y, sin embargo, hay fallos.
El mi¨¦rcoles pasado apareci¨® un bote blanco de pl¨¢stico semitransparente bajo una encina, fuera de la valla controlada, cerca de la verja del exterior. El bote -del tama?o de un Actimel- estaba perfectamente cerrado y conten¨ªa unos 300 gramos de pastillas de uranio. "Los p¨®rticos funcionan y deben detectar la radiaci¨®n", insiste Guti¨¦rrez. Los investigadores est¨¢n convencidos de que el material lo ha sacado alguien de dentro. Ayer por la tarde, los agentes de la Guardia Civil de paisano paraban a los trabajadores que sal¨ªan de su turno. A¨²n dentro de la planta los agentes los fueron interrogando.
El proceso est¨¢ controlado y se sabe qui¨¦n manipul¨® cada lote. Los investigadores han encargado an¨¢lisis de las pastillas para averiguar a qu¨¦ lote pertenecen. De momento han obtenido un dato que puede ser clave: la presencia de gadolinio, un material que se usa como protector de neutrones, para que las barras de combustible tengan menos poder energ¨¦tico.
Estrechar el cerco
Menos del 20% de las 300 toneladas que la empresa procesa al a?o tienen ese elemento, lo que estrecha el cerco. En la planta hay quien habla de sabotaje. La empresa no sabe d¨®nde pudo estar el fallo de seguridad. Algunas fuentes apuntan que s¨®lo es posible sacar las pastillas dentro de un cami¨®n con combustible nuclear, como los que dos veces al mes salen de la planta, o a trav¨¦s de las puertas de carga y descarga, de las que pocos empleados tienen llave.
Para descartar robos anteriores, la empresa comenz¨® el mi¨¦rcoles un inventario y ayer comunic¨® a Industria que no hay p¨¦rdidas. Seg¨²n Guti¨¦rrez, al tener que pesar todo el material puede haber peque?as diferencias entre lo que existe realmente y la cantidad inventariada, y que seg¨²n lo encontrado "todo se encuentra dentro de esos m¨¢rgenes establecidos". Enusa, una empresa p¨²blica, considera que no tiene que notificarlo a Euratom ni a la OIEA (Organizaci¨®n Internacional de Energ¨ªa At¨®mica), porque del material s¨®lo 13,5 gramos son Uranio 235 y tienen que extraviarse 100 gramos para que sea obligatorio hacerlo.
Sin riesgo
El director de Protecci¨®n Radiol¨®gica del CSN, Juan Carlos Lentijo, afirm¨® que "no ha habido ning¨²n riesgo" ya que las pastillas son muy estables. Adem¨¢s, detall¨® que no sirven para fabricar una bomba nuclear (con uranio enriquecido al 90% y no al 4%) y tampoco para fabricar una bomba sucia -una bomba convencional con material radiactivo para esparcir la radiaci¨®n-. El CSN ha calificado el suceso de nivel 1, ha expedientado a la empresa y espera que la Guardia Civil acabe la investigaci¨®n.
Lo bueno de los elementos radiactivos es que dejan huella. Las 70 pastillas de uranio 235 enriquecido al 4,5% que aparecieron en el campo de la planta de Enusa en Salamanca tienen su huella. La presencia de gadolinio detectada por los an¨¢lisis, un elemento que se usa poco (en menos del 20% de las pastillas) tambi¨¦n puede impulsar la investigaci¨®n. Si s¨®lo 50 de los 300 empleados de la planta tienen acceso al uranio, menos a¨²n al gadolinio.
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