Otro Madrid de pretemporada
El equipo de Schuster, que volvi¨® a experimentar, deja una huella inquietante ante un Lazio que empat¨® con muy poco
Inconsistente y sin una pauta fija, el Madrid dej¨® otra huella inquietante. Esta vez en Roma, ante un contrario sin pujanza que le birl¨® la victoria por sus propios desprop¨®sitos. Al equipo de Schuster le falta esqueleto y es un tiro al aire, por mucho que a¨²n haya esquivado la derrota en lo que va de temporada. No le falta pegada, sino juego, por lo que concede demasiadas oportunidades, lo mismo da el pelaje de su rival. Schuster a¨²n no ha dado con la tecla y el equipo es capaz de sufrir numerosas mutaciones en un partido. Se achica y se estira de mala manera. Algunas de sus estrellas han perdido peso, caso de Sneijder en los ¨²ltimos encuentros, y otras a¨²n est¨¢n fuera de onda, como Robben. Las rotaciones tampoco consolidan al equipo, que parece de pretemporada, empe?ado Schuster en experimentar en cada partido.
LAZIO 2 - REAL MADRID 2
Lazio: Ballotta; Behrami (Scaloni, m. 66), Stendardo, Cribari, Zauri; Mudingayi, Ledesma, Mauri (Del Nero, m. 77), Mutarelli; Pandev y Rocchi (Makinwa, m. 66). No utilizados: Muslera; Kolarov, Meghni y Manfredini.
Real Madrid: Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Heinze, Marcelo; Diarra, Guti; Sneijder (Drenthe, m. 87), Robben (Higua¨ªn, m. 77); Ra¨²l (Saviola, m. 82) y Van Nistelrooy. No utilizados: Dudek; Salgado, Baptista y Gago.
Goles: 0-1. M. 8. Van Nistelrooy, a saque de falta de Sneijder. 1-1. M. 32. Pandev, tras un pase de cabeza de Stendardo. 1-2. M. 61. Ra¨²l roba y pasa a Van Nistelrooy, que bate a Ballotta en el mano a mano. 2-2. M. 75. Pandev, desde fuera del ¨¢rea.
?rbitro: De Bleeckere (B¨¦l.). Amonest¨® a Heinze.
80.000 espectadores en el Ol¨ªmpico de Roma.
En Roma, retoc¨® de nuevo la alineaci¨®n. Y el sistema. Condicionado por la presencia de Robben, que est¨¢ lejos de su mejor versi¨®n, el alem¨¢n dej¨® toda la autov¨ªa derecha en pies de Sergio Ramos, el domingo central, anoche lateral de largo recorrido. Chato por una orilla y con Robben como ¨²nico extremo, Guti pag¨® el peaje. Lejos de centrar su posici¨®n, se vio obligado a situarse como interior por la derecha, en beneficio de Sneijder, al que Schuster prefiere a la izquierda. Cada vez es m¨¢s frecuente que haya entrenadores que se inclinen por los extremos a pierna cambiada, circunstancia nada habitual cuando se trata de los interiores, por mucho que Sneijder tenga soltura con su zurda. Sin m¨¢s auxilio que Ramos y con menos panor¨¢mica, Guti se evapor¨®, estuvo confuso y un despiste suyo deriv¨® en el empate de Pandev. Tampoco hubo pisadas de Sneijder, y Robben fracas¨® en su asalto con Behrami, que le dio la noche. Mientras llega el mejor Robben, no s¨®lo el medio campo paga la factura. Tambi¨¦n coarta a la delantera: en el Ol¨ªmpico, Van Nistelrooy y, sobre todo Ra¨²l, tuvieron que anclarse en la derecha con demasiada regularidad. Una p¨¦sima noticia para ambos. A Schuster le queda tajo. Con tantos cambios, unos voluntarios y otros obligados, el equipo est¨¢ indefinido. A estas alturas de temporada y con buenos resultados, tiene margen de estudio.
Por fortuna para este Madrid sin enhebrar, el Lazio es un equipo mediocre, del que s¨®lo alerta su ADN italiano. Tiene tanto ¨¢nimo como falta de talento; tiene algunos jugadores del mont¨®n, caso de Pandev, Rocchi y Mauri, y otros de cuarta divisi¨®n, como el central Stendardo y otros cuantos. Tras a?os de dispendio, hoy es una sociedad descapitalizada, en la tesorer¨ªa y en el campo. Pese a todo, le bast¨® un arre¨®n al final del primer tiempo para amedrentar al Madrid, que se qued¨® sin discurso desde el afortunado gol inicial de Van Nistelrooy, al que le rebot¨® la pelota en la espinilla sin su consentimiento tras una serie de pifias de los laziales al intentar desviar una falta lateral.
Con ventaja en el marcador, al equipo de Schuster le sirvi¨® adelantar como nunca su defensa para evidenciar la inocencia del Lazio. Aspecto en el que mucho tuvo que ver Cannavaro, que por fin se muestra en plenitud con el Madrid. R¨¢pido y contundente, el central italiano alej¨® a todos de la cueva de Casillas, una se?al muy positiva para un equipo acostumbrado a escoltar a su excelente portero. Sin excesos, con juego insulso y un tanto almibarado, el conjunto espa?ol no se sinti¨® exigido hasta que baj¨® la guardia m¨¢s de la cuenta. Con su f¨²tbol ferroviario, el Lazio agobi¨® a Casillas durante cinco minutos hasta que Pandev sell¨® el primer empate. Segundos antes, Mutarelli y el propio Pandev estuvieron al borde del gol. El Lazio empat¨® con muy poco.
Pese a la advertencia, en nada mejor¨® el Madrid de la segunda parte, tan desajustado como el del primer acto. Lejos de exprimir la debilidad de su adversario, el cuadro de Schuster se agriet¨® y convirti¨® el encuentro en un duelo de ida y vuelta, desgobernado, lo que agradeci¨® el Lazio. Ni siquiera el segundo acierto de Van Nistelrooy, que super¨® de forma exquisita a Ballotta tras un gran pase de Ra¨²l, permiti¨® al Madrid bajar la persiana al partido frente a un rival de aire birrioso. A este Madrid le cuesta un mundo sujetar los encuentros y de nuevo Pandev le puso la cruz. La parroquia lazial festej¨® el empate como si hubiera alzado la Copa de Europa. Para el Madrid fue un azote. El equipo no se encuentra, a¨²n carece de un ideario concreto. No tiene perfil.
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