Ir¨¢n cierra la boca a Benetton
Pol¨ªticos 'ultras' imponen nuevas restricciones a las escasas tiendas de moda
Desde el pasado lunes, los maniqu¨ªes de las tiendas Benetton de Teher¨¢n se han quedado mudos. Los t¨ªpicos carteles verdes que los identifican como miembros de la familia United Colors han desaparecido de sus escaparates. Un grupo de diputados ultraconservadores iran¨ªes denunci¨® la v¨ªspera que la marca "promueve los valores occidentales" "es una mala influencia para las mujeres" y, adem¨¢s, no utiliza el farsi en sus letreros. En un pa¨ªs cuyos dirigentes se empe?an en determinar c¨®mo deben vestir sus ciudadanos, la advertencia revela algo m¨¢s que preocupaci¨®n por la moda.
La campa?a de moralidad parece estar originada en la divisi¨®n entre los sectores conservadores
De acuerdo con la prensa local, los cinco parlamentarios presentaron un escrito en el que piden al ministro del Interior, Mostafa Pur Mohammadi, que "evite la influencia del inversor sionista Benetton en la moda y el dise?o de ropa femenina". A lo que el presidente de la Asamblea, Gholam Ali Hadad Adel, a?adi¨® que adem¨¢s las tiendas de esa cadena "no utilizan letreros en farsi, sino en ingl¨¦s, lo que debe evitarse seg¨²n la ley".
La empresa, que no ha hecho ning¨²n comentario p¨²blico a esas cr¨ªticas, desembarc¨® en Ir¨¢n el pasado invierno en medio de un gran revuelo. La inauguraci¨®n de sus tiendas en Teher¨¢n (4), Mashad (2) y Yazd (1) se convirti¨® en un evento social. Era la primera cadena internacional que abr¨ªa franquicias en la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Otras marcas se han limitado a introducir sus productos en comercios ya establecidos. Hasta hace poco, las prendas de moda llegaban en las maletas de los propietarios de tiendas que viajaban a Dubai o Turqu¨ªa.
Las grandes firmas internacionales de ropa y complementos abandonaron Ir¨¢n a ra¨ªz de la revoluci¨®n isl¨¢mica de 1979. El nuevo r¨¦gimen ahuyent¨® a los inversores e impuso un estilo austero que convirti¨® cualquier objeto de moda en contrarrevolucionario. Las mujeres tuvieron que cubrirse las formas del cuerpo y el pelo con batas y pa?uelos oscuros. Al concluir la guerra con Irak, el cambio generacional que llev¨® a Mohamed Jatam¨ª a la presidencia volvi¨® a llenar las calles de color y esa peque?a innovaci¨®n se vivi¨® como un signo de una mayor apertura social.
La elecci¨®n del ultraconservador Mahmud Ahmadineyad hizo temer el fin del sue?o. Sin embargo, el propio presidente declar¨® que su Gobierno ten¨ªa "cosas m¨¢s importantes de que ocuparse" e inicialmente pareci¨® dejar tranquilos a los fashion victims iran¨ªes. Adem¨¢s, en los dos a?os transcurridos desde entonces, las tiendas de productos importados han proliferado al mismo ritmo que sub¨ªa el precio del petr¨®leo en los mercados internacionales. Los anuncios de Gucci, Louis Vuitton, Rolex o Choppard han eclipsado los murales revolucionarios y antiamericanos.
Todo el mundo asume que los importadores son personas bien situadas pol¨ªticamente. Benetton cont¨®, como denuncian ahora los diputados, con el apoyo del alcalde de Teher¨¢n, Mohamed Baqer Qalibaf. Este antiguo jefe de la polic¨ªa convertido en pol¨ªtico fue derrotado por Ahmadineyad en la primera vuelta electoral. Aunque se trata de un conservador, Qalibaf pertenece al sector pragm¨¢tico que derrot¨® a los partidarios del presidente en las municipales del pasado diciembre.
De ah¨ª que detr¨¢s de este repentino inter¨¦s de los diputados por la moda los analistas vean una lucha pol¨ªtica de m¨¢s calado. La divisi¨®n en el campo conservador parece estar detr¨¢s de la campa?a de moralidad que, a pesar de sus declaraciones iniciales, Ahmadineyad lanz¨® la pasada primavera y que se ha traducido en la detenci¨®n de decenas de miles de mujeres por no respetar el c¨®digo isl¨¢mico en el vestido. El presidente habr¨ªa querido satisfacer as¨ª a los sectores m¨¢s ultras de su electorado.
En ese contexto, las franquicias de Benetton, como eventualmente cualquier cadena extranjera, son una presa f¨¢cil.
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