El mundo como corona
Como en una corona se encierra el mundo creado en esta novela caballeresca impresa en Valencia en 1490. La figura de la corona que un escritor alem¨¢n del siglo XIII utiliz¨® para cifrar a trav¨¦s de ella la nueva est¨¦tica literaria que ambicionaba ya la creaci¨®n de "un mundo" -como ocurre en el Lancelot en prosa-, conviene perfectamente a esta obra escrita por el caballero Joanot Martorell, en la que los actos narrados, los gestos descritos, las palabras dichas, poseen la voluntad de totalidad, sin que nada quede abierto ni nada pueda a?adirse. En la historia narrada se concentra la forma de existencia de toda una clase social, la caballer¨ªa, mostrada en todo detalle seg¨²n las necesidades de visualizaci¨®n tan acuciantes en toda la literatura de la ¨¦poca, y sobre todo aislada de cualquier contacto con otra realidad. Ensimismado es el mundo al que la novela da vida, y en ese sentido, profundamente hundido en el sue?o. En el espejo que el relato levanta, la caballer¨ªa de la ¨¦poca tuvo que reconocerse en todos los detalles, en las celadas y en las jacerinas, pero indudablemente tuvo que celebrar su tan renovada imagen, porque en Tirant -como quiz¨¢s en ninguna novela que merezca el nombre- no hay ninguna imitaci¨®n de la realidad, sino construcci¨®n de ella. Y as¨ª, el mundo de Tirant se despliega ante nuestra mirada fascinada como tambi¨¦n tuvo que hacerlo ante la de sus coet¨¢neos. Porque la creaci¨®n de un mundo fascina siempre.
2TIRANT LO BLANC
Joanot Martorell
La primera edici¨®n se public¨® en 1490 en Valencia. Siete a?os despu¨¦s se imprimi¨® tambi¨¦n en Barcelona. En el mercado se pueden encontrar varias ediciones en castellano, entre ellas una publicada por Alianza Editorial en 2005 con pr¨®logo de Mario Vargas Llosa, autor de tres ensayos sobre el libro recogidos en 'Carta de batalla por Tirant lo Blanc'. Las ediciones en catal¨¢n m¨¢s recientes son de Edicions 3 i 4 y Angle Editorial. La biograf¨ªa de Joanot Martorell est¨¢ llena de lagunas. Se cree que naci¨® en Gand¨ªa entre 1413 y 1415, en el seno de una familia valenciana noble. En 1433, ya era caballero. Pronto se embarc¨® en una disputa epistolar contra su primo Joan de Monpalau, al que acus¨® de deshonrar a su hermana Damiata. Realiz¨® varios viajes a ciudades como Londres o N¨¢poles. Muri¨®, soltero, en 1468. Hab¨ªa comenzado la redacci¨®n de 'Tirant lo Blanc' en 1460.
El cerrado "mundo" de Tirant contrasta con su apertura geogr¨¢fica: de la isla de Breta?a hasta Constantinopla. El internacionalismo caballeresco ser¨¢ primer fundamento para la construcci¨®n de su mundo, pues desde sus primeras expresiones literarias -desde Chr¨¦tien de Troyes en el siglo XII- la caballer¨ªa se vio a s¨ª misma ejercitada en el movimiento por escenarios distintos (desde el bosque bret¨®n de Broceliande, m¨ªtico en los cuentos celtas, hasta una Europa se?alada por los lugares de torneo -como por ejemplo aparece en las Cr¨®nicas de un Froissart- o una Tierra Santa marcada por la devoci¨®n, seg¨²n se deriva de los relatos de las Cruzadas), pero en definitiva siempre errante, despreocupada por las diferencias ling¨¹¨ªsticas y nacionales, seg¨²n un esp¨ªritu de aventura que le conducir¨¢ al descubrimiento de lejanos horizontes. El segundo fundamento lo ofrecer¨¢ la uni¨®n de armas y amor que desde su primer planteamiento en la c¨¦lebre historia de Geoffrey de Montmouth (1137) fij¨® las normas de las relaciones entre los sexos, como se manifiesta en la escena de los juegos realizados durante la coronaci¨®n del rey Arturo en la que las mujeres segu¨ªan desde lo alto de las torres con los ojos incendiados de amor las proezas en los combates caballerescos; tambi¨¦n el amor solo, el gran tema que en la Europa medieval rescat¨® con Dante el estilo elevado, perdido desde la antig¨¹edad cl¨¢sica.
Sobre estos fundamentos tradicionales se erige el nuevo edificio en el que se respiran los aires "oto?ales": intenso ritualismo en las ceremonias y alegorizaci¨®n de todo el universo caballeresco en la b¨²squeda obsesiva del significado, los nuevos ingredientes de la caballer¨ªa de los siglos XIV y XV. Pero a diferencia de los Palmerines (1581-1588) y el Amad¨ªs de Gaula (1508) -desde Cervantes compa?eros de Tirant-, la novela nunca se interna en la zona de la fantas¨ªa, sino que es en territorio conocido donde concibe el sue?o. Dir¨ªa que el sue?o de Tirant no procede ni de lo fant¨¢stico ni de lo maravilloso, a la manera de los libros de caballer¨ªas castellanos o incluso de una Muerte de Arturo de sir Thomas Malory (1485), sino de una coloraci¨®n especial, como la que aflora en las miniaturas del magn¨ªfico manuscrito de Ren¨¦ de Anjou de Viena y que le conceden esa tan intensa irrealidad. Pues aunque, como sucede en las im¨¢genes pl¨¢sticas de la ¨¦poca, todos los elementos particulares sean representados con una fidelidad asombrosa en relaci¨®n con lo que denominamos "lo real", lo cierto es que estamos ante un mundo en el que las palabras fluyen en abundancia justamente para asistir a su nacimiento.
Victoria Cirlot es profesora de literatura medieval en la Universitat Pompeu Fabra y autora de Figuras del destino. Mitos y s¨ªmbolos de la Europa medieval.
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