Encantamiento en el desencanto
Gabriel Ferrater fue el primog¨¦nito de un industrial y pol¨ªtico de Reus, Tarragona. Trabajando como contable en la empresa vin¨ªcola familiar, Ferrater habr¨ªa adquirido cierto sentido de la realidad, o eso le dijo una vez a Baltasar Porcel mientras beb¨ªan ginebra y fre¨ªan carne con habichuelas. Sus poemas parecen partir de cosas directas, experimentadas, propias: ¨¦sta es la materia de Les dones i els dies (Las mujeres y los d¨ªas), reuni¨®n en 1968 de tres libros de poemas publicados entre 1962 y 1966. "El ¨²nico tema que me interesa son las mujeres, el paso del tiempo y las mujeres que han pasado por m¨ª", dijo Ferrater. La poes¨ªa es vida vista en la memoria: exige memoria, m¨¢s que imaginaci¨®n. Confesaba haberse confabulado con su amigo Jaime Gil de Biedma para hacer poemas claros, l¨²cidos y apasionados, es decir, divertidos, aunque trataran de la guerra, como In memoriam, que abre Les dones i els dies, y probablemente sea el mejor poema autobiogr¨¢fico sobre la guerra de 1936. Cuenta, seg¨²n Pere Gimferrer, el descubrimiento del sexo, el miedo y la poes¨ªa a los 14 a?os.
10LES DONES I ELS DIES
Gabriel Ferrater
El volumen apareci¨® en 1968, publicado por Edicions 62, que la mantiene en vigencia. Los sellos Lumen y Seix Barral lanzaron sendas traducciones castellanas en 2002. Gabriel Ferrater (Reus, 1922-Sant Cugat del Vall¨¨s, 1972) reuni¨® en esta antolog¨ªa toda su obra po¨¦tica, reelaborada para la ocasi¨®n y compuesta de los libros 'Da nuces pueris' (1960), 'Menja't una cama' (1962) i 'Teoria dels cossos' (1966).
"Uno de los motivos que nos
hacen escribir poes¨ªas es el deseo de ver hasta d¨®nde podemos elevar la energ¨ªa emotiva de nuestro lenguaje", dec¨ªa Ferrater, y la literatura se transformaba en una especie de experimento personal, moral. Reconoci¨® como maestros a algunos poetas en ingl¨¦s, desde John Skelton hasta el narrativo W. H. Auden, de quien apreciaba el "vigor para asir la realidad factual e imaginativa". De Robert Frost celebr¨® el "desencanto total y a la vez aceptaci¨®n de las ficciones de encanto que constituyen la vida". Este desdoblamiento o encantamiento en el desencanto es muy de Ferrater, capaz de un inmenso deseo de felicidad, a pesar de que le tocara madurar en tiempos de posguerra piojosa. "No conviene que te imagines que en los cuarenta nos olvidamos de ser felices de vez en cuando", dec¨ªa en su Poema inacabado, m¨¢s de 1.300 versos que ahora leo en la traducci¨®n castellana de Maria ?ngels Cabr¨¦. La inteligencia, seg¨²n Ferrater, se demuestra tambi¨¦n en la habilidad para ser feliz.
El poeta no puede ser un distra¨ªdo. En disposici¨®n de felicidad presta como un enamorado atenci¨®n al mundo, que m¨¢s de una vez resulta indescifrable. Ferrater pon¨ªa el ejemplo del superrealista J. V. Foix: el poeta es el encargado del realismo, de dar im¨¢genes precisas de cosas y personas sin caer en el sue?o de la vaguedad. Quer¨ªa copiar a los poetas medievales, "la verdad adusta y ¨¢gil, vista con ojos limpios y sentida con cordialidad". Fue Ferrater un poeta cordial: "Es verdad que el cuerpo pierde su encanto, pero a m¨ª lo que me ha encantado siempre han sido los otros cuerpos".
Admit¨ªa que los poetas son mentirosos, pero, sobre todo, ego¨ªstas. "Nunca diremos mentiras de nosotros: la verdad nos parece m¨¢s interesante porque nosotros vamos dentro". Antes de que el recuerdo muriera pl¨¢cidamente, fijaba por escrito lo sorprendido en la calle, en habitaciones cohibidoras como el comedor familiar que espantaba a Luis Cernuda, en dormitorios: "Qu¨¦ lento el mundo, qu¨¦ lento, qu¨¦ lenta la pena de las horas que se van aprisa. Dime, ?te acordar¨¢s de esta habitaci¨®n?". Si alguna vez es cr¨ªptico, nunca es banal. Presumi¨® de "habilidad para no trabajar", pero fue novelista policiaco, aficionado a las matem¨¢ticas, asesor de editores, editor, traductor, poeta, profesor de ling¨¹¨ªstica. Gil de Biedma se recuerda en un poema con Ferrater, su socio de conjura literaria, bebiendo y, al calor del fuego, cantando a Judy Garland. Ferrater recordaba que Gil de Biedma y ¨¦l se hab¨ªan propuesto escribir poes¨ªa tan interesante como una novela. Y conclu¨ªa: "Pienso que lo hemos conseguido".
Justo Navarro es autor de F, novela inspirada en la vida de Gabriel Ferrater.
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