El Madrid tira de la cuerda con cambios
El cuadro de Plaza defiende el t¨ªtulo ante una colecci¨®n de aspirantes en un torneo
La ACB aporta una colecci¨®n de iconos para emprender su campeonato n¨²mero 25 y buenos argumentos para que los aficionados llenen cada vez m¨¢s los pabellones. No faltan figuras con carisma, caso de Felipe Reyes, Rudy Fern¨¢ndez y Tiago Splitter, por citar s¨®lo algunos ejemplos, ni buenos equipos como el Real Madrid y una larga serie de pretendientes a desbancarle. Por supuesto que antes de 1983 ya exist¨ªa la Liga de baloncesto. No en vano se hab¨ªan disputado 27 ediciones. Muchas de ellas fueron tan apasionantes como la que se sald¨® en beneficio del Madrid despu¨¦s de una eliminatoria final de la que el Bar?a se retir¨® tras el segundo partido. Consideraba el equipo azulgrana, capitaneado por Nacho Soloz¨¢bal, que el Comit¨¦ de Competici¨®n les esquilm¨® con sus decisiones en torno a la tangana en que se vieron implicados Mike Davis, Fernando Mart¨ªn y Juanma Iturriaga. Pero con la ACB, en la temporada 1983-84, el baloncesto espa?ol dio un salto enorme y se hizo m¨¢s profesional, m¨¢s competitivo, m¨¢s igualado.
El Bar?a mantiene su apuesta por Ivanovic y busca un alero para suplir a Navarro
El ganador de la fase regular se clasificar¨¢ directamente para la Euroliga
Un cuarto de siglo despu¨¦s, no le faltan problemas a la ACB. El ¨²ltimo felizmente resuelto ha sido el de algunos jugadores nacionalizados espa?oles a los que se acusa de haber obtenido la licencia a trav¨¦s de matrimonios de conveniencia. Un problema farragoso que se repite peri¨®dicamente y que enfrenta a la ACB, a la Federaci¨®n Espa?ola (FEB) y a la Asociaci¨®n de Baloncestistas (ABP). Ese conflicto no oculta dos cuestiones de mucho mayor calado: las audiencias televisivas y el constante goteo de jugadores que emigran a la NBA. Este a?o les ha tocado el turno a Luis Scola, el m¨¢s valioso de la temporada pasada, y a Juan Carlos Navarro, cuyo caso es paradigm¨¢tico porque ha preferido arriesgarse y recalar en los Grizzlies de Memphis, junto a Pau Gasol, a pesar de que en su primer curso all¨ª va a cobrar bastante menos que en el Axa Barcelona.
El Madrid acab¨® asent¨¢ndose la pasada temporada como el equipo de referencia. Lo hizo contra pron¨®stico. Pero un entrenador novato como Joan Plaza demostr¨® que una din¨¢mica y una buena gesti¨®n del colectivo, naturalmente complementada con buenos jugadores, es la clave del ¨¦xito. Esta temporada, el equipo madridista mantiene el mismo bloque, reforzado por dos jugadores griegos: uno de los pocos p¨ªvots que todav¨ªa rondan por las canchas europeas, Papadopulos, y el alero Pelekanos. Eso s¨ª, los que cortar¨¢n el bacalao continuar¨¢n siendo Felipe Reyes y Bullock.
Tras la estela del Madrid se tratan de colocar un mont¨®n de equipos con pretensiones m¨¢ximas. El Bar?a mantiene su apuesta por Ivanovic como entrenador y ha fichado a S¨¢nchez, Acker, Morandais e Ilyasova. Los azulgrana todav¨ªa buscan otro alero en el mercado para llenar un hueco tan sensible como el dejado por Navarro. Faltan referentes en el Palau, a no ser que Lakovic, V¨¢zquez o Kasun acaben de dar el salto que se espera de ellos. El Tau ha incorporado a McDonald, la manzana de la discordia en el reciente conflicto de los jugadores asimilados; Jasaitis, Mickeal y Singleton, el ala p¨ªvot procedente de los Clippers que se ha lesionado gravemente. El DKV Joventut ha conseguido retrasar un a?o la incorporaci¨®n de Rudy Fern¨¢ndez a la NBA. Junto a Ricky Rubio formar¨¢ una l¨ªnea exterior temible. Por su parte, el Pamesa Valencia ha intentado dar ese paso adelante que le falta para consolidarse entre los grandes y se ha reforzado bien con House (Tau), Rebraca (Los ?ngeles Clippers) y Williams (Los ?ngeles Lakers). El Unicaja est¨¢ en las mismas, intentando recuperar su estatus, el que le permiti¨® ganar el t¨ªtulo hace dos a?os, lo mismo que Estudiantes. Ambos fueron superados la pasada temporada por equipos como el Akasvayu Girona y el Gran Canaria.
En un intento de conferir mayor inter¨¦s competitivo, la ACB ha decidido que el ganador de la fase regular se clasifique directamente para disputar la pr¨®xima edici¨®n de la Euroliga e igualmente para incrementar la emoci¨®n los cuartos de final y las semifinales se disputar¨¢n al mejor de tres partidos y no al mejor de cinco como hasta ahora. En definitiva, se trata de lograr nuevos alicientes para captar, en ¨²ltima instancia, una audiencia potencial de m¨¢s de cinco millones de telespectadores, una cifra en la que se movi¨® sin problemas la selecci¨®n espa?ola durante el reciente Eurobasket.
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