Tom¨¢s el de Parla
Tom¨¢s G¨®mez es todav¨ªa un desconocido. Meses despu¨¦s de que saltara su nombre para liderar a los socialistas de Madrid muchos se preguntan a¨²n qui¨¦n es ese t¨ªo de Parla. Algo que ahora le permite mayor capacidad de maniobra y sorprender a sus rivales de dentro y fuera.
G¨®mez lo hizo ante propios y extra?os cuando le pidi¨® a la presidenta de Madrid que eliminara el impuesto de patrimonio. El descoloque fue total. En el Gobierno regional bromeaban en p¨²blico sobre la supuesta asunci¨®n de sus postulados liberales, mientras se interrogaban en privado qu¨¦ pretend¨ªa realmente el tipo de Parla.
Por su parte, la izquierda perdedora se echaba las manos a la cabeza como si un loco hubiera reventado el tarro de las esencias. En el Comit¨¦ Regional del PSM, G¨®mez hubo de encajar las cr¨ªticas de sus oponentes en la batalla interna y los chistes gastados de Jos¨¦ Acosta, ilustre diputado socialista batidor de todos los r¨¦cords de calentamiento de esca?o. ?l y otros acomodados en la sempiterna derrota cargaron contra el de Parla ignorantes de que le estaban haciendo el juego.
La nueva directiva del PSM cree haber sacado a la presidenta de la madriguera
Tom¨¢s G¨®mez acababa de marcar la diferencia que considera indispensable para la reconquista del poder en Madrid. Sabe que la fuerza electoral reside en la clase media y a ese gigantesco segmento de la poblaci¨®n los viejos tics de la izquierda ya le resbalan. Defini¨® el impuesto de patrimonio como un instrumento obsoleto y profundamente injusto que penaliza a la gente corriente. Es cierto. Ese tributo anacr¨®nico no grava el crecimiento de la renta, sino la propia renta. Un tributo que carga contra las propiedades ya penalizadas por el IRPF. G¨®mez argumenta que su eliminaci¨®n es progresista porque los que tienen pasta de verdad montan sociedades patrimoniales para eludir el pago.
Seis d¨ªas despu¨¦s de pegar el campanazo, Esperanza Aguirre daba un giro forzado en su intervenci¨®n ante un foro econ¨®mico para comprometerse p¨²blicamente a eliminar el impuesto. La nueva directiva del PSM cree haber sacado a la presidenta de la madriguera y plantado el primer hito de cuantos se proponen clavar por la ocupaci¨®n del espacio de centro hoy tan desasistido.
El mi¨¦rcoles pasado, el de Parla volv¨ªa con la campana acusando a la presidenta de falta de ambici¨®n en sus demandas a Zapatero, y el jueves la recib¨ªa en su pueblo y se lo recordaba delante de todos. Son afirmaciones que en su actual posici¨®n s¨®lo puede hacer alguien cuyo historial progresista no est¨¦ bajo sospecha.
En este sentido, las ¨²nicas credenciales de Tom¨¢s G¨®mez est¨¢n en su municipio. Populista de baja intensidad, es de los alcaldes que llega tarde o te deja plantado porque alguien se ha ca¨ªdo de un andamio, se rompi¨® una tuber¨ªa o han parido en un autob¨²s. Saluda a todo dios como si pidiera perd¨®n, es t¨ªmido y le supongo flojo contando chistes, pero ha logrado transformar uno de esos pueblos s¨®rdidos que la ignorancia a¨²n sit¨²a en el culo del mundo. Del mismo modo que M¨®stoles carga con el sambenito de la empanadilla, Parla sufre ese ripio cruel que parece describirla como una gran casa de lenocinio. "A mamarla a Parla", dice la rima del vulgo, sin que haya documentado acontecer alguno que relacione el municipio con esa pr¨¢ctica sexual.
Lo cierto es que Parla ya no es el lugar invivible en el que le convirtieron los a?os del desarrollismo. No es la ciudad dormitorio ni el territorio comanche sometido a un crecimiento amorfo y tumoral que acogi¨® en los 70 la carne de ca?¨®n procedente de los viveros rurales. Aunque todav¨ªa queda mucho por hacer, aquello es ahora un espacio urbano digno, moderno y ordenado, bien dotado de servicios y con una buena proyecci¨®n econ¨®mica.
La gente identifica a G¨®mez con esa metamorfosis, y por eso le votan masivamente, no por la etiqueta. Seguro que ha cometido errores y puede que le falte un hervor, pero tiene una concepci¨®n pragm¨¢tica de la administraci¨®n p¨²blica que coloca las preocupaciones de la gente por delante de cualquier otro vector. Es su forma de entender la pol¨ªtica, y con ella pretende estructurar un nuevo socialismo que saque al PSOE de Madrid del fangal en el que lleva embarrancado desde hace 20 a?os.
Hay un tiempo para la prudencia y otro para la osad¨ªa. Este ¨²ltimo s¨®lo discurre evidente cuando no hay nada que perder. Antes de hacer bromas sobre Tom¨¢s G¨®mez deber¨ªan conocerle mejor.
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