A la caza de la presidenta
Garc¨ªa-Calvo, art¨ªfice de la estrategia del PP contra Emilia Casas
Toda la trayectoria de Roberto Garc¨ªa-Calvo ha estado en el filo de la navaja y cada pelda?o que ha subido ha sembrado la pol¨¦mica a su paso. El PP tard¨® m¨¢s tres meses en conseguir meterle en el Constitucional, pero los r¨¦ditos son evidentes: nunca el alto Tribunal se enfrent¨® a tal cota de desprestigio en toda su historia. Cazador aficionado y de maneras un tanto montaraces, Garc¨ªa-Calvo est¨¢ considerado el art¨ªfice de toda la estrategia del PP para hacerse con el Constitucional, mediante el acoso y derribo de la presidenta de la instituci¨®n, Mar¨ªa Emilia Casas.
Su fidelidad al PP viene de antiguo, de cuando el PP era todav¨ªa AP y fue nombrado gobernador civil de Almer¨ªa y jefe provincial del Movimiento por el franquista Arias Navarro, el 9 de abril de 1976. Durante su mandato se produjo la muerte del joven Javier Verdejo por disparos de la Polic¨ªa cuando realizaba una pintada. La devoci¨®n de los populares por Garc¨ªa Calvo es incuestionable: adem¨¢s de al Gobierno Civil de Almer¨ªa -del que le destituy¨® Adolfo Su¨¢rez en febrero de 1977- le han promovido al Consejo General del Poder Judicial, al Tribunal Supremo y al Tribunal Constitucional.
Pero siempre en medio de la pol¨¦mica. Incluso cuando el PSOE, en cumplimiento de un pacto, le vot¨® para consejero del Poder Judicial en marzo de 1988. Faltaron entonces 32 de los 68 diputados con que contaba AP y el nombramiento no sali¨® adelante. Los populares exigieron una nueva votaci¨®n. El PSOE replic¨®: "Ya nos cost¨® trabajo votarle la primera vez y no se nos puede pedir una segunda".
Garc¨ªa-Calvo consigui¨® acceder al Consejo del Poder Judicial al a?o siguiente, marzo de 1989, para cubrir una vacante. Lo consigui¨® por s¨®lo dos votos sobre el total de los tres quintos de la C¨¢mara. De su paso por el Consejo lo m¨¢s significativo fue la an¨¦cdota de su secuestro, junto con otros consejeros y facultativos, a cargo de un comandante de la Guardia Civil armado con una pistola y cinco granadas, que les mantuvo enca?onados mientras les da cuenta de un pleito que hab¨ªa perdido. La hoy vicepresidenta del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, que se encontraba entre los reunidos, consigui¨® convencer al comandante de que le dejara ir a buscar el expediente. Garc¨ªa-Calvo fue el ¨²nico de los presentes que sali¨® de la estancia con ella. De la Vega avis¨® a los polic¨ªas que se encontraban fuera y el comandante pudo ser reducido. "Roberto lo pas¨® mal", recuerdan fuentes que conocen los pormenores del incidente.
En octubre de 1995, consigui¨® acceder a la Sala Penal del Tribunal Supremo con los 10 votos del sector conservador. En el alto tribunal siempre estuvo alineado con las posiciones ideol¨®gicas de la derecha m¨¢s dura. Fue uno de los cuatro magistrados que votaron a favor de la inculpaci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez en el caso GAL para "garantizar su protecci¨®n legal" frente a las acusaciones, seg¨²n la c¨ªnica f¨®rmula utilizada entonces, pero su postura fue derrotada por otros seis magistrados. Con todo, su actuaci¨®n m¨¢s significada fue su voto a favor del Gobierno del PP en el indulto al juez Javier G¨®mez de Lia?o, expulsado de la carrera por prevaricaci¨®n. Toda la Sala Penal, menos ¨¦l (10 a 1), rechaz¨® la requisitoria del Gobierno para inhibirse.
Garc¨ªa-Calvo redact¨® la sentencia que conden¨® a la Mesa Nacional de Herri Batasuna a siete a?os de prisi¨®n, sentencia luego anulada por el Constitucional, aunque de eso no tuvo la culpa el ponente. Su nombre figur¨® en una lista de 18 jueces del Supremo encontrada a ETA dos meses antes del asesinato del magistrado Rafael Mart¨ªnez Emperador, en febrero de 1997.
Su inclusi¨®n, por sorpresa, en la lista de candidatos del PP al Constitucional en julio de 2001 provoc¨® la indignaci¨®n de los socialistas, que mantuvieron un tira y afloja hasta octubre para intentar que el PP le retirara. Al final, el empecinamiento del PSOE para llevar al ex ministro Luis Mart¨ªnez Noval al Tribunal de Cuentas introdujo a Garc¨ªa-Calvo en el Constitucional, no sin un voto de castigo al candidato que dej¨® el pacto en el aire hasta el ¨²ltimo momento. Los siete parlamentarios del PNV escribieron en su papeleta: "No votamos a Garc¨ªa Calvo porque es un facha, como bien ha denunciado en m¨²ltiples conferencias el portavoz del PSOE, Jes¨²s Caldera".
Ya en el Constitucional se ha convertido en la bestia negra de la presidenta Mar¨ªa Emilia Casas, a la que pretende, sin tapujos, derribar de su cargo. Incluso para sustituirla, llegado el caso, por Vicente Conde, al que hace tres a?os cerr¨® el paso para acceder a la presidencia.
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