La zurda de Messi es una mina
Un error de Abbiati condena al Atl¨¦tico, valiente al inicio y desbordado despu¨¦s por el juego del Bar?a
Vive el Bar?a atado a la bota de Messi y sus partidos se cuentan por victorias porque el ni?o vive en estado de gracia y su zurda es una mina.
BARCELONA 3 ATL?TICO 0
Barcelona: Vald¨¦s; Oleguer, Puyol, Gaby Milito, Abidal; Xavi, Iniesta, Deco; Messi, HenRy (Bojan, m. 86) y Ronaldinho (Giovani, m. 81). No utilizados: Jorquera; Thuram, Sylvinho, Crosas y Gudjohnsen.
Atl¨¦tico: Abbiati; Seitaridis, Pablo, Z¨¦ Castro (Fabiano, m. 46), Pern¨ªa; Reyes (Maxi, m. 55), Ra¨²l Garc¨ªa, Maniche, Sim?o; Ag¨¹ero (Luis Garc¨ªa, m. 63) y Forl¨¢n. No utilizados: Falc¨®n; Antonio L¨®pez, Cl¨¦ber y Jurado.
Goles: 1-0. M. 15. Messi centra despu¨¦s de regatear a Pern¨ªa, Abbiati falla y Deco empuja el bal¨®n a la red. 2-0. M. 18 Henry toca para Messi, que tira la pared con Ronaldinho para perfilarse en el ¨¢ngulo derecho del ¨¢rea y cruzar al palo izquierdo. 3-0. M. 89. Xavi remata un centro desde la izquierda de Giovani despu¨¦s de ser asistido por Deco.
?rbitro: Iturralde Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Pern¨ªa, Deco, Ra¨²l Garc¨ªa, Seitaridis y Pablo.
89.876 espectadores en el Camp Nou. Asisti¨® al partido ?lex Ferguson, el entrenador del Manchester United.
Universal y omnipresente, siempre decisivo, a la pulga le da igual jugar al calor del Sol que con la Luna como foco, de d¨ªa que de noche, contra el rival m¨¢s manso que frente al adversario m¨¢s temible como era el Atl¨¦tico, el ¨²nico equipo que ha ganado dos veces en el Camp Nou en las tres ¨²ltimas temporadas. El argentino apenas necesit¨® tres minutos para resolver un encuentro que se hizo muy largo. La electricidad con la que juega Messi convierte algunas contiendas en una cuesti¨®n farragosa por m¨¢s empe?o que pongan los dem¨¢s, incluso cuando se apellidan Henry o Ronaldinho, que no es un cualquiera precisamente y bien que ayer lo mostr¨®. El peque?o diablo decide por acci¨®n u omisi¨®n o, al menos, as¨ª se desprende de cuanto aconteci¨® ayer porque Abbiati habilit¨® a Deco en un centro de Messi y el argentino marc¨® un segundo tanto tan bello y disuasorio que acab¨® con el partido.
No hubo color ni debate, ni colectivo ni individual, en un enfrentamiento generalmente abierto, con dos equipos animados por su din¨¢mica ganadora, con cinco triunfos por barba y los dos pichichis, Messi y Ag¨¹ero, frente a frente con una mano de goles cada uno. Tanta liturgia sobrepas¨® al Atl¨¦tico, cuya historia en el estadio apenas dur¨® un cuarto de hora. Equipo de gen¨¦tica contragolpeadora, al plantel de Aguirre le vencieron sus concesiones defensivas y la capacidad de Messi para marcar las diferencias. La verticalidad de la pulga cambi¨® la direcci¨®n de un encuentro que al inicio ten¨ªa como ¨²nico sentido la meta de V¨ªctor Vald¨¦s.
Muy bien puesto y estirado, el Atl¨¦tico atac¨® con una determinaci¨®n sorprendente nada m¨¢s pisar el c¨¦sped. Enfoc¨® el flanco derecho azulgrana y se recre¨® en el toque, que no en el remate, porque su f¨²tbol de combinaci¨®n expiraba en el c¨®rner. Le perdi¨® la ambici¨®n y la est¨¦tica, v¨ªctima de una grandeza ayer mal entendida. A la bonita coreograf¨ªa rojiblanca respondieron los azulgrana con el oficio de Deco y el f¨²tbol profundo y directo que armaba Messi desde cualquier posici¨®n del ataque. El argentino afront¨® cada jugada como si la suerte del partido dependiera de su desenlace, tal que no hubiera m¨¢s v¨ªa para alcanzar la cancha ajena que el perfil de la porter¨ªa.
Messi evit¨® un remate de Pern¨ªa en campo azulgrana y despu¨¦s le quebr¨® en territorio rojiblanco para poner un centro dulce para las manos de Abbiati. Pas¨® que al italiano le dio un ataque de suficiencia, el cuero se le escurri¨® y Deco remach¨® para subrayar el protagonismo de la segunda l¨ªnea del Barcelona en las ¨²ltimas contiendas. El argentino repic¨® un poco m¨¢s tarde desde la otra punta del campo, despu¨¦s de tirar una pared con Ronaldinho, en un remate tremendo, por duro y seco, que acab¨® junto al poste izquierdo del retratado Abbiati. Agradecido, Messi le devolvi¨® m¨¢s tarde el disparo franco a Ronaldinho, que no atin¨® a encuadrarlo entre los tres palos por un dedo.
Aunque siempre procur¨® discutir con el Bar?a la posesi¨®n de la pelota, poca cosa m¨¢s se supo del Atl¨¦tico, m¨¢s acad¨¦mico que pu?etero, falto de centrocampistas que conectaran con los delanteros, in¨¦ditos todo el encuentro. Abierto el partido, Puyol y Milito cerraron bien la defensa y la jerarqu¨ªa de Deco permiti¨® a los azulgrana manejar el choque con sobriedad desde una buena organizaci¨®n. Ausente M¨¢rquez, decisivo para alargar la l¨ªnea de vida del equipo, y lesionado tambi¨¦n Tour¨¦, excelente en el juego de posici¨®n, actu¨® el Barcelona de manera concentrada y precisa, como si fuera consciente de que el partido no admit¨ªa segundas opciones. Hab¨ªa que llegar a la porter¨ªa rival y acabar la jugada, a poder ser en gol, para no tener que recomenzar el encuentro ni desgastarse en la presi¨®n. Nadie mejor que Messi para entender un asunto de vida y muerte como el planteado.
Ronaldinho y Henry son m¨¢s vers¨¢tiles, se adornan en la jugada, redundan en los gestos t¨¦cnicos. Ni uno ni otro tienen hoy el gol de Messi, ap¨®stol del f¨²tbol verdadero, incompatible con el negocio, negado fuera de la cancha y certero en el campo. Vertical y en un punto de forma ¨®ptimo, la gambeta del argentino est¨¢ hoy por encima del claqu¨¦ de Henry y la samba del perseverante Ronaldinho y, por supuesto, de Ag¨¹ero, sustituido para no agrandar su inferioridad respecto a su compatriota. Vald¨¦s se bast¨® para mantener a raya al Atl¨¦tico y oxigenar al Bar?a, que descans¨® con la pelota, sin distracciones, entregado a los tres peque?os y al mando de Iniesta, exquisito como medio centro. A las posesiones largas del Atl¨¦tico respondi¨® el Bar?a con efectivas aceleraciones, como la que culmin¨® Xavi cuando Bojan, Giovani y Messi formaban en la delantera. Una alineaci¨®n id¨ªlica despu¨¦s de que Ronaldinho y Henry fueran sustituidos con una gran ovaci¨®n, signo de bonanza en el Camp Nou, se?al del reinado de Messi, que ya cuenta ocho goles de todos los colores en ocho partidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.