La penitencia refuerza a Francia
Tras la derrota inicial ante Argentina, 18 millones de espectadores siguieron la victoria de los 'bleus' ante Nueva Zelanda
Toda Francia contuvo el aliento. Hasta 18 millones de personas siguieron el s¨¢bado por televisi¨®n el partido de cuartos de final de la Copa del Mundo de rugby entre Francia y Nueva Zelanda (20-18). Ten¨ªa que haber sido la final, pero en el partido de inauguraci¨®n, los franceses, agarrotados por el peso de la responsabilidad -su entrenador les ley¨® la carta de Guy Mocquet, de la resistencia, antes de ser fusilado por los nazis- fueron derrotados por los Pumas argentinos. Todo el pa¨ªs entr¨® en duelo. El pa¨ªs organizador pod¨ªa ser eliminado en la primera fase y arrastrar consigo el trabajo de a?os y el puesto en el Gobierno que el presidente, Nicolas Sarkozy, le guarda a su entrenador, Bernard Laporte, como ministro de Deportes.
El quince de Francia estaba obligado a ganar todos los dem¨¢s partidos, incluyendo a la temible Irlanda, y aun as¨ª, como penitencia, deber¨ªa medirse a los All Blacks, los favoritos, lejos de Par¨ªs, en el estadio del Millenium de Cardiff, en Gales, por uno de esos apa?os comerciales de los organizadores.
Los ingleses, en el apogeo de su imperio, inventaron el rugby para las clases altas y el f¨²tbol para las populares. En el primero impera la violencia directa, sin tapujos; se impone la voluntad de vencer. La t¨¦cnica y la habilidad tienen un papel secundario, al contrario que en el f¨²tbol, en el que lo importante es el enga?o, la posibilidad de esquivar las reglas. La mano de Dios esgrimida por Maradona no tiene sentido en un partido de rugby. En Francia, el rugby es un deporte rural, que se juega b¨¢sicamente en la mitad meridional del pa¨ªs. S¨®lo la capital, Par¨ªs, tiene un equipo capaz de medirse con los del Sur.
Se proclama a menudo que sigue siendo un deporte amateur. De hecho, cuando los de Biarritz jugaron la final el a?o pasado tuvieron que hacerlo en Anoeta de lo peque?o que era su estadio. Y otro tanto sucede con el quince catal¨¢n de Perpi?¨¢n. Pero algunos de estos sacrosantos principios est¨¢n empezando a cambiar. Esta Copa del Mundo ha sido tomada por los grandes patrocinadoresdel deporte, desde las marcas de calzado y ropa hasta los productos electr¨®nicos o los autom¨®viles. Las fichas de los jugadores, especialmente las de las grandes estrellas del hemisferio Sur que vienen a jugar a Europa, a¨²n no compiten con las de los futbolistas, pero ya se encuentran situadas al mismo nivel que las de los baloncestistas.
Por eso Francia se jugaba el s¨¢bado parte de su alma herida. Su capacidad de reacci¨®n ante la adversidad y su orgullo estaban presentes en Cardiff mientras los neozelandeses realizaban su haka, la danza guerrera maor¨ª que les ha hecho famosos.
Los franceses se acercaron hasta la l¨ªnea de medio campo y les plantaron cara. Pero jugaron una primera parte desastrosa. Todo cambi¨® tras el descanso. Francia venci¨® y se enfrentar¨¢ a Inglaterra en Par¨ªs el s¨¢bado. El equipo de la Rosa, campe¨®n vigente, se impuso a Australia (12-10).
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