La revoluci¨®n de los Pumas
Tras batir a Escocia, Argentina se jugar¨¢ el pase a la final contra Sur¨¢frica, vencedora de Fiyi
No s¨®lo fue una gran noche para el rugby argentino, que oblig¨® al River Plate y el Boca Juniors a adelantar el horario de su duelo futbol¨ªstico. En el Stade de France, en Par¨ªs, los Pumas transformaron su historia. "Queremos revolucionar el sistema", hab¨ªa dicho Agust¨ªn Pichot, el capit¨¢n. No le faltaba ambici¨®n. Junto con sus compa?eros, el medio mel¨¦e so?aba con meterse en las semifinales de la Copa del Mundo por primera vez. Quer¨ªa revertir una tendencia. En las cuatro disputadas desde 1987, los cuatro primeros puestos estuvieron ocupados por las tres potencias (Nueva Zelanda, Australia y Sur¨¢frica) m¨¢s una alternancia de equipos del Cinco Naciones (Inglaterra, Francia, Gales y Escocia). Ayer, Argentina abri¨® una brecha con la bandera de los pa¨ªses alejados de la tradici¨®n. Lo hizo con un grupo de jugadores que se ha formado en el rugby amateur. Algo ins¨®lito en este torneo. Una haza?a que los Pumas sellaron con gran esfuerzo (19-13) ante Escocia. El domingo les esperan los Springbocks de Sur¨¢frica, vencedores (37-20) de Fiyi, en las semifinales.
Mart¨ªn Hern¨¢ndez y sus compa?eros se ufanan de la garra. La exhiben como se?a de identidad
Escocia plante¨® un partido cerrado. Procur¨® no jugar a la mano, reserv¨® para sus tres cuartos un papel secundario y busc¨® el avance con los delanteros. No le fall¨® el pack. Su director de juego, s¨ª. Dan Parks no logr¨® conducir con eficacia a sus compa?eros. Comenz¨® anotando de penal en el minuto 16, pero, a la hora de las decisiones irrevocables, perdi¨® precisi¨®n.
Smith, Kerr, Ford, Murray, Hines y White pusieron su tracci¨®n al servicio de Escocia. No hubo nada que reprochar a la fuerza de choque de los brit¨¢nicos. El problema de Escocia fue que no jug¨® otras cartas hasta que fue tarde. Si pretend¨ªa resolver el partido con el juego t¨¢ctico, buscando el choque como medio de avance, la soluci¨®n se le convirti¨® en un problema en cuanto entr¨® en contacto con la primera l¨ªnea argentina. Si encuentra sus mayores virtudes en el poder¨ªo de sus delanteros, los Pumas son c¨¦lebres por su tendencia a impactar. Los argentinos se ufanan de la garra. La exhiben como se?a de identidad. El seleccionador, Loffreda, lo llama "cultura del juego sin bal¨®n".
Si jugar sin la pelota es un culto, los Pumas son sumos sacerdotes. Con el bal¨®n a la mano tienen claras deficiencias. Pero en las posiciones fijas, en las mel¨¦es y en los rucks, se mueven casi con placer. Roncero, Ledesma, Albacete y los hermanos Fern¨¢ndez Lobbe chocan con la misma pericia que sus centros o que su apertura, Juan Mart¨ªn Hern¨¢ndez. Los argentinos son expertos. Las estad¨ªsticas hablan claro: robaron 11 pelotas en rucks y mauls. Los escoceses, s¨®lo cuatro. Los Pumas ganaron siete mel¨¦es de ocho. Escocia, seis de ocho.
Un placaje alto sobre Mart¨ªn Hern¨¢ndez dio la vuelta al partido en el minuto 23. El apertura argentino no tuvo su mejor d¨ªa. Pero es tan bueno que, aun as¨ª, result¨® imprescindible. El penal que le hicieron fue bien aprovechado por Felipe Contepomi. El jugador del Leinster igual¨® el marcador (3-3). Luego fue decisivo con otros dos goles de penal y una conversi¨®n. El tr¨ªo que forma con Hern¨¢ndez y Pichot es una garant¨ªa de liderazgo y creatividad. Juntos son capaces de dar sentido al juego de los delanteros, suministrar balones a los tres cuartos, desahogar las situaciones comprometidas y conseguir puntos gracias a la versatilidad de su juego con el pie. Si Mart¨ªn Hern¨¢ndez y Felipe Contepomi no se dedicaron al f¨²tbol no es por falta de condiciones.
Escocia intent¨® cambiar de t¨¢ctica tras el descanso. Pero su carga desesperada s¨®lo logr¨® inyectar una dosis de nerviosismo que los Pumas desconoc¨ªan hasta el momento. Argentina rompi¨® su defensa, Smith hizo una gran carrera y Cusiter logr¨® un ensayo para replicar a Longo. No fue suficiente. Los Pumas resistieron.
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