El hombre feliz no tiene cartera
Acababa de comprobar que -una vez m¨¢s- no hab¨ªa ganado el bote de la Primitiva (14 millones), as¨ª es que me consol¨¦ viendo el programa Las grandes fortunas de Europa en uno de estos curiosos canales de pago (People & Arts). La televisi¨®n es un placebo y hay momentos en los que no se puede uno conformar con la medicina blanca de la programaci¨®n generalista. Entre otras cosas porque cada vez con mayor frecuencia, como ciertos medicamentos de los que se ha abusado, el cuerpo los recibe con indiferencia o rechazo. De modo que, bien apoltronada y sin zapear, me dispuse a averiguar qu¨¦ se puede hacer con muchos millones de euros.
Uno de los magnates era Uri Geller. Al hacerse rico y famoso en los a?os setenta con su televisivo espect¨¢culo de doblar tenedores y cucharas con el poder de su mente, no se le ocurri¨® mejor idea que hacerse construir una mansi¨®n id¨¦ntica a la Casa Blanca, la de Washington DC. "La fortuna me llev¨® a la autodestrucci¨®n", confesaba. "Lo compraba todo, era decadente y fr¨ªvolo". Hasta que un d¨ªa el mism¨ªsimo John Lennon le pregunt¨®: "Uri, ?sabes lo que es la espiritualidad?". Y Uri regal¨® buena parte de sus posesiones -dice- y se fue un a?o a Jap¨®n a espiritualizarse. Actualmente sigue viviendo en su Casa Blanca y se jacta de no tocar desde hace a?os ni un billete, moneda o tarjeta de cr¨¦dito. Su cu?ado se encarga. Pero luce orgulloso su Rolls Royce cubierto por completo de tenedores doblados y ?se dedica al dise?o de joyas de teletienda!
No es menos desconcertante otro personaje como Engelbert Humperdinck, el meloso crooner brit¨¢nico de origen indio, que arrasa desde hace d¨¦cadas en Las Vegas. ?se es m¨¢s modesto. Tiene, por supuesto, una supermansi¨®n en la campi?a inglesa. Pero se ha construido en los alrededores un pub ingl¨¦s en el que ejerce de barman. ?Para eso quiere los millones, para ser camarero?
Si ilustraran los programas de sorteos de loter¨ªa con ejemplos como ¨¦stos, la ilusi¨®n de todos los d¨ªas se desvanecer¨ªa.
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