La gran mas¨ªa de 1907
Como seguramente saben, una de las novedades de esta temporada en la parrilla de programaci¨®n de Televisi¨® de Catalunya es un espacio titulado La masia de 1907, que se emite los mi¨¦rcoles alrededor de las diez de la noche. Se trata de un reality show neorrural en el que dos familias actuales se instalan durante un par de meses en una casa de campo aislada y provista s¨®lo de los medios materiales y tecnol¨®gicos de hace un siglo; el p¨²blico con su voto tendr¨¢ que decidir al final cu¨¢l de los dos grupos se ha adaptado y desenvuelto mejor en esas inconfortables condiciones de vida.
Bien, no quisiera regatear ni la imaginaci¨®n de los guionistas del programa ni el m¨¦rito de los concursantes. Pero, francamente, ?hac¨ªa falta un reality para someter a unos cuantos catalanes de hoy a la precariedad material de cien a?os atr¨¢s? Lo pregunto porque, de hecho, cientos, miles, decenas de miles de ciudadanos de este pa¨ªs sufren frecuentemente en los servicios p¨²blicos esa regresi¨®n hasta 1907 o incluso m¨¢s atr¨¢s, sin que se les convierta en h¨¦roes televisivos. Es verdad que se trata de una regresi¨®n parcial en su amplitud y en su duraci¨®n; que no se nos obliga tambi¨¦n a orde?ar vacas ni a alimentar conejos, vamos. Pero, a diferencia de los inquilinos de la mas¨ªa de TV-3, nosotros no somos concursantes voluntarios ni aspiramos a conquistar premio alguno. S¨®lo pretendemos -en vano- vivir como europeos occidentales del siglo XXI.
Entre los pasados 4 y 9 de octubre -es decir, en el breve lapso de seis d¨ªas-, unos cientos de infortunados habitantes del ¨¢rea metropolitana de Barcelona, por ejemplo, se han visto privados del suministro de agua corriente durante 12 horas seguidas, y de electricidad a lo largo de otras 12, en dos apagones distintos. O sea que, sin gui¨®n ni c¨¢maras de por medio, con la emoci¨®n a?adida que da la sorpresa, han redescubierto un mont¨®n de placeres antiguos, de pr¨¢cticas ya casi olvidadas: lavarse en una palangana con medio litro de agua, afeitarse a la luz de una vela, ingerir la comida fr¨ªa por imposibilidad material de calentarla, andar de habitaci¨®n en habitaci¨®n empu?ando un tembloroso candil, observar lo oscura que es la noche cuando no hay ni una bombilla encendida en centenares de metros a la redonda... Esto, por no hablar de las sesudas reflexiones que provoca el repentino salto atr¨¢s tecnol¨®gico: como saben todas las v¨ªctimas del gran apag¨®n barcelon¨¦s de finales de julio, una o varias jornadas sin ordenador, sin televisor, sin ascensor, sin lavadora, sin lavaplatos, sin calentador y sin frigor¨ªfico dan mucho que pensar... ?Para qu¨¦ encerrarse en la mas¨ªa de la tele, pues, si se pueden vivir las mismas experiencias, id¨¦nticas penalidades en la propia casa?
Hay que decir, en descargo de la nunca bien ponderada Fecsa-Endesa, que el apag¨®n de nueve horas del 8 de octubre al que me refiero se vio precedido de una fuerte tormenta con rayos y truenos sobre Barcelona y sus alrededores. Pero no se trataba del Katrina en Nueva Orleans, sino de un episodio de lluvia (una veintena de litros por metro cuadrado) t¨ªpico del oto?o mediterr¨¢neo, algo que sucede varias veces todos los a?os y que la red catalana de media y baja tensi¨®n deber¨ªa poder soportar sin inmutarse, si estuviera en las condiciones debidas. Pero no lo est¨¢. Claro que, con el gasto publicitario de los ¨²ltimos a?os contra la OPA de Gas Natural y a favor de la de E.On -antes alemanes que catalanes, ?recuerdan?-, se comprende la necesidad de ahorrar en otras partidas.
No ser¨¢ el caso pero si a ra¨ªz de esta nueva incidencia -as¨ª llama Endesa a los avatares de su desastroso servicio en r¨¦gimen de monopolio-, el se?or Manuel Pizarro tuviese que comparecer por segunda vez ante el Parlament de Catalunya para rifarse a los diputados como hizo en agosto, me pregunto a qui¨¦n le echar¨ªa ahora la culpa. ?Tambi¨¦n a Red El¨¦ctrica Espa?ola, a La Caixa, al tripartito, a Carod Rovira, a san Pedro como responsable de la lluvia...? Lo seguro es que seguir¨ªa sin asumir responsabilidad corporativa alguna: el bizarro Pizarro considera que ya se gan¨® su jugoso sueldo ejerciendo de "patriota constitucional" frente a la OPA "separatista" y, ahora, s¨®lo espera del Partido Popular una recompensa por los servicios prestados. Alg¨²n destacado portavoz de la formaci¨®n derechista ya ha apuntado que "ser¨ªa un gran ministro"...
Pero volvamos a los sufridos usuarios, que somos todos. Supongan -no es una hip¨®tesis nada inveros¨ªmil- que algunos de aquellos vecinos privados de suministros tan b¨¢sicos como el agua o la electricidad durante muchas horas son, tambi¨¦n, pasajeros habituales de Renfe Cercan¨ªas, afectados por el nuevo ciclo de aver¨ªas -catenarias ca¨ªdas, corrimientos de tierras...- abierto el jueves 4 de octubre, ese d¨ªa infausto que, seg¨²n el se?or V¨ªctor Morl¨¢n, no tiene que volver a repetirse. Si has salido de casa por la ma?ana sin haber podido ducharte porque no hab¨ªa agua, si has necesitado tres o cuatro horas para recorrer 30 kil¨®metros en un tren a velocidad de tartana, si a tu regreso vespertino al hogar tienes que ponerte a encender velas porque no hay luz, ?c¨®mo van a impresionarte luego las desventuras de los urbanitas instalados en La masia de 1907? ?Si por lo menos fuese El poblat neol¨ªtic del 2500 a.C.!
Sin embargo, tal como recomienda el presidente Montilla, no debemos caer en el des¨¢nimo, as¨ª que he buscado y hallado motivos para el optimismo. Uno es la nueva Ley de Garant¨ªa y Calidad del Suministro El¨¦ctrico en Catalu?a, aprobada ya por el Consell Executiu. ?Ser¨¢ magn¨ªfico, a partir del minuto 121 sin luz, saber que ese apag¨®n que padeces es absolutamente ilegal, por m¨¢s que t¨² sigas a oscuras! Otra inyecci¨®n de moral me la dio la carta sin fecha recibida de Fecsa-Endesa meses atr¨¢s, seg¨²n la cual la "compensaci¨®n econ¨®mica" que me correspond¨ªa por casi ocho horas de interrupci¨®n del suministro a lo largo de 2006 -los cortes "causados por terceros, por obras programadas y por fuerza mayor" no computan- asciende a 5,58 euros. A este paso, el pr¨®ximo recibo me va a salir "a devolver".
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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