La segunda prueba m¨¢s dif¨ªcil de su vida
Una mujer cruza a nado el Estrecho dos a?os despu¨¦s de ser operada de c¨¢ncer de mama
El hombre a seguir era Alexander Popov. El cohete ruso, El zar, el nadador con un armario por espalda y los nervios fr¨ªos como el hielo que acab¨® con la hegemon¨ªa del estadounidense Matt Biondi e impuso su ley a base de salidas perfectas y llegadas implacables. Cuando gan¨® en Barcelona 92, Selina Moreno ten¨ªa 20 a?os. Y el 10 de septiembre, cuando cruz¨® el estrecho de Gibraltar, 17 kil¨®metros y medio a nado, la segunda prueba m¨¢s dif¨ªcil de su vida, Moreno, de 35 a?os, seguramente pens¨® en Popov, el icono al que admiraban ella y los dem¨¢s aficionados de su quinta. Al fin y al cabo, comentaba ayer, cuatro horas con cuarenta minutos sola en el mar dan para pensar lo suyo.
En la traves¨ªa tambi¨¦n debi¨® pasarle por la cabeza David Meca, campe¨®n mundial de nataci¨®n a mar abierto. Y lo hizo, seguro, Amparo Ruiz, la doctora que la acompa?a desde hace dos a?os en su lucha contra el c¨¢ncer de mama. Selina insiste en llamarlo as¨ª: "c¨¢ncer". "Para la gente suele ser dif¨ªcil decirlo. A m¨ª misma me costaba. Hasta que no pasaron dos meses o as¨ª dec¨ªa n¨®dulo, o buscaba otra palabra para evitarla. Luego ya no. Un c¨¢ncer es un c¨¢ncer y punto".
"En la recuperaci¨®n de la valenciana Selina Moreno influyeron David Meca, los amigos y una cita a ciegas en la Estaci¨®n del Norte"
Su caso fue presentado ayer en el Instituto Valenciano de Oncolog¨ªa (IVO) como una forma de ahuyentar la maldici¨®n que suele asociarse a la enfermedad. "Se trata de vender iconos nuevos, ya que los antiguos iconos sobre el c¨¢ncer deben desaparecer y cambiarse por ejemplos tan vivos e intensos como el de Selina", declar¨® Manuel Llombart, director de la fundaci¨®n del instituto.
Moreno nunca ha sido nadadora profesional, sino diplomada en Trabajo Social y primero celadora y luego delegada sindical en el hospital de su ciudad, Gandia. Pero ya ten¨ªa experiencia en eso de darse palizas a mar abierto. Desde hace a?os pasa los veranos participando en todas las traves¨ªas locales que se celebran entre Barcelona y Murcia. "Siempre he nadado poquito. 2.000, 3.000 metros", comentaba ayer, encantada, sorprendida y algo abrumada despu¨¦s de someterse a siete entrevistas de televisi¨®n en un pasillo del IVO.
En septiembre de 2005 le detectaron un carcinoma ductal infiltrante en la mama izquierda. A su edad, 33 a?os, no se realizan ex¨¢menes peri¨®dicos. Tampoco presentaba antecedentes familiares. Pero la detecci¨®n fue precoz, un hecho de importancia capital sobre el que la doctora Ruiz insisti¨® ayer. La onc¨®loga destac¨® la importancia de marcarse objetivos personales para mantenerse firme durante el tratamiento. El deporte, dijo, suele ser en esos casos "un buen reto".
Los m¨¦dicos del IVO operaron a Selina, y hasta "el cuarto o quinto" gotero de quimioterapia sigui¨® nadando. Con la radioterapia lleg¨® el verdadero baj¨®n. "Pens¨¦ que no volver¨ªa a ver la luz", record¨® ayer, "y que no volver¨ªa a nadar". Pero lo hizo. Poco a poco. En parte como una terapia para recuperar la movilidad del brazo izquierdo y en parte como un camino para volver a sentirse "fuerte".
En su recuperaci¨®n influyeron David Meca, sus amigos y una cita a ciegas. "Cuando Meca nad¨® desde X¨¤bia a Ibiza, en enero del a?o pasado, yo quer¨ªa ir a despedirlo. Pero me hab¨ªan puesto el tercer gotero un par de d¨ªas antes y estaba mal, en la cama. Al final lo vi por televisi¨®n", cuenta.
La pandilla con la que recorre la costa se puso en contacto con el apoderado del nadador. A ella la llevaron enga?ada a la Estaci¨®n del Norte de Valencia. "Era el primer fin de semana de rebajas, y la Renfe estaba a tope". Entonces se le acerc¨® "un amigo muy alto", se apart¨®, y de atr¨¢s sali¨® Meca. Se abrazaron.
Aquel d¨ªa iniciaron una amistad, mantenida por Internet, que un a?o y nueve meses despu¨¦s la llevar¨ªa a saltar al mar desde Tarifa. El nadador la animaba, y ella se atrev¨ªa cada vez m¨¢s. "A los tres meses y medio de acabar el tratamiento, en septiembre de 2006, nad¨¦ la traves¨ªa m¨¢s larga: 5.000 metros, en la Manga del Mar Menor. Y todo para seguir a Meca, con el que al final nunca coincid¨ª..., pero fue un est¨ªmulo muy fuerte".
La Pen¨ªnsula y ?frica se hallan a 14,4 kil¨®metros en l¨ªnea recta. Pero la mayor¨ªa de quienes cruzan el Estrecho a nado prefiere hacer tres kil¨®metros m¨¢s y evitar las corrientes. Selina dice que aquella fue la mejor experiencia de su vida. Nad¨® sobre un banco de atunes y estuvo a tiro de piedra de un grupo de ballenas, pero s¨®lo tuvo que subirse a la zodiac cuando vio que se encontraba en la trayectoria de un petrolero. La emoci¨®n lleg¨® de regreso a Tarifa, al comprobar lo que hab¨ªa nadado. Hecho aquello, dijo ayer, "nada me para".
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