?Qui¨¦n se mueve?
Soy magistrado, uno de los 36 candidatos a vocal del Consejo General del Poder Judicial. Fui elegido por mis compa?eros en julio de 2006, elegido por la asociaci¨®n Jueces para la Democracia. El noviembre de 2006 los actuales vocales deb¨ªan cesar y el Parlamento ten¨ªa que seleccionar a 12 miembros del nuevo Consejo de entre los 36 candidatos. Adem¨¢s, Congreso y Senado deb¨ªan completar la lista con 8 juristas de reconocido prestigio que conformar¨ªan el n¨²mero final de 20 vocales.
El clima pol¨ªtico hac¨ªa previsible un proceso complejo de renovaci¨®n, incluso que el proceso pudiera quedar comprometido por distintos procesos electorales. Era razonable la prudencia para que los grupos parlamentarios pudieran fraguar un consenso imprescindible ya que el nuevo Consejo necesita del voto favorable de 3/5 de las c¨¢maras.
Cuando en el a?o 2001 se firm¨® el Pacto de Estado para la Administraci¨®n de Justicia y los partidos decidieron modificar el sistema de elecci¨®n de los vocales matizando el sistema de elecci¨®n de directamente por el Parlamento, permitiendo que los jueces hiciera una previa propuesta de candidatos por medio de votaciones en el seno de las asociaciones y avales respecto de los jueces y magistrados no asociados - m¨¢s de un 50% de la carrera judicial no pertenece a ninguna asociaci¨®n -, fui de los que celebr¨¦ el pacto, ya que entend¨ªa que esta f¨®rmula h¨ªbrida, que no terminaba de satisfacer a nadie, podr¨ªa servir para normalizar un ¨®rgano constitucional muy desprestigiado ante la opini¨®n p¨²blica, con una trayectoria convulsa y tensa. Ese Pacto y las reformas que trajo a la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial permit¨ªan que el Consejo pudiera trabajar superando las crisis de legitimaci¨®n que arrastraba casi desde sus primeros pasos.
Llevo m¨¢s de un a?o en esa at¨ªpica situaci¨®n de candidato de una asociaci¨®n progresista que, ante los medios de comunicaci¨®n, suele identificarse con las posiciones del actual gobierno. Pens¨¦ que durante estos meses se articular¨ªa alg¨²n sistema para que qui¨¦nes deb¨ªan realizar la elecci¨®n pudieran contrastar mis opiniones y proyectos, conjug¨¢ndolos con los de los otros 35 electos. Cre¨ª que ser¨ªa necesario ordenar mi curr¨ªculo profesional, mis m¨¦ritos y mi experiencia en el ¨¢mbito de la pol¨ªtica judicial. Incluso entend¨ªa necesario conocer y debatir con otros candidatos incluso ante la Comisi¨®n de Justicia del Congreso de los Diputados.
Actualic¨¦ algunas notas sobre acceso a la carrera judicial, la formaci¨®n de los jueces, su r¨¦gimen disciplinario, la supresi¨®n de categor¨ªas en la carrera, la conciliaci¨®n de la vida familiar y profesional de los magistrados, el papel del Consejo en la defensa de la independencia de los jueces, las relaciones entre el Consejo y el Gobierno ... Pens¨¦ que esas notas podr¨ªan ser de inter¨¦s para alguien.
Diecis¨¦is meses despu¨¦s todo ese esfuerzo ha quedado reducido a una simple cuota. Da lo mismo que se hubiera movilizado m¨¢s del 80% de los jueces en la selecci¨®n de candidatos. Da igual el proyecto que pueda respaldar cada asociaci¨®n o las cualidades profesionales de los seleccionados. Al final todos hemos quedado reducidos a una cuota, a una hipot¨¦tica vinculaci¨®n acr¨ªtica a uno u otro partido pol¨ªtico, un pe¨®n m¨¢s en una complicada red de pesos y contrapesos, de estrategias y t¨¢cticas, primero ante las pasadas elecciones municipales, despu¨¦s ante las futuras generales.
Durante estos meses muchos compa?eros han terminado por mirarme con recelo, sin duda porque consideran que son c¨®mplice del mercadeo, que mi silencio pueda ser recompensado con una vocal¨ªa quinquenal. Cuesta mucho pensar que durante estos meses los pol¨ªticos que han llevado la negociaci¨®n desde "uno u otro lado de la trinchera". No se hayan parado a pensar en el grado de independencia que los candidatos, su compromiso con los valores constitucionales que deben inspirar el funcionamiento del poder judicial, no hayan sido capaces de identificar a los 12 jueces m¨¢s id¨®neos entre los 36 que fueron preseleccionados, idoneidad que conectara con esos valores de independencia, integridad, respeto por los derechos fundamentales, por las garant¨ªas procesales, compromiso con la ciudadan¨ªa no re?ido con la defensa una judicatura joven, cualificada, trabajadora, bastante apegada a la realidad social de los conflictos sociales y culturales que debe solventar. Una judicatura que en su conjunto goza de una imagen nefasta a la que episodios como la de la actual renovaci¨®n del Consejo y su entorno ayudan muy poco a prestigiar.
Cuesta mucho pensar que no hay 12 candidatos aptos de entre los 36 que seleccion¨® la judicatura y que esos 12 candidatos no pueden complementarse con 8 juristas ¨ªntegros, de prestigio suficiente como para sacar la instituci¨®n de su actual situaci¨®n de hast¨ªo.
Si todo queda reducido a una cuota o porcentaje de poder, al color de una camiseta o la adscripci¨®n a un partido por encima de cualquier otro valor o principio, si los partidos pol¨ªticos no son capaces de realizar esa tarea de elecci¨®n comprender¨¢n que en ocasiones cunda el des¨¢nimo y resuene en muchos o¨ªdos una frase de gran tradici¨®n en la pol¨ªtica espa?ola: "quien se mueva no sale en la foto". Sin duda es el momento de decir que si no me van a dejar mover prefiero no salir en la foto.
Jos¨¦ M. Fern¨¢ndez Seijo es magistrado y candidato a vocal del CGPJ.
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