De c¨®mo y para qu¨¦ se ejerce el periodismo
DESDE QUE HACE BASTANTES meses comenzamos los esfuerzos que culminar¨¢n el pr¨®ximo domingo en el primer gran cambio que EL PA?S experimenta en sus 31 a?os de historia, hubo una pregunta que se habr¨ªa de repetir luego en tantas reuniones que acab¨® por convertirse en el primer gran escollo que parec¨ªa necesario solventar antes de poder avanzar. Primero, con timidez, asom¨® en citas internas, de la casa, donde esboz¨¢bamos ideas a¨²n nonatas y garabate¨¢bamos borradores que todav¨ªa no lo eran; pero despu¨¦s devino en un crescendo al que se sumaron, a ambos lados del Atl¨¢ntico (por eso somos el peri¨®dico global en espa?ol), tantos amigos, lectores y colaboradores:
-?Y para qu¨¦ cambiar?
Cuando logramos formular la respuesta, ya estuvo hecho casi todo. Hubo un d¨ªa en que por fin atrapamos los perfiles de ese anhelo en una frase muy sencilla: cambiamos por responsabilidad; por responsabilidad con nosotros mismos, en primer lugar, como periodistas; por responsabilidad con nuestros lectores y, por extensi¨®n, por responsabilidad con la sociedad a la que nos dirigimos y con la que ya contrajimos ese compromiso hace 31 a?os, cuando el peri¨®dico vio la luz por vez primera.
El diario -independiente de la ma?ana- que sali¨® a la calle entonces era un feroz compromiso con la sociedad de aquel momento, con las libertades, con la democracia, y con el cambio que se estaba produciendo tras 40 a?os de una dictadura ins¨®lita en Europa occidental. Y ¨¦se fue su ¨¦xito: su independencia insobornable, su capacidad de entroncar con los anhelos y con las aspiraciones de la centralidad de la sociedad espa?ola de 1976. Esto es, su capacidad de constituirse, a la vez, en referencia del pa¨ªs al que se dirig¨ªa y en foro p¨²blico donde conformar la opini¨®n p¨²blica de la naci¨®n, un elemento imprescindible de la democracia tal como la hemos entendido hasta ahora.
Por eso no creemos que el periodismo est¨¦ en crisis; y si nos hubi¨¦ramos de preocupar por el futuro de los peri¨®dicos, mejor har¨ªamos en hacerlo por el futuro de la democracia misma. Por eso cambiamos. Un peri¨®dico es, entre otras muchas cosas, una mirada compartida con sus lectores a lo largo de los a?os. Y para seguir desempe?ando esa funci¨®n con ¨¦xito en los pr¨®ximos 15 o 20 necesitamos conectar con las generaciones que se convertir¨¢n en el eje central de este pa¨ªs en ese periodo de tiempo. A todos los niveles: un nuevo discurso narrativo; otra manera de contar lo que sucede; c¨®mo se les ofrece y qu¨¦ se les ofrece; un nuevo perfil de la modernidad, que ahora tiene poco que ver con la que se impuso hace tres d¨¦cadas; Internet. Asumimos la responsabilidad de todo ello porque queremos seguir siendo el espacio p¨²blico para la formaci¨®n de un consenso en torno al proyecto democr¨¢tico: hemos venido a serlo desde 1976. Muchos otros han renunciado; ninguno puede aspirar a ¨¦l desde la posici¨®n de primac¨ªa de EL PA?S en Espa?a y en el universo que se expresa en espa?ol a ambas orillas del oc¨¦ano Atl¨¢ntico.
No estamos hablando de que las fotos sean m¨¢s grandes o m¨¢s peque?as; no estamos toqueteando unos detalles en los m¨¢rgenes para ver si las p¨¢ginas quedan un poco m¨¢s modernas; no pretendemos m¨¢s vistosidad como puro efecto pirot¨¦cnico. Nos estamos jugando cuestiones fundamentales para la Espa?a de los pr¨®ximos 20 a?os. Y tenemos una idea muy clara de qu¨¦ pa¨ªs queremos, porque ser independientes no implica cargar con la losa de la indiferencia o la equidistancia: aspiramos a una sociedad abierta, liberal, moderadamente progresista, lo que muchas veces ha venido a identificarse con las posiciones del centro izquierda de este pa¨ªs, aunque a prop¨®sito de sonadas trifulcas con Gobiernos socialistas los m¨¢s tontos o los m¨¢s interesados hayan realizado muchos aspavientos de incredulidad que, de ser sinceros, tan s¨®lo muestran un grado supino de desconocimiento de c¨®mo se ejerce el poder, de c¨®mo se ejerce el periodismo independiente, y de c¨®mo se relacionan ambas cosas entre s¨ª. Y as¨ª pretendemos seguir, igual de beligerantes, de independientes y de inc¨®modos para todos los poderes como, con el apoyo de nuestros accionistas, ejecutivos y redactores, hemos venido siendo desde 1976. Ni m¨¢s, ni menos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.