El ataque contra la raz¨®n
Al Gore, vicepresidente de Estados Unidos y flamante Premio Nobel de la Paz, ha publicado recientemente un libro notable, titulado El ataque contra la raz¨®n (editorial Debate). La principal tesis del mismo es que la democracia corre peligro en EE UU no por culpa de un conjunto de ideas (las de los neocon son de una debilidad extrema), sino por una serie de cambios sin precedentes que se han dado en la esfera p¨²blica, entre los cuales no es menor el poder del dinero dentro de la Administraci¨®n Bush.
En el libro se muestran muchas de las actuaciones que conforman la traici¨®n que los neocon han cometido contra las ideas de los padres fundadores de Estados Unidos, y que son la ra¨ªz de lo que esos mismos neocon denominan intencionadamente -para cubrir su pr¨¢ctica pol¨ªtica- "antiamericanismo". Los que comparten la sensaci¨®n de que algo muy grave ha ocurrido estos ¨²ltimos a?os, no se ponen de acuerdo sobre las causas del problema, sobre la apat¨ªa de los ciudadanos y la participaci¨®n cada vez menor en los procesos electorales y los asuntos c¨ªvicos, que muchos creen relacionadas con el cinismo y la desconfianza en la integridad de las instituciones americanas y los procesos p¨²blicos. Al Gore concede mucha significaci¨®n, entre esas causas, a la manipulaci¨®n de la opini¨®n p¨²blica y al control selectivo de la informaci¨®n relacionada con la toma de decisiones colectivas. Pero tambi¨¦n, al papel creciente de los intereses especiales y la creciente influencia del dinero en la pol¨ªtica estadounidense: los zorros privados han sido puestos al mando de los gallineros p¨²blicos.
El Nobel de la Paz cita, entre otros los muchos ejemplos la necesidad, creada de modo artificial, de eliminar los impuestos de sucesiones a las familias m¨¢s ricas de EE UU (una ¨ªnfima minor¨ªa, y los ¨²nicos contribuyentes que a¨²n est¨¢n sujetos a ello). Esa necesidad artificial ha sido tratada como si fuera una prioridad mucho m¨¢s importante que la de proporcionar un m¨ªnimo acceso a la sanidad a decenas de millones de familias que no tienen la m¨¢s m¨ªnima cobertura sanitaria. Seg¨²n los datos proporcionados en la Conferencia Anual sobre el Crecimiento y la Distribuci¨®n de la Renta en una Europa Integrada, celebrada la semana pasada en Bruselas (v¨¦ase EL PA?S del 13 de octubre), el 1% de la poblaci¨®n m¨¢s rica de Estados Unidos controlaba en el a?o 2000 el 7,3% de la renta, desde s¨®lo un 1,9% en 1973.
Se puede conectar el an¨¢lisis de Gore con el que acaba de producir el soci¨®logo brit¨¢nico Anthony Giddens, uno de los padres te¨®ricos de la olvidada tercera v¨ªa. En un trabajo titulado Europa en la era global (Editorial Paid¨®s), Giddens demuestra como las desigualdades de riqueza son mayores que las de renta, y por ello tiene sentido pensar en pol¨ªticas para paliarlas y ejercer la cohesi¨®n social. La riqueza puede transmitirse de generaci¨®n en generaci¨®n, a diferencia de la renta (salvo aquella que se deriva directamente de la riqueza acumulada); el mecanismo m¨¢s evidente para esas pol¨ªticas es el impuesto de sucesiones. Algunos pa¨ªses de la OCDE (y en Espa?a algunas comunidades aut¨®nomas) han optado por abolirlo, aunque lo m¨¢s defendible ser¨ªa convertirlo en un tributo m¨¢s progresivo: "Lo que hay que hacer para ello es poner fin a las exenciones fiscales, como las que hacen posible traspasar donaciones inter vivos sin tener que pagar impuestos por ellas. Ser¨ªa tanto posible como deseable imponer tramos progresivos en el impuesto de sucesiones y hacer su progresividad m¨¢s pronunciada all¨ª donde ya existan".
En su teor¨ªa de la democracia, Al Gore concibe la estructura interna de la misma como una doble h¨¦lice: un aspa, la libertad pol¨ªtica, sube en espiral en conjunci¨®n con la otra aspa, la libertad econ¨®mica. Pero ambas aspas, aunque entrelazadas, deben permanecer separadas con el fin de que la estructura de la democracia conserve su integridad. "Si el dinero y el enga?o corrompen el proceso de razonamiento, el consentimiento de los gobernados se basa en premisas falsas, y cualquier poder derivado de esa manera es falso e injusto". Lo opuesto a la mano invisible.
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