Gal¨¢cticas sin dinero
Las jugadoras del Torrej¨®n, de la Primera Divisi¨®n femenina de f¨²tbol, siguen sin patrocinador tres semanas despu¨¦s de posar desnudas como reclamo
Despu¨¦s de ocho horas de trabajo para algunas o seis de estudios para otras, las jugadoras del AD Torrej¨®n F¨²tbol Club, un equipo de la Superliga -la primera divisi¨®n femenina-, vuelven, como cada semana, a sus entrenamientos rutinarios sin el respaldo de un patrocinador.
Las botas y balones que les sirvieron como ¨²nica prenda en los desnudos para los que posaron el pasado 24 de septiembre en la revista Intervi¨², con el fin de buscar patrocinador, est¨¢n ahora en el suelo. Las fotos son ya casi una an¨¦cdota. Prensa, radio y televisi¨®n han abordado a las 19 jugadoras durante las ¨²ltimas semanas por estas fotos. Patrocinadores, ninguno: "No nos han ofrecido nada en firme a¨²n", lamenta el gerente del club, Rodolfo Tozzi.
Las jugadoras mantienen la esperanza. Erika, veintea?era, rubia y de ojos claros, trabaja ahora de camarera en San Fernando. Juega desde que era ni?a. Los 150 euros que, como sus compa?eras, recibe de salario apenas le cubren los gastos de transporte. "A¨²n me queda esperanza de que venga alguien a ofrecernos patrocinio" cuenta, animada. "Por eso lo hemos hecho, porque creemos que servir¨¢ para algo, y a¨²n lo esperamos".
Silvia Zarza, de 30 a?os, es una de las m¨¢s veteranas. Con voz firme asegura que ninguna de ellas est¨¢ en el f¨²tbol por dinero. "Est¨¢ claro que hay enormes diferencias entre el f¨²tbol masculino y el femenino. Ellos cobran millonadas. En la Superliga, las mujeres con salarios m¨¢s elevados ganan menos de 2.000 euros al mes".
A ellas les indignan los bajos salarios femeninos y, sobre todo, la diferencia con los masculinos. "Ellos cobran demasiado, no tiene sentido", cuenta Laura, a la que llaman Lulu. "Entiendo que son muchas horas de entrenamiento y que tiene que ser muy duro, pero me parece que esas cantidades son desorbitadas".
"Nosotras no tenemos ni para comprar un piso, ni para vivir, ni para dejar de trabajar ni para pr¨¢cticamente nada", a?ade Nica, que juega al f¨²tbol desde los siete a?os. Vive en Vallecas, y el dinero que saca con el f¨²tbol lo invierte pr¨¢cticamente en transporte. "Tambi¨¦n es muy importante estar a gusto en el equipo. Te lo tienes que tomar como una afici¨®n, y te tiene que gustar mucho, porque si no, no sigues, Es duro ir a entrenar y continuar trabajando".
M¨¢s all¨¢ de los millones y la fama, ellas limitan su pretensi¨®n a mejorar sus condiciones de viaje para jugar los partidos de competici¨®n. El presupuesto del club, de 70.000 euros anuales, alcanza para material y viajes en autob¨²s o en tren. Como el que las llev¨® a Girona a jugar contra L'Estartit, hace dos semanas. Once horas de tren. Llegaron destrozadas. Y perdieron.
Tanto las jugadoras como el gestor del club arremeten contra la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol. "Para ellos no somos iguales que los jugadores masculinos, ni mucho menos" cuenta Silvia. "Con el f¨²tbol femenino, todo es diferente, desde el trato y la actitud hasta el material. Entiendo que en Espa?a lo que tira es el f¨²tbol masculino, y que eso nos lo pone m¨¢s dif¨ªcil, pero nos conformar¨ªamos con que nos hicieran un poco m¨¢s de caso".
La media sonrisa de Silvia tampoco exculpa a los medios de comunicaci¨®n: "No hay m¨¢s que ver la que arman los medios con los futbolistas. Y de mujeres, nada. Nos conformar¨ªamos con que de vez en cuando diesen alg¨²n resultado, media columna al d¨ªa, algo". Lulu, sacudiendo la cabeza, a?ade que esto es extrapolable a pr¨¢cticamente todas las disciplinas deportivas: "No es s¨®lo aqu¨ª. Salvo en algunos deportes, nadie sabe nada de los resultados de los equipos femeninos. Es casi como si no existiesen".
Tanto all¨ª como en sus trabajos, las chicas han recibido m¨¢s bromas que cr¨ªticas por sus fotos. "La gente no tiene la mente ya tan cerrada" aseguran. Les han ofrecido que posen para un calendario. Esta vez cobrar¨ªan. Pero todav¨ªa no tienen nada seguro, aunque de la cabeza a las botas est¨¢n convencidas de que sus posados servir¨¢n para algo. "Es nuestra forma de ayudar al club", asevera Silvia. "Para todas supuso un esfuerzo tomar la decisi¨®n de posar desnudas" cuenta Lulu, "y a¨²n esperamos que salga algo. Si no, ser¨ªa una enorme decepci¨®n que, ni aun as¨ª, se hiciese caso al f¨²tbol femenino".
Ayer regresaron en tren de su partido frente al Prainsa, en Zaragoza. Estaban extenuadas. Volvieron a perder. A pesar de todo, se mantienen quintas en la Superliga. Esta semana volver¨¢n a entrenar para jugar al f¨²tbol profesional por 150 euros al mes.
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