Agua y cemento

Octubre es la ¨¦poca en la que la climatolog¨ªa causa los mayores desastres naturales en la costa mediterr¨¢nea. Gotas fr¨ªas que provocan lluvias torrenciales que, a su vez, acaban en devastadoras riadas. El domingo pasado se cumplieron 50 a?os de la crecida del r¨ªo Turia que aneg¨® el centro hist¨®rico de Valencia, cobr¨¢ndose la vida de 81 personas, de acuerdo con la optimista versi¨®n oficial de la ¨¦poca. El pr¨®ximo s¨¢bado la comarca de La Ribera recordar¨¢ el 25? aniversario de la rotura de la presa de Tous, laminada por el repentino aumento del cauce del J¨²car a causa de la lluvia, con un balance de ocho personas muertas. Precipitaciones de este calibre no son infrecuentes en la Comunidad Valenciana: ocurren en intervalos de entre 7 y 10 a?os, seg¨²n los expertos del Instituto Nacional de Meteorolog¨ªa. La ¨²ltima, el pasado viernes en la comarca de La Marina Alta, registr¨® una v¨ªctima mortal y 1.200 casas destrozadas.

Las ¨²ltimas lluvias torrenciales han puesto en evidencia el modelo de urbanismo salvaje consentido, cuando no amparado, por las administraciones locales y auton¨®micas valencianas, que han tolerado que se construyera en los cauces de r¨ªos y barrancos y sus zonas de influencia, impidiendo el drenaje y la salida natural del agua hacia el mar. Esta p¨¦sima ordenaci¨®n del territorio, y no la predicci¨®n meteorol¨®gica ni la gesti¨®n de las emergencias, es la responsable de que se inunden viviendas y bajos comerciales. Muchas veces, sin necesidad de precipitaciones torrenciales.

Para nadie en la Comunidad Valenciana es un secreto que los intereses del cemento van muy por delante de una ordenaci¨®n del territorio responsable que tenga en cuenta el hecho constante y reiterado de unas lluvias oto?ales que, habitualmente en octubre, siembran el caos y la destrucci¨®n. El hip¨®crita esfuerzo de los miembros del Consell valenciano por desviar sus responsabilidades hacia el Gobierno central, haciendo ver que la culpa es suya porque los cauces de los r¨ªos no estaban suficientemente limpios, se compadece mal con la realidad. El hecho tozudo es que el litoral valenciano se ha llenado de cemento sin sus correspondientes servicios, incluida una canalizaci¨®n suficiente para las aguas de lluvia. Raimon cant¨® y dej¨® escrito que "al meu pa¨ªs la pluja no sap ploure" ("en mi pa¨ªs, la lluvia no sabe llover"). Ni sus pol¨ªticos, cabr¨ªa a?adir, gobernar sin buscar un enemigo externo al que cargarle la responsabilidad cada vez que surge un contratiempo o se produce una cat¨¢strofe.