Andr¨¦e de Jongh, miembro de la resistencia belga
Organiz¨® la L¨ªnea Cometa, una red de socorro que salv¨® de los nazis a m¨¢s de 800 soldados aliados
"Yo nunca hab¨ªa visto llorar a mi padre, nunca. Me dijo: "B¨¦lgica ya ha dejado de luchar. Se ha rendido". Yo estaba desesperada y furiosa, y rabiosa. Le dije: "Haces mal en llorar. Ya ver¨¢s lo que les hacemos. Lo vas a ver. Van a perder esta guerra. Ellos la han empezado, pero la van a perder. No te preocupes". Pero la verdad es que yo no ten¨ªa ni idea de c¨®mo ganarla".
As¨ª evocaba Andr¨¦e de Jongh en 2000, en el semanario bruselense The Bulletin, uno de los grandes momentos an¨®nimos de la historia de la II Guerra Mundial, cuando la entonces joven de 24 a?os decidi¨® alzarse contra el ocupante nazi de su pa¨ªs.
Con la misma seguridad, determinaci¨®n, convicci¨®n y fuerza con que habl¨® a su padre, Fr¨¦d¨¦ric, Andr¨¦e se lanz¨® a una misi¨®n contra el ocupante y gan¨®. La historia considera que la L¨ªnea Cometa que ella cre¨® de la nada para sacar del pa¨ªs y hacer llegar a Espa?a y Gibraltar a soldados y pilotos aliados "fue la mayor de las l¨ªneas de fuga en n¨²mero de rescatados, la m¨¢s sofisticada, la que oper¨® durante m¨¢s tiempo y la que tuvo m¨¢s ¨¦xito", seg¨²n escribe Peter Eisner en The Freedom Line. Aproximadamente 800 soldados debieron a la fant¨¢stica De Jongh -tambi¨¦n conocida como D¨¦d¨¦e y con el m¨¢s que revelador sobrenombre de Peque?o Cicl¨®n- la libertad y la vida.
Bruselas recuerda con un monumento a la enfermera inglesa Edith Cavell, que durante la I Guerra Mundial ayud¨® a muchos soldados brit¨¢nicos y aliados a huir desde B¨¦lgica a Holanda, antes de ser descubierta y fusilada en 1915. Cavell sirvi¨® de inspiraci¨®n a De Jongh, que hab¨ªa sido voluntaria de la Cruz Roja antes de abandonar su profesi¨®n de dibujante comercial para dedicarse de lleno a cuidar a los heridos de la guerra. De Jongh se propuso repetir el desaf¨ªo de un cuarto de siglo antes, convertido en haza?a por sus simples proporciones f¨ªsicas.
Holanda estaba ahora ocupada, como lo estaban el norte de Francia y Luxemburgo. Y el sur de Francia era regido por los colaboracionistas de Vichy. S¨®lo quedaba la neutral Espa?a para poner a salvo a los militares y pilotos aliados, sobre todo brit¨¢nicos, que hab¨ªan quedado atrapados en territorio belga.
A ello se entreg¨® el Peque?o Cicl¨®n, que necesit¨® Dios y ayuda para convencer al consulado brit¨¢nico en Bilbao de que aquella jovencita era lo que dec¨ªa ser y no una trampa de la Gestapo. "Soy tan fuerte como un hombre", se defendi¨®. "Las chicas llaman menos la atenci¨®n en los puestos fronterizos que los hombres". De Jongh lleg¨® a montar una red de socorro de casi 2.000 voluntarios y logr¨® pasar a m¨¢s de cien hombres directamente por los Pirineos del Pa¨ªs Vasco.
Fue capturada en 1943 en su operaci¨®n directa n¨²mero 33 y acab¨® en los campos de concentraci¨®n de Ravensbr¨¹ck y Mauthausen. La L¨ªnea Cometa sigui¨® hasta despu¨¦s del desembarco de Normand¨ªa. Tras ser liberada volvi¨® a B¨¦lgica antes de partir a atender leprosos en Congo, Camer¨²n, Etiop¨ªa y Senegal.
Andr¨¦e de Jongh recibi¨® diversas condecoraciones como la Medal of Freedom de Estados Unidos y la George Medal de Gran Breta?a; adem¨¢s, en B¨¦lgica, el rey Balduino le concedi¨® el t¨ªtulo de condesa y el grado de teniente coronel del Ej¨¦rcito.
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