El Artium pone a dialogar el arte y el cine de mediados del siglo XX
La muestra revisa ese tiempo a partir de una colecci¨®n de programas
A finales del a?o pasado, el Artium recibi¨® un curioso legado: una colecci¨®n de m¨¢s de mil programas de mano de pel¨ªculas visionadas por el coleccionista Jes¨²s Gamarra y su familia en los a?os cuarenta y cincuenta. Ese fragmento de memoria sentimental, que es la de muchos vitorianos y, por extensi¨®n, espa?oles, merece desde ayer una lectura comentada en el museo vitoriano. Acompa?ado por carteles, fotograf¨ªas, ilustraciones y otros elementos cinemat¨®graficos de esa ¨¦poca, el legado de los Gamarra tambi¨¦n dialoga en una docena de ocasiones con sendas obras de la colecci¨®n propia del Artium (www.artium.org).
Una sala oscura abre la exposici¨®n Los Gamarra van al cine y sit¨²a al visitante en ese momento hist¨®rico: entre dos proyecciones del No-Do, las im¨¢gnes de La ventana indiscreta (Alfred Hitchcock, 1954) se fusionan con el cuadro Musiciens, pintado por Antoni Clav¨¦ ese mismo a?o en Par¨ªs. Entre la propaganda en blanco y negro, dos obras de arte intemporales que muestran que aquellos a?os fueron algo m¨¢s de lo que reflejaba el noticiero cinematogr¨¢fico franquista.
Con el recuerdo en la retina de la extra?a composici¨®n de Grace Kelly y James Stewart superpuestos sobre los m¨²sicos tenebristas de Clav¨¦ y el sonido del noticiario, el visitante se adentra en el n¨²cleo duro de la muestra: la exhibici¨®n de buena parte del legado de los Gamarra. Ejercicio de nostalgia para quien vivi¨® esos a?os, adem¨¢s de motivo de reflexi¨®n sobre el paso del tiempo para cualquiera, en las paredes del Artium comparten espacio Brindis a Manolete (Flori¨¢n Rey, 1948), que interpret¨® Paquita Rico, y La sombra de una duda (Hitchcock, 1943) con t¨ªtulos de Fantomas o filmes protagonizados por Bela Lugosi.
Los programas de mano se ofrec¨ªan a los espectadores junto con su entrada, cuando el cine era probablemente la ¨²nica evasi¨®n vinculada con el arte. En Vitoria, que entonces ten¨ªa unos 50.000 habitantes, funcionaban siete salas con aforos notables. Lo habitual era ir al cine tres o cuatro veces por semana. La familia Gamarra conserv¨® aquellos programas de mano, que se encuentran "a mitad de camino entre la publicidad creativa y el arte creador", seg¨²n explic¨® ayer el comisario de la muestra y director del Artium, Javier Gonz¨¢lez de Durana.
El recorrido por estas piezas se completa con referencias a los artistas que protagonizan las pel¨ªculas, fotograf¨ªas de ¨¦poca y un atractivo di¨¢logo entre determinados folletos y obras de la propia colecci¨®n del museo vitoriano. En total son 12 conversaciones, entre las que cabe destacar la que establecen el cartel de Noche en el para¨ªso (Arthur Lubin,1946), con Merle Oberon y Turhan Bey, con la tinta china sobre papel que dibuj¨® Eugenio Granell en ese mismo a?o.
Figuras
Tambi¨¦n llama la atenci¨®n el enfrentamiento entre el programa de mano de El ¨²ltimo cupl¨¦ (Juan de Ordu?a, 1957) la m¨¢s famosa de las pel¨ªculas que protagoniz¨® Sara Montiel, con Dama en tecnicolor, de Antonio Saura, ¨®leo y collage de esa misma fecha. Otros di¨¢logos son: Jinetes del desierto con Dos casas, de Gerardo Rueda, de 1948; Mi chica favorita (Irving Cummings, 1942) con la acuarela Retrato de ni?a de Benjam¨ªn Palencia, fechada siete a?os despu¨¦s. Con estas asociaciones, se pretende poner en igual plano el arte popular, masivo e industrial con la creaci¨®n ¨²nica, elevada y de difusi¨®n m¨¢s exclusiva, y, en definitiva, disolver las fronteras entre "alta" y "baja" cultura.
La exposici¨®n se cierra con un homenaje al cartelista vitoriano Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez de Vi?aspre, de cuya capacidad como creador de figuras a escala real dan idea algunas fotograf¨ªas y, en especial, fragmentos de fachadas. En ese sentido, destacan las figuras que representan a los protagonistas de Gigante (George Stevens, 1956), Elizabeth Taylor, James Dean y Rock Hudson, realizadas para colocar delante de las columnas de la entrada del Teatro Pr¨ªncipe, actual cine Guridi.
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