Benet para siempre
Se multiplican los libros sobre Juan Benet (1927-1983), el m¨¢s genial, profundo y misterioso de los escritores espa?oles del siglo XX. Pero a las tesis (unas 20) y ensayos (m¨¢s de 350) que se acumulan hoy, a m¨¢s de un cuarto de siglo de su muerte, es oportuno destacar Las otras regiones de Juan Benet. Una tesis minuciosa, lenta y depurada, dentro de este conjunto creciente e implacable. Felizmente, Benet dibuj¨® minuciosamente -era un buen ingeniero de caminos- el escenario de su obra, lo que le ha servido de base a Antonia Mar¨ªa Molina Ortega (que hasta coloca el mapa en su portada) para urdir su tesis sobre un tejido muy s¨®lido, donde quiz¨¢ lo peor sea su t¨ªtulo, pues no hay "otras regiones", en Benet, sino una sola que es "regi¨®n", una "Regi¨®n" que lo engloba todo, pues es Espa?a, todas sus "regiones" (incluidas las "otras") y una met¨¢fora del mundo y su historia, pasada y presente, que desemboca en el futuro.
LAS OTRAS REGIONES DE JUAN BENET
Antonia Mar¨ªa Molina Ortega
Universidad de Extremadura
C¨¢ceres, 2007
264 p¨¢ginas. 12 euros
La tesis de Molina Ortega empieza por su primer libro de ensayos, La inspiraci¨®n y el estilo (1967) sobre la necesidad del fracaso, y los cuentos de Nunca llegar¨¢s a nada (1956), que ya suceden en Regi¨®n y casi a la vez de su primera y sorprendente novela Volver¨¢s a Regi¨®n (1968), que ya llam¨® la atenci¨®n de la cr¨ªtica, entre quienes me cuento.
Benet se proclama directo heredero del Romanticismo, esto es, de la inspiraci¨®n. Este "romanticismo" se opone al "realismo" al uso, que s¨®lo se puede imponer a trav¨¦s de un "estilo", que aqu¨ª se quiere someter a un "gran estilo", anterior al sencillo, que se supone heredero del de la "entrada en la taberna" habitual desde hace siglos en las letras espa?olas de siempre, bien que esta definici¨®n quede en suspenso ante la figura de Cervantes, que no se sabe si lleg¨® a entrar o no. Bien, aunque Benet se detenga ante Cervantes y se proclame como "el ¨²ltimo rom¨¢ntico" (calificativo barojiano) toda su obra se dirigir¨¢ a la creaci¨®n de un g¨¦nero m¨ªtico, apoyado en el del escenario que planificar¨¢ el del marco que englobar¨¢ toda su obra, Regi¨®n.
As¨ª las cosas, tras exponer estas notas introductorias, Molina Ortega se centra en el primer personaje, que es el de Numa, el misterioso y vago vigilante asesino de Regi¨®n, que se convertir¨¢ en un mito que se sucede a s¨ª mismo en Numa. Una leyenda. Pero este guardi¨¢n, en el fondo reaccionario, reina sobre un mundo en ruinas, en la oscuridad de las monta?as de Mantua, entre Regi¨®n y Macerta, los dos polos enfrentados en una guerra civil innominada, pero que es un fiel reflejo de la Guerra Civil espa?ola que se eternizar¨¢, desde el principio de los tiempos hasta el final interminablemente.
La tesis de Molina Ortega no
sigue el orden cronol¨®gico impuesto por las novelas de Benet, pero este desorden se ordena despu¨¦s a trav¨¦s del estudio de las novelas principales, estabilizadas por sus conceptos -la huida, los personajes, sus representaciones, los viajes, sus ra¨ªces b¨ªblicas, las intrusiones, sus interrelaciones y sus sentidos- estudiados en medio de la oscuridad, pues todos ellos pertenecen a la mitolog¨ªa (Fraser) y caen en lo faulkneriano, y recuerdo que Faulkner fue quien dijo que la operaci¨®n de conocer a trav¨¦s del arte era "como un chispazo de luz entre dos oscuridades", frase que inspira toda la obra benetiana. As¨ª, a trav¨¦s del Numa, la tesinanda se centra en Una tumba, La otra casa de Maz¨®n y Sa¨²l ante Samuel, para recorrer minuciosamente toda la obra de Benet, para desembocar en los tres vol¨²menes finales de Herrumbrosas lanzas, aun sin olvidar iluminadores regresos hacia Volver¨¢s a Regi¨®n, Una meditaci¨®n, Un viaje de invierno, y as¨ª al resto de las obras.
Todas las tesis y ex¨¦gesis que se han producido en torno a esta obra oscura y genial de Benet palidecen al tenor de esta tesis, desordenada, oscura, minuciosa e iluminadora, que las supera por su cuidado y rigor.
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