"Si se supiese la cifra gastada en el Pazo de Meir¨¢s, causar¨ªa asombro"
Un informe militar revela que los municipios pagaron la 'donaci¨®n' a Franco
"La cifra gastada en el pazo es de tal magnitud que si se supiese causar¨ªa asombro". El pazo es el de Meir¨¢s, regalado en plena Guerra Civil al autoproclamado jefe del Estado, Francisco Franco, en nombre del pueblo de A Coru?a. Y la frase procede del informe oficial y reservado que emiti¨® un a?o despu¨¦s de la donaci¨®n, en noviembre de 1939, un alto mando del Ej¨¦rcito franquista. Un documento, conservado en el archivo de Alcal¨¢ de Henares, que desvela c¨®mo se fragu¨® la operaci¨®n para comprar, ampliar, reformar y entregar al dictador la propiedad, enclavada en el municipio coru?¨¦s de Sada. El dinero para afrontar las abultadas facturas del proceso sali¨® de las arcas p¨²blicas. Todos los ayuntamientos de la provincia fueron obligados a pasar por caja y contribuir a la cuestaci¨®n organizada por los franquistas.
El documento reservado reconoce "el fracaso de la suscripci¨®n"
El pintor coru?¨¦s Sotomayor propuso y negoci¨® la compra de las Torres
El costoso obsequio a Francisco Franco fue iniciativa de autoridades civiles y empresarios de A Coru?a, deseosos de mostrar su fervor y fidelidad al art¨ªfice de la rebeli¨®n militar de 1936. Encabezaban el grupo el entonces gobernador civil, el alcalde de la ciudad, los presidentes de la Diputaci¨®n y de la C¨¢mara de Comercio, as¨ª como el banquero Pedro Barri¨¦ de la Maza, que acabar¨ªa haci¨¦ndose ¨ªntimo del dictador. "Para cubrir los gastos y dem¨¢s exigencias econ¨®micas del proyecto", sus promotores constituyeron una denominada Junta Provincial Pro-Pazo del Caudillo y lanzaron una suscripci¨®n p¨²blica con donativos supuestamente voluntarios. Tambi¨¦n se descontaron d¨ªas de sueldos a funcionarios y empleados. Pero "por circunstancias de forma y propaganda, se vio desde los primeros momentos el fracaso de dicha suscripci¨®n", seg¨²n revela el informe reservado de un teniente coronel, enviado a Galicia para informar sobre la reorganizaci¨®n de la Falange en las provincias de A Coru?a y Lugo.
El documento, datado en Madrid, el 2 de noviembre de 1939, el A?o de la Victoria, est¨¢ dirigido a un general, cuyo nombre no se cita, y fue presentado ante la Delegaci¨®n Nacional de Provincias, un organismo de la dictadura. El escrito original se conserva en el Archivo General de la Administraci¨®n, en Alcal¨¢ de Henares. El autor del informe, cuya identidad aparece borrada, dedica tres folios mecanografiados al "asunto de la adquisici¨®n del pazo del caudillo" ya que considera que "merece cap¨ªtulo aparte". Fue, seg¨²n este relato, el pintor coru?¨¦s Fernando ?lvarez de Sotomayor el que propuso y negoci¨® la compra de la propiedad de Meir¨¢s, el singular castillo de tres torres rectangulares construido a finales del siglo XIX por encargo de Emilia Pardo Baz¨¢n para ser su santuario literario.
Las herederas de la escritora, su hija y su nuera, lo vendieron en abril de 1938 a los franquistas por 415.000 pesetas, "un precio excesivo", seg¨²n remarca el alto mando militar. El documento destaca que "todas las gestiones se realizaron con rapidez ante la noticia de que hab¨ªa otras poblaciones o provincias que teniendo la misma idea pod¨ªan adelantarse". Fracasada la recaudaci¨®n de donativos, se ide¨® entonces otro plan para financiar el regalo al Caudillo: "recabar de los bancos" de A Coru?a un cr¨¦dito para "las primeras atenciones y cubrir luego todos los gastos mediante un repartimiento proporcional entre todos los ayuntamientos de la provincia". Se les oblig¨® a aportar como m¨ªnimo el 5% de lo que recaudasen con el impuesto de la contribuci¨®n. El porcentaje se incrementaba en funci¨®n "de la capacidad industrial y comercial" de cada municipio.
Tras lograr un cr¨¦dito bancario de 500.000 pesetas, "se comunic¨® a los alcaldes" el plan, "se imprimieron saludos y recibos y se puso en marcha el cobro". Los ayuntamientos lo hicieron "relacion¨¢ndose con sus habitantes" y la C¨¢mara de Comercio de A Coru?a, "tratando directamente con sus afiliados". Y la f¨®rmula dio resultado: se recaud¨® "muy cerca de un mill¨®n doscientas mil pesetas". Supon¨ªa una aut¨¦ntica fortuna en tiempos como aquellos de guerra y penuria econ¨®mica generalizada. Pero, con todo, result¨® insuficiente. Ese dinero cubri¨® la compra del pazo, "se pudieron hacer reparaciones, reformas, adquirir muebles, etc¨¦tera" , y permiti¨® "amortizar un 25% del cr¨¦dito bancario".
Para pagar el resto (375.000 pesetas) y "cubrir el importe de obras y reformas proyectadas, y se supone que ya aceptadas con la conformidad del Caudillo", explica el teniente coronel en su informe, "se calcula [que] se necesitan unas 750.000 pesetas". Y es que, destaca el mando franquista, el asombro ser¨ªa may¨²sculo si se supiese "la cifra gastada en el Pazo porque responde al 10% de la contribuci¨®n de la provincia, aparte de donativos importantes, facilitados por organismos y entidades". Enormes fueron tambi¨¦n las obras y reformas realizadas para regalar la suntuosa residencia en la que Franco pas¨® los 36 veranos que ejerci¨® como jefe de Estado y de la que disfrutan hoy, como propiedad privada, sus herederos.
Los promotores del obsequio no s¨®lo compraron la finca y fortaleza de Pardo Baz¨¢n, sino que se duplic¨® la superficie con expropiaciones forzosas de fincas y hasta casas de campesinos de Meir¨¢s, indemnizados con cantidades irrisorias o incluso con nada. El pazo y sus jardines, con una extensi¨®n de 6,6 hect¨¢reas, han vuelto al primer plano de la actualidad ante la negativa de los descendientes del dictador a permitir que la Administraci¨®n auton¨®mica inspeccione una propiedad catalogada en el Patrimonio Cultural de Galicia. La Conseller¨ªa de Cultura pretende averiguar el estado de conservaci¨®n y la posibilidad de declararlo Bien de Inter¨¦s Cultural, lo que permitir¨ªa darle un m¨ªnimo uso p¨²blico y reforzar¨ªa las medidas de preservaci¨®n.
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