No llames a la tele

Una de las maneras m¨¢s eficaces de identificar la telebasura no consiste en mirar las im¨¢genes crudas de las generalistas, sino en leer esos SMS que a modo de subt¨ªtulos con faltas de ortograf¨ªa inundan las pantallas rosa y que los telespectadores pagan a 0,95 c¨¦ntimos. Y as¨ª est¨¢n las cosas: la telebasura ya no s¨®lo es algo que se ve sin necesidad de grandes gafas semi¨®ticas, tambi¨¦n es esa cosa que se lee y financia con esos SMS que salen en pantalla.

Lo dijo sin pelos en la lengua Paolo Vasile (Tele 5) y no voy a llevarle la contraria al gran lince comercial de las privadas: los mensajes del m¨®vil y las llamadas al 905 para votar (y no s¨®lo en los realities) son la segunda gran fuente de financiaci¨®n despu¨¦s de los bloques publicitarios. Si no entiendo mal, tan importante para la rentabilidad televisiva es la producci¨®n de telebasura en los plat¨®s para engordar audiencias como el consumo masivo de SMS o llamadas al 905. Ya no basta con mirar y callar, tambi¨¦n hay que telefonear.

Poco importa que la batalla contra la telebasura, sobre todo la nuestra, tan ¨²nica en Europa, sea la ¨²ltima de las misiones c¨ªvicas y que ya existan en este pa¨ªs gentes dispuestas a hacer lo que en Italia hicieron Umberto Eco y Beppe Grillo (boicotear la publicidad de los programas infames) si luego resulta que esos c¨¦ntimos de los SMS son tan importantes como los millonarios spots.

Admito no estar preparado para esta intromisi¨®n en la financiaci¨®n de nuestros horrores audiovisuales, ll¨¢mense realities o plat¨®s rosas. Ya s¨®lo cabe rezar para que un d¨ªa pase en nuestro hemiciclo lo que esta misma semana ocurri¨® en el Parlamento brit¨¢nico: que tambi¨¦n investiguen y sancionen esa gran estafa que es el televoto o el perverso SMS. Mientras tanto, no llames a la tele, por favor.