Apaleamientos racistas
El portavoz del del PP en el Ayuntamiento de Almer¨ªa ha presentado una moci¨®n para que el pleno solicite el indulto para dos vecinos de El Ejido, condenados a 15 a?os de prisi¨®n por secuestrar y apalear a dos inmigrantes. El Tribunal Supremo declara que en un Estado de Derecho no tienen cabida actuaciones como las de estos vecinos que, prevali¨¦ndose de que las v¨ªctimas eran inmigrantes sin papeles, les secuestraron en tres ocasiones y les rompieron una pierna, la cara y varios dientes. ?stos hechos no han impedido que el grupo popular presente una moci¨®n a favor del indulto. Es una petici¨®n en la que merece la pena detenerse. Tanto en el hecho en s¨ª, como es solicitar el indulto, como en las razones esgrimidas para justificarlo; sostiene el portavoz que "con esta petici¨®n se recoge el sentimiento mayoritario de los ciudadanos".
No ser¨¦ yo quien ponga en duda de que, en esta ocasi¨®n y por estas palizas, exista un grupo de personas que por razones de amistad, de familia o de vecindad se movilicen para lograr el indulto. Sin duda existen, como tambi¨¦n que pueden valerse de estos sentimientos para descomponer la realidad de los hechos y, mediante esta degradaci¨®n, colocar por encima de la Justicia y el Derecho, sus sentimientos y deseos. Esta alteraci¨®n de valores para algunas personas -sin duda, tambi¨¦n, hay otras silentes que no se manifiestan- pueden enturbiar la realidad racista de estos hechos.
Lo que no debe aceptarse, y es por lo que dec¨ªa que merecer¨ªa la pena detenerse en esta petici¨®n, es que se comparta por un grupo pol¨ªtico democr¨¢tico que ha hecho profesi¨®n de fe en defensa de la igualdad y la no discriminaci¨®n. No es de raz¨®n que ni el PP ni cualquier otro sostengan un indulto a favor de personas que han cometido actos racistas. El grupo popular deber¨ªa entenderlo y no jugar ni ser c¨®mplice de sentimientos que van en contra del Estado de Derecho.
Y hago este comentario, en cuanto a colocar por encima del Derecho a los sentimientos, porque, en el momento actual, Regina Otaola -alcaldesa de Lizartza por el PP- tiene en su contra a un grupo de ciudadanos de esta localidad vasca y su permanencia, como alcaldesa, es un triunfo de los valores democr¨¢ticos. ?ste es el camino. No el que el mismo grupo realiza en Andaluc¨ªa pues, de aceptarse la justificaci¨®n que aqu¨ª se ha dado, se dejar¨ªa en manos de los que m¨¢s gritan y de los sentimientos, sean amistad o sean nacionalistas, el Estado de Derecho. No son los que m¨¢s gritan, ni los sentimientos, los que marcan el s¨ª y el no de los valores del sistema democr¨¢tico. El sistema democr¨¢tico no se sustenta en sentimientos personales ni en posiciones si, a trav¨¦s de ellas, se renuncia y se destrozan sus valores. Algunos dirigentes del grupo popular deber¨ªan saberlo y no mantener posturas diferentes seg¨²n sea el norte o el sur y andar justificando indultos por actos racistas.
Los indultos individuales deben concederse por razones de justicia y equidad. Razones que no se dan en supuestos que van contra las pol¨ªticas y avances sociales, como las de igualdad o violencia de g¨¦nero. Sus violaciones son el m¨¢ximo exponente de la injusticia. No parece que la moci¨®n a favor de este indulto deba tener cabida, y menos respuesta favorable, por parte de un Ayuntamiento que representa a un pueblo y a sus valores constitucionales. Ir en contra de estos valores vac¨ªa de contenido una Justicia constitucional y elimina la ejemplaridad de una sentencia que quiere mirar para otro lado, como esos viajeros de un tren en Catalu?a que hace d¨ªas callaron mientras un racista -uno m¨¢s- se liaba a golpes con una peque?a por el ¨²nico hecho de ser inmigrante. Bien har¨ªa el grupo popular en alcanzar una coherencia democr¨¢tica que le hacen olvidar que la justicia y la equidad no son compatibles con quienes destrozan otras vidas humanas por su condici¨®n o su origen.
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