En el desfiladero de la libertad
"Estamos en la monta?a porque no podemos ser libres", afirma un guerrillero - El PKK se pasea por las aldeas fronterizas, pero el Gobierno kurdo finge no verlo
Por una carretera que culebrea por las monta?as pr¨®ximas a la frontera con Turqu¨ªa aparece Cawa, un jefe del PKK. "No tenemos miedo, luchamos por la libertad", dice. No es f¨¢cil encontrar en el Kurdist¨¢n iraqu¨ª traductores de ingl¨¦s. Y m¨¢s dif¨ªcil a¨²n es convencerles para subir a la monta?a en busca de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK), organizaci¨®n considerada terrorista por Turqu¨ªa, EE UU y la UE.
En algunas poblaciones, los rebeldes sustituyen a la polic¨ªa
"Es muy dif¨ªcil llegar a ellos", se?alaba el lunes un traductor en Erbil, capital del Kurdist¨¢n iraqu¨ª. "Nosotros no sabemos d¨®nde est¨¢n", dec¨ªa ayer un representante del Gobierno aut¨®nomo kurdo en la ciudad fronteriza iraqu¨ª de Zajo. "Si lo supi¨¦ramos, tendr¨ªamos que detenerlos".
Hace varias noches, la aviaci¨®n turca bombarde¨® las inmediaciones de una aldea pr¨®xima a Zajo. "Se empe?an los turcos en pensar que ah¨ª est¨¢ la guerrilla del PKK, pero ah¨ª s¨®lo hay civiles", dec¨ªa el citado representante del Gobierno. Para llegar a la aldea es preciso pasar primero el control de un puesto de peshmergas, soldados del Gobierno kurdo iraqu¨ª. Y una vez superado el control, seguir hacia arriba, por una carretera asfaltada que culebrea por monta?as tan altas como el desfiladero de Despe?aperros. En la cumbre de la monta?a hay una aldea de peque?as casas adosadas, pintadas de verde, rosa y amarillo. ?sa es la aldea. Est¨¢ como a 10 kil¨®metros de Turqu¨ªa. S¨®lo se necesita el contacto de un tendero de 50 a?os, veterano de la guerra entre Irak e Ir¨¢n, donde qued¨® lisiado de una pierna y con bast¨®n. Despu¨¦s, s¨®lo se precisa continuar por la misma carretera durante un kil¨®metro, parar el auto y caminar unos 200 metros por una colina.
Una caba?a con sacos de arena y techo cubierto de pl¨¢stico sirve de control de vigilancia a la guerrilla del PKK. Es la primera vez que el tendero se acerca all¨ª con su bast¨®n. "Pero me conocen de sobra, no hay peligro", asegura. Se ven pantalones y camisas militares sec¨¢ndose en algunos arbustos. Hay un dep¨®sito de agua con una tuber¨ªa que asciende monta?a arriba. No se ve a nadie en los alrededores. S¨®lo se oye el supuesto gorjeo de algunos p¨¢jaros dici¨¦ndose algo a lo lejos. Al cabo de un minuto surge un guerrillero. Despu¨¦s otro y despu¨¦s dos m¨¢s.
Cawa es el jefe de la base. Lleva una pistola en el bolsillo interior de la chaqueta y una radio de transmisi¨®n que funciona con pilas pegadas con cinta adhesiva. Cojea, igual que el tendero, a causa de una herida que sufri¨® combatiendo contra los turcos. Tiene 37 a?os y lleva 17 en la guerrilla. De Espa?a, lo que m¨¢s le gusta es ETA. "?Por qu¨¦ todo el mundo escribe ahora por la muerte de 15 soldados turcos? Nuestro l¨ªder [Abdal¨¢ Ocalan] lleva 10 a?os preso y aislado. Y nadie escribe de eso".
"Los turcos lo quisieron envenenar. Pero nadie escribe de eso tampoco", contin¨²a. "Nadie se acuerda de nosotros hasta que muere alg¨²n turco. Pero no somos terroristas. Estamos escondidos en la monta?a porque no podemos ser libres, pero no tenemos miedo. Luchamos por la libertad de nuestro pueblo".
Cawa solicita permiso por el radio-transmisor a un superior para ver si le autorizan a seguir hablando con periodistas. "Me dicen que no. Que para hablar con nosotros se requiere un permiso desde Europa. Tenemos representantes en Alemania, Espa?a, B¨¦lgica... Con una carta de ellos, no hay ning¨²n problema. S¨®lo puedo invitarles a t¨¦". El t¨¦ lo sirve un guerrillero con un Kal¨¢shnikov a la espalda y se toma sentado en el suelo.
En realidad es muy f¨¢cil observar c¨®mo viven muchos guerrilleros del PKK. Basta con acceder a algunas aldeas como ¨¦sta, pr¨®xima a la frontera. "A nuestra aldea bajan cada d¨ªa", dice el tendero que ha servido de contacto. "Cawa s¨®lo lleva un a?o en ese puesto. Unos llegan y otros se van, pero ah¨ª siempre hay gente del PKK. En nuestra aldea son ellos los que nos protegen. Si alguna vez viene alguien de Zajo que ha bebido whisky y llega causando problemas, s¨®lo tenemos que recurrir al PKK. Ellos son la autoridad en esta zona. Aqu¨ª no suelen acudir los peshmergas del Gobierno. Sin embargo, los del PKK vienen a menudo a nuestras casas, nos preguntan que c¨®mo estamos o si tenemos alg¨²n problema. Y a veces se quedan a ver la tele".
Los miembros del PKK bajan tambi¨¦n hacia Zajo en sus veh¨ªculos. Pasan el control de los peshmergas sin ning¨²n problema. Da la impresi¨®n de que si el Ej¨¦rcito turco pasase la frontera para atacarles, ser¨ªa muy f¨¢cil para ellos camuflarse entre la poblaci¨®n. Tan f¨¢cil como cambiarse de ropa y meterse en las casas vecinas.
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