Vivamos tal como somos
Una sacudida sociol¨®gica recorre Galicia, sin que los sism¨®grafos oficiales perciban casi nada. Es la campa?a publicitaria Vivamos como galegos, una inusual reivindicaci¨®n, descarada y fresca, de que somos como somos, en estos tiempos de globalizaci¨®n de usos y costumbres y de ucases medi¨¢ticos sobre lo que es correcto o no. Y m¨¢s a¨²n, una llamada a que deber¨ªamos seguir si¨¦ndolo.
Un ejemplo de ese tal como somos es que la agenda pol¨ªtica espa?ola est¨¢ repleta de acontecimientos grav¨ªsimos, que se pueden resumir en que buena parte de la poblaci¨®n jalea a un maleducado que alardea de haberle llamado en televisi¨®n Jos¨¦ Luis a un se?or que se llama Josep Llu¨ªs (Carod Rovira). Sin embargo, aqu¨ª el tema estrella de la cosa p¨²blica es el botell¨®n. Los alcaldes suelen ser, fuera de su ¨¢mbito local, seres discretos que no se significaron colectivamente ni siquiera cuando la Xunta les secuestr¨® la posibilidad de apostar por el progreso a menos de 500 metros de la costa. Pero los que administran los censos m¨¢s poblados acudieron casi todos al c¨®nclave de Compostela con la misma responsabilidad hist¨®rica que si los hubiesen convocado a la conferencia de Yalta para establecer el futuro de Europa.
Tras el 'botell¨®n' hay dos problemas, alcoholismo juvenil y descontrol del ruido nocturno
Algo altamente encomiable por lo que tiene de preocupaci¨®n por los problemas de los administrados y no por los propios, pero que a la vez se puede calificar de tarde piache. El botell¨®n no es m¨¢s que la secuela port¨¢til y dependiente del clima de dos problemas m¨¢s graves y mucho m¨¢s antiguos: el alcoholismo juvenil y el descontrol del ruido nocturno. Un binomio de actividades molestas que los ayuntamientos no atajaron en su momento, e incluso emiten se?ales de que son permisibles en circunstancias, como fiestas patronales o celebraciones de gestas.
Y queda ciertamente pat¨¦tico que los l¨ªderes de ciudades concluyan pidiendo auxilio a la Xunta (o lo que es lo mismo, en la conmovedora versi¨®n del alcalde coru?¨¦s, a los padres, "para que dediquen cinco minutos, en la comida o en la cena, a hablar con sus hijos").
No es por poner palos en las ruedas de la autonom¨ªa municipal, pero si una administraci¨®n no es capaz de garantizar que unos vecinos concilien el sue?o, mucho menos deber¨ªa controlar el urbanismo (dando por supuesto que el urbanismo est¨¦ controlado de alguna forma, y de que sean las corporaciones las que en realidad lo dise?an). Posiblemente lo del transporte p¨²blico est¨¦ como est¨¢ por falta de instancias internacionales a las que recurrir.
Claro que nosotros somos los menos conscientes de ese tal como somos. En las afueras se nos percibe como decididamente ex¨®ticos, como a veces se le escapa a algunos/as ministros/as a la hora de justificarse. La pasada semana, un bus patrocinado por el Ministerio de Industria y el sindicato agrario Asaja recorri¨® el interior de A Coru?a predicando en el rural la buena nueva de las TIC, las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n.
La mayor¨ªa de los que se acercaron al coche de l¨ªnea aseguraron conocer de sobra las ventajas te¨®ricas, pero lo que querr¨ªan era disfrutarlas en la pr¨¢ctica, porque de lo que carecen es de l¨ªneas telef¨®nicas que soporten velocidades dignas. El tal como somos es que una ganadera de Mes¨ªa se queje de que no puede conocer on line los an¨¢lisis diarios de la leche que entrega, para detectar de inmediato el origen de la irregularidad y no al cabo de un mes.
Esto es as¨ª porque pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos, advert¨ªa Maquiavelo. Y esta sociedad nunca ha reclamado nada. Incluso ve con indiferencia que algunos reclamen, y en ocasiones llega a tomarlo a mal. Igual que la cadena de supermercados que apuesta por el galician way of life nunca hab¨ªa evidenciado m¨¢s relaci¨®n con lo gallego que la localizaci¨®n geogr¨¢fica y lo reivindica ahora que siente en la nuca el aliento de la competencia for¨¢nea.
Antes que del "vivamos como galegos", esta sociedad ha hecho bandera del "comport¨¦monos como si no lo fu¨¦semos, no vaya a ser que se nos note". "Galiza soio merecer¨¢ respeto cando abandoemos a nosa mansedume, despois de saber o que fomos, o que deixamos de ser e o que ser¨ªamos con vida independente", escribi¨® Castelao. M¨¢s como lamento que como profec¨ªa, me temo.
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