Olor a jazmines y galanes de noche
Del cabo Cope a Calabardina, aguas limpias, chumberas y algarrobos
En esta tierra hay murci¨¦lagos, lagartos y dragones que trepan por los muros con sus patitas de ventosa y que, seg¨²n la superstici¨®n popular, si te caen en la cabeza te dejan calvo. Un drag¨®n tumbado parece precisamente el cabo Cope visto desde la playa de Calabardina: un drag¨®n con un cuerno en la cabeza. La luz proyecta distintos colores a lo largo del d¨ªa en las escamas del monstruo dormido.
El cuerno que asoma entre la superficie del mar no pertenece al cabo, sino que es una de las escarpadas protuberancias que adornan el perfil abrupto e imperfecto de este pedazo de costa mediterr¨¢nea. Desde la playa de Calabardina pueden tambi¨¦n contemplarse las cet¨¢reas, las sendas que surcan el lomo del cabo Cope y la misteriosa isla del Fraile, punto de fabricaci¨®n del garum, preciado licor de los fenicios; en ella son a¨²n visibles bocas de mina que datan de la ¨¦poca romana.
En los d¨ªas claros, desde Calabardina, se atisba incluso Moj¨¢car y el faro de Garrucha. Lo que no puede verse desde esta playa de aguas limpias son las cuevas submarinas -la de la Virgen, la del M¨¢rmol-, los pecios, que constituyen uno de los atractivos fundamentales para el turismo subacu¨¢tico de esos buceadores que siempre andan buscando los restos sumergidos de la Atl¨¢ntida, la sonrisa del pulpo, las praderas de posidonias... La almadraba es el club escuela de buceo de este lugar que huele a jazmines y a galanes de noche y, m¨¢s prosaica y nutritivamente, a sus delicias culinarias: la mollera, la lecha, los letones, el at¨²n, la gamba roja, el gallopedro, la hueva, la mojama, la almendra frita.
Tomamos la carretera que nos conduce hasta la torre de Cope (siglo XVI) y seguimos por ella bordeando la costa de la Marina de Cope. Recorremos desde Calabardina, al pie del cabo Cope y dependiente del Ayuntamiento de ?guilas, hasta las Puntas del Calnegre, pedan¨ªa de Lorca. Calabardina y Calnegre son dos salidas sucesivas de la nueva autopista AP-7, que ha despertado las iras de unos y las bendiciones de otros; contemplando el paisaje, nos damos cuenta de que la pol¨¦mica no tiene f¨¢cil soluci¨®n: la posibilidad de urbanizar este extenso y hermoso paraje pasa por depredar zonas de valor agr¨ªcola o de valor ecol¨®gico. S¨®lo podemos esperar que, al final, triunfe la racionalidad sostenible.
Antes de que llegue el tsunami del cemento y de los campos de golf ("Agua para golf-os, ?no!", es una de las pintadas de los ecologistas), el paisaje de la Marina de Cope se compone de llanuras mar¨ªtimas bajo el tel¨®n de fondo curvil¨ªneo de la sierra de la Almenara, y de la presencia de los invernaderos, de los pl¨¢sticos, de las balsas y los rollos de goma para el regad¨ªo por goteo, de las tomateras y de, al menos, una planta desaladora. Hay quien dice que regando con esa agua, los tomates no pueden saber igual; otros dicen que el sabor nada tiene que ver con la composici¨®n del agua, sino con el n¨²mero de cosechas del a?o. El agua es por aqu¨ª no s¨®lo un tema de conversaci¨®n: es un tesoro.
La sombra de Paco Rabal
En el interior de la Marina de Cope casi se oculta la fantasmag¨®rica Cuesta de Gos, con su mina abandonada y sus chumberas: aqu¨ª naci¨® Paco Rabal y aqu¨ª est¨¢ enterrado bajo un almendro. A los pies de una escultura con su imagen, los vecinos y los visitantes dejan flores o cigarrillos de los que el actor quiz¨¢ disfrute cuando nadie le ve. En el paseo mar¨ªtimo de Calabardina se sit¨²a la Milana Bonita, residencia de la familia Rabal; parece que a¨²n Paco va a saludar al transe¨²nte con el que se cruza, al transe¨²nte conocido y al desconocido, con esa peculiar manera de decir, que se come las eses finales: "Bueno d¨ªa, bueno d¨ªa...". Tambi¨¦n las mujeres que limpian sus patios y sus porches cada ma?ana, mujeres relimpias que cuidan sus buganvillas y sus flores de cactus, saludan con la misma cadencia.
Siguiendo la carretera de la costa en direcci¨®n a Mazarr¨®n vamos ascendiendo, y volver la vista atr¨¢s es una experiencia impresionante; abajo se observa la orograf¨ªa aplanada hacia el mar y la roca, y entre las rocas que huelen a molusco y a pesca, el perfil de las calas de la Marina de Cope: el Sombrerico es una de las m¨¢s bonitas. En la subida y descenso hacia El Ramonete se contemplan ramblas y barrancos adornados por palmeras, higueras, chumberas y algarrobos.
La monta?a muestra sus minerales cortados: las lajas de pizarra brillan con la luz del sol. De El Ramonete a las playas v¨ªrgenes de Lorca, zona protegida por su inter¨¦s geom¨®rfico y su avifauna, hay unos cuatro kil¨®metros; entre la cala de Calnegre y la cala del Siscal, desde la que vuelve a contemplarse una bell¨ªsima vista del cabo Cope, se esconde uno de esos lugares tan hermosos que hasta pudor da descubrirlo, el mismo pudor que indica su nombre: la cala del Ba?o de las Mujeres. La arena brilla, y entre sus cristales brotan varas con una flor blanca, imposible, que embellecen m¨¢s si cabe esta cala protegida de las miradas, pensada por la naturaleza para celebrar ritos m¨¢gicos, sucesivas noches de San Juan a la luz de la Luna; una cala secreta y pudorosa como las mujeres que se ba?an en ella.
- Marta Sanz (Madrid, 1967) fue finalista del Premio Nadal 2006 con la novela Susana y los viejos.
GU?A PR?CTICA
Dormir- Hotel Mayar¨ª (968 40 93 38). R¨ªo de Janeiro, 14. Calabardina. Unos 70 ?. - Hotel Al Sur (968 41 94 66). Torre de Cope, 24. Calabardina. Desde 90.- Hotel Golf L'Azoh¨ªa (968 15 02 28). Carretera de La Azoh¨ªa. Isla Plana (Mazarr¨®n). Doble, 115 euros.- Hotel Playa Grande (968 15 57 15). Avenida del Castellar, 19. Puerto de Mazarr¨®n. Doble, 76 euros.Comer- Miramar (968 56 30 33). Paseo de la Barra. Cabo de Palos. Unos 25 euros.- El Paso (968 44 71 25). Cartagena, 13. ?guilas. Unos 25 euros.- Bartolo. Sobre el paseo mar¨ªtimo de Calabardina. Entre 25 y 45 euros.Informaci¨®n- Turismo de Murcia (968 27 77 77; www.murciaturistica.es).
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