Los H¨¦roes colapsan los accesos a Cheste
Miles de fans de la m¨ªtica banda se quedan a las puertas del ¨²ltimo concierto
Pese a las advertencias y al gran dispositivo log¨ªstico preparado durante toda la semana para el cierre de la gira de los H¨¦roes del Silencia, el atasco para llegar al Circuito Ricardo Tormo de Cheste era patente ya desde la misma avenida del Cid, a la salida de Valencia, donde a las 19.30 de la tarde se hab¨ªa colapsado el tr¨¢fico produciendo colas de m¨¢s de 17 kil¨®metros de retenci¨®n hasta el recinto. Gestos de resignaci¨®n y paciente espera fueron la nota predominante entre los integrantes de la interminable caravana que congestion¨® por completo la N-III. Un p¨²blico intergeneracional que, pese a las retenciones, no dej¨® de abastecerse en las muchas gasolineras que hay durante el trayecto. Al menos, la lluvia a medida que avanzaba el d¨ªa, se dio una tregua que sirvi¨® para no agravar a¨²n m¨¢s la larga espera en las carreteras. Todo para no perderse la ¨²ltima -"de momento" y posiblemente m¨¢s multitudinaria- actuaci¨®n de la banda zaragozana, otro de los sonados retornos de un 2007 al que ya se puede calificar como el a?o de la nostalgia musical masificada. Agobiados por la imposibilidad de llegar a tiempo, decenas de viajeros abandonaron sus veh¨ªculos en plena carretera al grito de: "?Qu¨¦ verg¨¹enza!", casi una hora despu¨¦s de que el espect¨¢culo hubiera comenzado. Al cierre de esta edici¨®n, el viacrucis o la imposibilidad de no poder llegar al concierto se hac¨ªa cada m¨¢s real mientras adentro sonaba El Estanque. Ni las v¨ªas de servicio sirvieron para que m¨¢s de uno que pensaba que col¨¢ndose por ellas podr¨ªa llegar a tiempo, pudiera amortiza su entrada, vendida por cierto -a un precio medio nada popular- de 44 euros por barba en taquilla, y hace meses. Las retenciones se reprodujeron en todos los enlaces con Cheste, tanto desde la A-7 en sentido Barcelona con colas de 15 kil¨®metros como en sentido Alicante con retenciones de 9 kil¨®metros. A esa hora, la resignaci¨®n dio paso a la indignaci¨®n.
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