Sneijder busca a Sneijder
El centrocampista del Madrid lleva dos jornadas sin tirar a puerta, uno de sus sellos de identidad
Wesley Sneijder lleva dos partidos de Liga consecutivos sin rematar a puerta. Sus piernas, dos gatillos famosos por la eficacia industrial, parec¨ªan resortes rotos. Sin tensi¨®n en los muelles, el jugador que hace dos meses se present¨® en el Bernab¨¦u como un estilete ha ido perdiendo presencia y profundidad. Los t¨¦cnicos del Madrid indagan sobre su ca¨ªda de rendimiento. Especulan. P¨²blicamente, Schuster, su entrenador, niega que Sneijder atraviese una crisis. En todo caso, advierte, ha fallado demasiados pases ¨²ltimamente. Otras fuentes del vestuario se?alan que el holand¨¦s sufre las consecuencias del exceso de presi¨®n que se autoimpone.
"Los jugadores en el Bernab¨¦u se ven ante un precipicio", explican en el club
"Lo m¨¢s habitual es que los jugadores, cuando salen a un campo como el Bernab¨¦u, se encuentren como ante un precipicio", explican en el vestuario, apuntando a Sneijder. "Si piensan en que para cruzarlo deben correr el riesgo de caer, no pueden. Somatizan la presi¨®n y eso se traduce en sudores, temblor, nervios. Piensan demasiado. Lo que tiene que lograr Sneijder es pensar menos y jugar. Jugar y nada m¨¢s".
Curtido al aire del Mar del Norte, Wesley Sneijder es uno de esos chicos que prefieren hacerse cargo de sus problemas tragando saliva. En el club dicen que soporta un gran peso. Pero ¨¦l exhibe un rostro impenetrable. Habla poco y se refugia al calor de su mujer y su hija peque?a. Tiene 23 a?os y es evidente que atraviesta un bache. Contra el Espanyol perdi¨® seis balones seguidos. Dio 16 pases malos y 26 buenos. Sum¨® su segundo partido consecutivo en Liga sin rematar a puerta.
Entre medias, jug¨® un partido internacional. Holanda se enfrent¨® a Eslovenia y Sneijder abri¨® el marcador. Hizo un gol.Dispar¨® tres veces a puerta y una vez al palo. Su comportamiento en el campo contrast¨® con sus ¨²ltimas actuaciones en el Madrid. "En Holanda hice un buen partido", admiti¨® ayer. "Pero all¨ª jugu¨¦ por detr¨¢s de los dos puntas. Aqu¨ª parto de la izquierda".
Sneijder no se justifica. Pero sus condiciones se ajustan m¨¢s a la segunda punta que al centro del campo. No se siente un organizador, ni un extremo, y puede que en el Madrid no est¨¦ arrastrando tantas cargas morales como t¨¢cticas.
Schuster niega que su jugador tenga problemas y acusa a la prensa de sobrevalorar los goles. "Nos est¨¢ faltando una cosa que la prensa ha valorado mucho a principio de temporada: los goles de falta espectaculares que a Sneijder le han subido muy r¨¢pido", explica el entrenador. "Quiz¨¢ le est¨¢n fallando algunos pases, pero al final lo que echamos de menos son sus goles de falta. Lo importante es su intensidad y tambi¨¦n hay que tener en cuenta la acumulaci¨®n de partidos que lleva"
En su primer partido con el Madrid, frente al Atl¨¦tico, Sneijder hizo pensar en un futbolista estupendo. Su segundo partido, contra el Villarreal, lo situ¨® entre los catalizadores del juego. Un volante omnipresente, solidario, l¨²cido en el entrejuego y demoledor cada vez que pisaba el ¨¢rea. Desde hace dos semanas, el efecto se ha extinguido.
En el club no faltan voces que apuntan a causas psicol¨®gicas: "Sus primeros partidos fueron muy buenos y tal vez se sienti¨® forzado a poner el list¨®n muy alto. Se autoimpuso responsabilidades que nadie le ha exigido".
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