La patada
Hay patadas que conmueven al mundo. La violenta agresi¨®n de un joven catal¨¢n a una joven inmigrante ecuatoriana captada por el ojo permanente de una c¨¢mara de vigilancia de un vag¨®n de metro en Barcelona se ha convertido en un ejemplo de lo que es el periodismo global. La obscena violencia de un marginal sobre una joven indefensa podr¨ªa haberse perdido en el anonimato de las humillaciones cotidianas que padecen los peatones de la historia. La difusi¨®n de la escena oblig¨® al Gobierno de Ecuador a desplazar a su ministro de Asuntos Exteriores a Espa?a para interesarse por el caso. El suceso desnud¨® las contradicciones del sistema judicial espa?ol, abri¨® un debate en m¨²ltiples frentes y demostr¨® la potencia expansiva que tienen estos casos en el universo medi¨¢tico. EL PA?S acababa de cambiar su lema, despu¨¦s de m¨¢s de 11.000 n¨²meros, para proclamar su voluntad de ser el peri¨®dico global en espa?ol.
"Sean cuidadosos con el lado perverso y los malos usos de las nuevas tecnolog¨ªas"
Manel Madro?al es un lector que, como la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos, se sinti¨® ofendido por la agresi¨®n machista y xen¨®foba a una menor ecuatoriana. Pero el lector no acababa de entender que el diario, al final de la informaci¨®n en la que se daba cuenta del suceso, indicase a los lectores que pod¨ªan ver el v¨ªdeo completo de la agresi¨®n en la p¨¢gina web.
"Ustedes mismos advierten del efecto llamada de publicar ciertas noticias, de c¨®mo la universalizaci¨®n de medios de grabaci¨®n y difusi¨®n audiovisuales (m¨®viles, c¨¢maras...) con los que difundir fechor¨ªas supone un aliciente para que ¨¦stas se cometan. Ahora le est¨¢n dando protagonismo a un energ¨²meno, animando al resto a hacer lo mismo", afirma. "Veo con sorpresa que m¨¢s tarde publican otro v¨ªdeo d¨¢ndole la voz al agresor cuando dice orgulloso que se le fue la olla".
El lector aplaude el nuevo lema y "la reorientaci¨®n del peri¨®dico hacia la creaci¨®n de sinergias con su p¨¢gina web que permitan a los lectores estar m¨¢s informados a trav¨¦s de soportes audiovisuales", pero ruega que "sean cuidadosos con el lado perverso y los malos usos de las nuevas tecnolog¨ªas".
No todos los lectores, sin embargo, estaban de acuerdo con esta opini¨®n y algunos criticaban al diario por haber tardado 24 horas en captar toda la dimensi¨®n informativa de un suceso que hab¨ªa conmovido a millones de personas en Espa?a y en Ecuador.
Vicente Jim¨¦nez, director adjunto del peri¨®dico, responde a los comentarios de estos lectores:
"El caso de la menor ecuatoriana agredida es un ejemplo de c¨®mo sucesos lamentables de la realidad, ocultos en multitud de ocasiones al ojo de los periodistas, se nos cuelan como un pu?etazo por el efecto de las nuevas tecnolog¨ªas y las redes globales de la comunicaci¨®n. Como bien dice el lector, lo sucedido en un tren de cercan¨ªas de Barcelona revienta en Internet, inunda las televisiones, alcanza todos los continentes y se convierte en material informativo, aunque de dif¨ªcil gesti¨®n. En cuesti¨®n de horas se moviliza un Gobierno extranjero, los medios acuden a los escenarios de la noticia en busca de m¨¢s material y la justicia se ve sometida a una presi¨®n no siempre positiva, eso que se ha dado en llamar la alarma social. Es innegable que este tipo de hechos llevan una peligrosa carga de espect¨¢culo que los convierte en globales. Pese a ello, los periodistas, en ocasiones desconcertados por lo sucedido, no pueden sino abordarlos e intentar acotar el debate o los debates que suscitan. En este caso son muchos: ?debe endurecerse la ley para este tipo de comportamientos?, ?es xen¨®foba o racista la sociedad espa?ola?, ?qu¨¦ nos dice la pasividad de los otros pasajeros del tren?, ?el agresor es un imb¨¦cil borracho o una v¨ªctima del fracaso de determinadas familias y de las autoridades que deber¨ªan ampararlas? Ante fen¨®menos como el que nos ocupa, un peri¨®dico de calidad como EL PA?S s¨®lo puede y debe hacer lo que sabe: plantear y plantearse las preguntas correctas y contar los hechos con el rigor, la prudencia, la responsabilidad y la complejidad que requieren. Y ninguna de estas categor¨ªas exime de cometer errores".
Desde la grabaci¨®n en v¨ªdeo del apaleamiento de un motorista negro, Rodney King, de 26 a?os, a manos de cuatro polic¨ªas en Los ?ngeles en 1991, y cuya absoluci¨®n desencaden¨® una de las mayores revueltas sociales que se recuerdan en Estados Unidos, el torrente de secuencias dram¨¢ticas no ha dejado de crecer; la conversi¨®n de v¨ªctimas y verdugos en material de espect¨¢culo medi¨¢tico, tampoco. El periodismo impreso sigue siendo un ¨¢mbito imprescindible para el debate, la reflexi¨®n y el an¨¢lisis; en una palabra, para la informaci¨®n m¨¢s contrastada, mientras que las versiones electr¨®nicas de esos mismos medios abren, con sus herramientas audiovisuales, nuevos caminos y a?aden nuevos lectores. Como siempre, lo importante no es la herramienta, sino su uso.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonear al n¨²mero 91 337 78 36
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