Libre, pese a todo
Sergi Mart¨ªn insult¨®, vej¨® y pate¨® a una menor inmigrante. Pese a ello, sigue en la calle, en libertad provisional. ?Es justo? Una mayor¨ªa de jueces considera que s¨ª.
Todo el mundo lo ha podido ver. En pocos minutos, Sergi Xavier Mart¨ªn, de 21 a?os, abofete¨®, insult¨®, vej¨® y pate¨® a una menor ecuatoriana en un tren en Barcelona. Una conducta violenta y racista (la llam¨® "zorra" e "inmigrante de mierda") que, pese al inmenso rechazo social generado, no ha merecido la prisi¨®n preventiva. Para muchos, un ejemplo m¨¢s de que los ataques xen¨®fobos quedan impunes. Para los jueces, en cambio, se trat¨® de una respuesta judicial correcta. ?Por qu¨¦?
La prisi¨®n preventiva s¨®lo se aplic¨® en 15 casos de este tipo en 2006
"Se lanza el mensaje de que no pasa nada por insultar o pegar"
"Si la chica hubiera ido al m¨¦dico tras la agresi¨®n ¨¦l estar¨ªa en la c¨¢rcel"
Manifestantes pidieron ayer leyes m¨¢s duras contra los delitos racistas
"Con el C¨®digo Penal en la mano dif¨ªcilmente es delito", dice un juez
"En general, este tipo de agresiones, aunque producen mucha alarma social, est¨¢n muy mal protegidas jur¨ªdicamente", explica una magistrada de una audiencia provincial, con muchos a?os de experiencia en secciones penales y que prefiere ocultar su nombre para no interferir en la labor de su colega. "Si se consigue demostrar que tras los golpes la v¨ªctima tuvo que ser tratada de alguna lesi¨®n f¨ªsica o ps¨ªquica y se comprueba que existieron los motivos racistas, la pena m¨¢xima ser¨ªa de tres a?os. No se trata de un delito de mucha entidad".
Si se mide la entidad de la agresi¨®n en la contundencia de las declaraciones, entonces la cosa cambia. La im¨¢genes de Sergi golpeando e insultando a la menor han sido rebotadas por medios de comunicaci¨®n de todo el mundo y las reacciones han sido especialmente duras en Espa?a. Zapatero calific¨® la acci¨®n de Sergi de "deleznable" y el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos, lo describi¨® como "vil e intolerable" que no "puede quedar impune". Lo mismo el Parlamento catal¨¢n y algunas asociaciones de inmigrantes y minor¨ªas. Hasta el Congreso de Ecuador conden¨® la agresi¨®n a su compatriota en una moci¨®n: "Este acto atenta contra los derechos fundamentales (...) [su difusi¨®n] ha exarcebado los ¨¢nimos de Ecuador y por el trato inhumano contra los inmigrantes".
La tensi¨®n de las reacciones contrasta con la precisi¨®n de bistur¨ª de las leyes que aplican los jueces. Los datos de las prisiones corroboran la postura de quienes piensan que no trata de "un delito de mucha entidad". De los 15.002 delitos de lesiones que, seg¨²n Interior se produjeron en Espa?a en 2006, s¨®lo 496 justificaron por s¨ª solos la prisi¨®n del imputado, seg¨²n fuentes de Instituciones Penitenciarias. En las colecciones de sentencias que utilizan los juristas cuesta encontrar casos similares en los que se adopt¨® esta medida cautelar y en casi todos los que aparecen, el da?o sufrido por la v¨ªctima result¨® acreditado y fue mucho mayor.
Un caso pr¨®ximo al de Sergi Xavier fue el de dos j¨®venes que, en septiembre de 1996, tiraron al suelo al cliente de un local de Sitges (Barcelona) frecuentado por homosexuales y le propinaron todo tipo de patadas caus¨¢ndole un traumatismo craneoencef¨¢lico grave y un hematoma subdural adem¨¢s de diversas fracturas de huesos del cr¨¢neo. Esa vez, el juez de Instrucci¨®n s¨ª envi¨® a los agresores a prisi¨®n provisional. No estuvieron all¨ª m¨¢s de un mes. Tres a?os m¨¢s tarde, la Audiencia de Barcelona los conden¨® a la pena m¨¢xima: tres a?os de c¨¢rcel. "Al final, el condenado pasa s¨®lo dos en prisi¨®n, ya que cumplidos los dos tercios de la condena puede pasar a libertad condicional", se?ala una fuente de Instituciones Penitenciarias.
En el caso de la agresi¨®n racista de los Ferrocarriles de la Generalitat, la v¨ªctima no ha demostrado que hubiera sido tratada a causa de los golpes ni el m¨¦dico forense le encontr¨® ninguna secuela ps¨ªquica, con lo que el titular del juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 2 de Sant Boi de Llobregat, descart¨® el pasado jueves que se hubiera producido ese delito. S¨ª apreci¨® indicios de trato degradante (delito contra la integridad moral), una infracci¨®n penal a¨²n menos grave que las lesiones y que, con la agravante xen¨®foba, se quedar¨ªa en dos a?os de c¨¢rcel.
S¨®lo 15 personas sufrieron prisi¨®n preventiva por este delito el a?o pasado, seg¨²n Prisiones, y Sergi Xavier, seg¨²n el auto del juez de Sant Boi, no estar¨¢, por el momento, entre los que se cuenten en las estad¨ªsticas de este a?o.
El juez de Menores de Granada, Emilio Calatayud, curtido en este tipo de casos, cada vez m¨¢s frecuentes en su juzgado, va a¨²n m¨¢s all¨¢ al considerar que la agresi¨®n de Sergi Xavier, con el C¨®digo Penal en la mano, "dif¨ªcilmente podr¨ªa considerarse delito". "Por lo que tengo entendido, el chico carece de antecedentes penales, por lo que se tratar¨ªa de un hecho aislado de muy poca duraci¨®n". Calatayud, conocido por sus sentencias educativas y ejemplarizantes, considera que esos hechos constituir¨ªan una falta de malos tratos de obra, que se ventila con una multa o de dos a seis d¨ªas de localizaci¨®n permanente. "En todo caso, si fuera delito, la condena no superar¨ªa los dos a?os, con lo que podr¨ªa acordarse la suspensi¨®n de la pena", a?adi¨®.
Pero adem¨¢s de la levedad de la pena, el hecho es que, seg¨²n todas las fuentes consultadas, tampoco se cumplen los dem¨¢s requisitos que la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece para ordenar la prisi¨®n provisional: que haya riesgo de fuga, que el imputado pueda destruir pruebas o que se crea que puede reincidir. "En este caso no se da ninguna de esas condiciones", explica otro magistrado penal de una audiencia provincial de Andaluc¨ªa.
"No hay riesgo de que se destruyan pruebas, ya que el instructor las tiene todas: el v¨ªdeo y las declaraciones de la v¨ªctima, el agresor y el ¨²nico testigo que presenci¨® los golpes. El delito est¨¢ completamente investigado", asegura. "Tampoco parece que vaya a repetir la agresi¨®n, ya que el chico carece de antecedentes penales y no tiene relaci¨®n con la v¨ªctima".
Entre los fiscales tambi¨¦n se considera ajustada a derecho la respuesta judicial a la agresi¨®n, aunque algunos reconocen alg¨²n error en la imagen transmitida en su tramitaci¨®n que ha contribuido a extender la alarma y la sensaci¨®n de impunidad. "Los jueces y fiscales que han intervenido, al visionar las im¨¢genes de la c¨¢mara de seguridad, tendr¨ªan que haber previsto la indignaci¨®n que ha provocado en la opini¨®n p¨²blica cuando se han emitido por televisi¨®n", explica uno de los 17 fiscales jefes de Tribunal Superior de Justicia que hay en Espa?a. "Si en lugar de ver al chaval tomando cervezas los ciudadanos lo hubieran visto detenido, esposado y entrando al juzgado, la presi¨®n pol¨ªtica y medi¨¢tica habr¨ªa menguado y el caso se habr¨ªa afrontado con m¨¢s tranquilidad", asegura este fiscal que cree que as¨ª se hubiera logrado "un tratamiento m¨¢s justo para el presunto agresor".
Pero el caso es que esa presi¨®n ha abierto el debate sobre si las agresiones est¨¢n bien cubiertas por el ordenamiento jur¨ªdico. Para los que creen que no, Sergi Xavier se ha convertido en el ejemplo de que agredir e insultar a alguien por motivos racistas sale gratis. El portavoz del Consejo General del Poder Judicial, el vocal a propuesta del PP Enrique L¨®pez, ha solicitado cambios legales para que "el m¨ªnimo ataque contra la integridad f¨ªsica o moral se considere delito".
Y lo mismo las asociaciones de inmigrantes. "Nosotros somos las v¨ªctimas de estos delitos racistas, pero desconocemos el derecho espa?ol. Somos los m¨¢s vulnerables", explica Ra¨²l Jim¨¦nez, de la asociaci¨®n ecuatoriana Rumi?ahui. "Si esta chica hubiera ido al m¨¦dico el d¨ªa de su agresi¨®n este tipo estar¨ªa ya en la c¨¢rcel, pero 20 d¨ªas despu¨¦s del ataque es dif¨ªcil que le quede alguna secuela de los golpes", a?ade el portavoz de la organizaci¨®n.
Todas esas declaraciones han acabado fundi¨¦ndose en los ¨²ltimos d¨ªas en manifestaciones de repulsa contra la impunidad de las agresiones racistas y para pedir un endurecimiento de la legislaci¨®n espa?ola. "Hay que cambiar la ley para que no se repita. Se est¨¢ lanzando el mensaje de que no pasa nada por insultarnos o pegarnos", se?ala Jim¨¦nez. Su enfado es el mismo que el manifestado por muchos sectores de la sociedad, en los ant¨ªpodas de unas leyes que nunca fueron redactadas bajo estados de indignaci¨®n.
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