Garz¨®n investigar¨¢ un supuesto genocidio en el S¨¢hara Occidental
La iniciativa del juez coincide con la visita del pr¨ªncipe Felipe a Marruecos
Investigar¨¢ a 13 responsables de la Gendarmer¨ªa Real y la polic¨ªa marroqu¨ª
542 personas desaparecieron en el S¨¢hara, seg¨²n los independentistas
Hace nueve d¨ªas, cuando el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, iniciaba en Marraquech su visita de Estado a Marruecos, otro juez, el franc¨¦s Patrick Rama?l, firmaba cinco ¨®rdenes de detenci¨®n contra otros tantos marroqu¨ªes a los que quiere interrogar por el secuestro y desaparici¨®n, hace 42 a?os, de Mehdi Ben Barka, el carism¨¢tico socialista que encabezaba entonces la oposici¨®n al rey Hassan II.
En la investigaci¨®n abierta por ambos magistrados, el franc¨¦s y Baltasar Garz¨®n, figura el general Hosni Bensliman, de 72 a?os, que manda la Gendarmer¨ªa desde 1985, uno de los aut¨¦nticos pilares del r¨¦gimen marroqu¨ª. Es el ¨²nico alto cargo de la seguridad nombrado por Hassan II que sigue en su puesto con Mohamed VI.
Los otros doce integrantes de la lista recogida en el auto del juez Baltasar Garz¨®n incluyen a varios altos cargos jubilados -como Abdelhafid Ben Hachem, ex director de la Seguridad Nacional- pero tambi¨¦n a alguno que permanece en activo -como Hariz el Arbi, m¨¢ximo jefe policial de Dajla (antigua Villa Cisneros)-.
La querella que tramita Garz¨®n fue presentada en la Audiencia Nacional, en septiembre de 2006, por cuatro saharauis independentistas, vinculados con asociaciones locales de defensa de los derechos humanos, contra 31 marroqu¨ªes a los que responsabilizan de la desaparici¨®n de 542 personas desde 1975, el a?o en que Espa?a sali¨® del S¨¢hara.
Mohamed VI cre¨® en 2004 la Instancia Equidad y Reconciliaci¨®n para investigar y resarcir a las v¨ªctimas de los llamados a?os de plomo, que coinciden con el reinado de su padre. ?ste organismo le entreg¨® sus conclusiones en enero de 2006, pero varias asociaciones de derechos humanos, empezando por las saharauis, consideran que su labor fue superficial en lo referido a la represi¨®n en el S¨¢hara y en el Rif.
Garz¨®n redujo la lista de los querellados de 31 a 13 porque algunos de los que figuraban en la relaci¨®n inicial, como Yassin Mansouri, actual jefe del espionaje, no tienen edad para haber perpetrado abusos en la antigua colonia espa?ola. El fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, confirm¨® a continuaci¨®n que proced¨ªa aceptar la competencia.
Hace nueve a?os el juez Garz¨®n ya abri¨® diligencias tras recibir una denuncia contra Hassan II por genocidio del pueblo saharaui. No prosper¨® porque el monarca era jefe de Estado y gozaba de plena inmunidad.
En su auto, Baltasar Garz¨®n ordena ahora librar una comisi¨®n rogatoria a Marruecos para que se notifique la querella a todos los querellados; averiguar si los hechos recogidos en la querella fueron investigados en el pa¨ªs donde sucedieron y obtener datos sobre la identidad de las v¨ªctimas y el lugar de inhumaci¨®n.
La resoluci¨®n judicial figura hoy en portada de varios diarios marroqu¨ªes, pero todas las autoridades del pa¨ªs consultadas por este corresponsal, incluidos algunos saharauis opuestos a la independencia, rehusaron comentarla. Entre los independentistas, simpatizantes del Frente Polisario, la iniciativa de Garz¨®n produjo un gran regocijo.
"Estas coincidencias entre visitas oficiales y un s¨²bito celo judicial nos parecen, c¨®mo m¨ªnimo, sospechosas", afirm¨® ayer indignado un influyente diputado de la coalici¨®n gubernamental que pidi¨® permanecer en el anonimato.
Un general marroqu¨ª condecorado en Espa?a
Una semana antes de que los Reyes de Espa?a iniciasen, en enero de 2005, una visita de Estado a Marruecos, Amnist¨ªa Internacional les hizo llegar una carta en la que mostraba su preocupaci¨®n por "el aumento significativo, desde 2002, de las denuncias de actos de tortura" por las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes.
El mismo d¨ªa en que Amnist¨ªa hizo p¨²blica su misiva, el Consejo de Ministros espa?ol anunci¨® la concesi¨®n de condecoraciones a una retah¨ªla de personalidades marroqu¨ªes. Al general Hosni Bensliman, que manda la Gendarmer¨ªa, le correspondi¨® la Gran Cruz de la orden de Isabel la Cat¨®lica.
La lista de condecorados, elaborada a propuesta de la Embajada de Espa?a en Rabat, era un dislate porque inclu¨ªa a otro general, Hamidou Laanigri, jefe de la polic¨ªa secreta, pero olvidaba a Fadel Benyaich, brazo derecho
de Mohamed VI para todo lo relacionado con Espa?a.
Bensliman se sit¨²a en el pelot¨®n de cabeza de los presuntos responsables de los abusos cometidos durante los llamados a?os de plomo
, la peor etapa de la represi¨®n durante el reinado de Hassan II, seg¨²n un informe de la Asociaci¨®n Marroqu¨ª de Derechos Humanos de finales de 2001.
El juez Garz¨®n quiere ahora investigar a Bensliman. Su colega franc¨¦s Patrick Rama?l puso en marcha, en 2003, una comisi¨®n rogatoria para poder interrogar como testigos al general y a otros cuatro marroqu¨ªes relacionados con el secuestro y desaparici¨®n del carism¨¢tico opositor Mehdi Ben Barka.
Nunca prosperaron porque, entre otros motivos, Jamal Serhan, el juez marroqu¨ª encargado de tramitarla, se declar¨® incapaz de encontrar la direcci¨®n de las personas a las que Rama?l quer¨ªa convocar, empezando por el jefe de la Gendarmer¨ªa.
Rama?l no se anduvo por las ramas y lanz¨® el 22 de octubre la orden internacional de detenci¨®n que, en teor¨ªa, obliga a la polic¨ªa marroqu¨ª a detener a Bensliman. ?ste no ser¨¢ apresado pero, a partir de ahora, ya no puede viajar a Europa para reunirse, por ejemplo, con su hom¨®logo espa?ol, Joan Mesquida, como hizo en otras ocasiones, ya que ser¨ªa detenido.
Ni siquiera puede recibir tratamiento m¨¦dico en Francia como suelen hacerlo muchos marroqu¨ªes adinerados o poderosos. Podr¨ªa correr la misma suerte que el general chileno Augusto Pinochet, al que Garz¨®n mand¨® detener, en octubre de 1998, cuando acababa de someterse a una operaci¨®n en un hospital de Londres.
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