Activismo contempor¨¢neo
Promovida por la Municipal Art Society y financiada por la Rockefeller Foundation, el pasado 25 de septiembre se abri¨® en Nueva York una exposici¨®n en homenaje a Jane Jacobs (1916-2006), autora de libros de econom¨ªa, ecolog¨ªa y urbanismo, famosa por Muerte y vida de las grandes ciudades americanas (1961), poniendo ¨¦nfasis en la Jacobs activista, quien, por ser mujer y no formar parte de la ¨¦lite planificadora, sufri¨® el rechazo de pol¨ªticos, t¨¦cnicos y acad¨¦micos. Presente en luchas urbanas de Norteam¨¦rica y Canad¨¢ (en 1968 se traslad¨® a Toronto, en protesta por la Guerra de Vietnam), a veces detenida por sus acciones pac¨ªficas -criticando un parque, oponi¨¦ndose a la demolici¨®n de un edificio hist¨®rico-, Jacobs ha inspirando a nuevos grupos como Nos quedamos, los latinos de UPROSE, NAG (Neighbors Against Garbage) y OWN (Organization of Waterfront Neighborhoods).
Es relevante que Nueva Yok ponga a la urbanista y activista Jane Jacobs como modelo
Jacobs se convirti¨® en la contrafigura del poderoso Robert Moses, denominado "el zar", representante del despotismo de los urbanistas que no tienen en cuenta a la gente, quien lleg¨® a concentrar el m¨¢ximo poder como arquitecto municipal de Nueva York. Una de las luchas m¨¢s se?aladas que encabez¨® Jacobs fue oponerse en 1962 a la Lower Manhattan Expressway, autopistas y nudos que Moses propon¨ªa y que lograron detenerse, manteni¨¦ndose a salvo el West Village. Tambi¨¦n en Barcelona tuvimos durante el "porciolismo" proyectos semejantes, como la Via O en Gr¨¤cia o como la v¨ªa r¨¢pida que hubiera machacado la Rambla y que, afortunadamente, tampoco se realizaron.
La exposici¨®n Jane Jacobs and the future of New York explica los cuatro principios que aplic¨® para detectar la vitalidad o enfermedad de las ciudades: mezcla de usos, calles frecuentadas, edificios variados y densidad suficiente, es decir, lo que aporta calidad de vida, seguridad y solidaridad. Se avisa a la ciudadan¨ªa que debe estar alerta y ser activa en la defensa de lo urbano, y se aportan herramientas a los visitantes para que observen, se informen, interpreten cr¨ªticamente, se re¨²nan, participen y comuniquen, defendiendo las cualidades de sus barrios y reclamando lo que se debe mejorar. Curiosa llamada casi oficial en defensa del activismo ciudadano que, con el lema la ciudad eres t¨², sugiere expl¨ªcitamente la asociaci¨®n, participaci¨®n y acci¨®n.
Entre la literatura neoyorkina abundan llamadas a contrapuntar el peso de las grandes corporaciones y habitantes ricos. En el libro colectivo The Suburbanization of New York (2007) autores como Marshall Berman, Lucy Lippard y Michael Sorkin denuncian que se ha convertido en "una gran tienda", el comercio ha triunfado sobre la comunidad y el auge de la inversi¨®n inmobiliaria ha llevado al declive de la ciudad industrial. Y la revista Time Out de finales de septiembre se pregunt¨® "?Ha perdido Manhattan su alma?" y analiz¨® la "gentrification" de los barrios m¨¢s caracter¨ªsticos, midi¨¦ndolos con tres valores que resumen los principios de Jacobs (buenas calles, mezcla de gentes y edificios variados de tama?o medio) y a?adiendo tres, sintom¨¢ticos del momento actual: dos negativos -la presi¨®n de los llamados "asesinos del comercio tradicional", es decir, las cadenas internacionales, y lo que Jacobs denomin¨® "exceso de ¨¦xito", que origina el encarecimiento de los barrios- y uno positivo, si el barrio mantiene sus valores genuinos.
Este llamado a tomar conciencia de que la ciudad comunitaria, local y de la mezcla est¨¢ en peligro es un referente para todas las ciudades. En cada una de ellas se libran pugnas similares entre los intereses de los operadores de la globalizaci¨®n neoliberal, que proponen la privatizaci¨®n y tematizaci¨®n de las ciudades, expanden arquitectura gen¨¦rica que borra memoria y preexistencias, y ocasionan el encarecimiento de las viviendas, destruyendo las redes sociales y de trabajo existentes y, cada barrio, con sus habitantes y caracter¨ªsticas, que luchan por la calidad de vida. Y es muy sintom¨¢tico que los mismos responsables de la gran manzana reclamen a sus habitantes que est¨¦n atentos y luchen por una ciudad de la gente, conscientes de que si no cuentan con la participaci¨®n cr¨ªtica de su ciudadan¨ªa, la ciudad va a degenerar y se va a convertir en un monstruo contra natura que no acoge sino que excluye.
Por ello es tan relevante que Nueva York ponga hoy a la urbanista y activista Jane Jacobs como modelo, con una exposici¨®n que muestra la formaci¨®n de una nueva generaci¨®n de j¨®venes l¨ªderes vecinales en barrios como Brooklyn, el Bronx y Queens, destacando realizaciones como la High Line, obra de los arquitectos Diller y Scofidio, con los equipos Field Operations y Renfro, un ¨¦xito de los vecinos del sur de Manhattan que han conseguido transformar una vieja l¨ªnea de tren elevada en un parque lineal. Luchas para mejorar sus barrios y para no ser expulsados similares a las que en Barcelona han librado los habitantes de las casas baratas de Bon Pastor, que mantienen los vecinos del Pla Caufec, el Poble Nou, Ciutat Vella y la Barceloneta, y que el 20 de octubre se reunieron en el Forat de la Vergonya para coordinar sus acciones.
Josep Maria Montaner es arquitecto y catedr¨¢tico de la UPC.
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