Orgullo y rebeld¨ªa de Modest Cuixart
Orgulloso y rebelde, Modest Cuixart ha desempe?ado un papel muy relevante en el arte espa?ol del siglo XX, sin duda, pero, sobre todo, en el arte, si se me permite, catal¨¢n. Quiero decir que pose¨ªa una concepci¨®n tel¨²rica del arte, lo cual significa no s¨®lo un sentido at¨¢vico de la tierra, sino una forma de imaginaci¨®n exaltada, casi alucin¨®gena. As¨ª, no es extra?o que, tras unos a?os estudiando Medicina, se acabase dedicando al arte y, poco despu¨¦s, en 1948, fundase, junto con otros ilustres escritores y artistas catalanes, entonces tan j¨®venes como ¨¦l, Dau al Set, grupo de renovaci¨®n vanguardista asociado a una revista, que relanz¨® el surrealismo.
Es importante subrayar que entre aquellos j¨®venes estuvieron, entre otros, Arnau Puig, Joan Brossa, Tharrats y, por supuesto, Antoni T¨¤pies, una n¨®mina que basta por s¨ª misma para comprender la importancia y significaci¨®n de este movimiento. En 1948, Espa?a no s¨®lo estaba sumida en las peores circunstancias de posguerra, sino en un completo aislamiento internacional, algo que conviene recordar hoy para valorar que no siempre todas las cosas emerg¨ªan con facilidad espont¨¢nea.
En ese desierto espa?ol, Modest Cuixart y el grupo Dau al Set desempe?aron un papel de animaci¨®n cultural muy importante, pero quedaban a¨²n a?os de batalla. En Cuixart esta pugna se sustanci¨® con su participaci¨®n en Segunda Semana de arte, organizada por la Escuela de Altamira, otro de los escasos centros de promoci¨®n vanguardista en los desmedrados a?os cuarenta. All¨ª ampli¨® sus relaciones trabando amistad con Willi Baumeister e iniciando con ello su primera etapa de b¨²squedas internacionales.
Con el triunfo del arte abstracto en la Espa?a de 1950, Cuixart abandon¨® su figuraci¨®n y simbolog¨ªa surrealistas en pos de una pintura informalista y mat¨¦rica, en la que tampoco es extra?o hallar restos de la t¨¦cnica del collage. A partir de 1960, cuando el pa¨ªs se fue sometiendo progresivamente a los mecanismos del mercado de vanguardia, Cuixart, como muchos otros artistas espa?oles, se encontr¨® a la deriva, tratando de conciliar el merecido papel de padre fundador de la vanguardia espa?ola de posguerra y los vaivenes de la moda, lo cual no dej¨® de producirle m¨¢s de un disgusto. No obstante, en arte perdurar es ser y resulta crucial la obstinaci¨®n. Justo lo que no le falt¨® jam¨¢s a Cuixart.
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