La ley de memoria se aprueba entre aplausos de invitados antifranquistas
CiU logra excluir del texto los monumentos "art¨ªstico-religiosos" de la Iglesia
Setenta a?os de historia condensados en tres horas de intenso debate. Con un centenar de testigos, la mayor¨ªa supervivientes del antifranquismo, el Congreso aprob¨® la primera ley de memoria de la democracia, que cont¨® con el apoyo de todos los grupos menos el PP y ERC, como estaba previsto, y ahora pasa al Senado. Los antifranquistas aplaudieron desde las tribunas -algo prohibido-, algunos lloraban y el presidente, Manuel Mar¨ªn, tuvo que llamar al orden ante la emoci¨®n desbordada.
Uno tras otro, los portavoces que la apoyaban homenajearon a los luchadores antifranquistas, algunos con 23 a?os de c¨¢rcel a sus espaldas como el poeta Marcos Ana. Y todos trasladaron la urgencia de la ley, que homenajea a una generaci¨®n que est¨¢ desapareciendo. "No hay derecho a que durante la Transici¨®n se les dijera que era demasiado pronto y ahora que ya es demasiado tarde. Tienen m¨¢s de 70 a?os. Hemos hecho leyes para las plantas de vivero y hay quien dice que no es necesario hacerlo para quienes perdieron la guerra", resumi¨® el socialista Jos¨¦ Andr¨¦s Torres Mora.
Todo transcurr¨ªa en tono de homenaje a las v¨ªctimas y de denuncia por la excepci¨®n espa?ola, ya que es el ¨²nico pa¨ªs de su entorno repleto de homenajes a la dictadura. "Algo no va bien cuando incluso hoy, el PP habla de la placidez del franquismo, cuando la Iglesia no pide perd¨®n por llevar al dictador bajo palio, cuando h¨¦roes de la lucha antifranquista, como Sim¨®n S¨¢nchez Montero han muerto casi en el anonimato y genocidas como Queipo de Llano est¨¢n enterrados a los pies de la Macarena", se lament¨® Joan Herrera, de IU-ICV.
La ley se aprob¨® sin apenas modificaciones, salvo la introducci¨®n de una excepci¨®n al art¨ªculo 15, de retirada de s¨ªmbolos, que promovi¨® CiU y beneficia a la Iglesia: se salvar¨¢n cuando concurran "razones art¨ªsitico-religiosas". El PP no la vot¨® e intentar¨¢ que se retire esa enmienda transaccional porque no autoriz¨® su tramitaci¨®n. Estar¨ªa as¨ª, extra?amente, trabajando en contra de los intereses de la Iglesia.
Fue Eduardo Zaplana quien rompi¨® la l¨ªnea de reivindicaci¨®n de la ley que hab¨ªa dominado el debate. El portavoz del PP, sin entrar en ning¨²n momento al contenido concreto del texto, mont¨® un gran revuelo al citar a referentes de la izquierda como Felipe Gonz¨¢lez o Manuel Aza?a para criticar la ley. "No lo manches", le gritaba ?lvaro Cuesta desde su esca?o cuando ment¨® a Aza?a. Santiago Carrillo se llevaba las manos a la cabeza en la tribuna de invitados.
La tesis de Zaplana es sencilla. El PSOE, plagado seg¨²n dijo de hijos de franquistas, al contrario que ¨¦l, que reivindica su pasado en las juventudes de UCD y una familia no vinculada al r¨¦gimen, "se ha radicalizado". "Pero por mucho que ustedes se radicalicen no van a separar al PP del centro pol¨ªtico ni de la libertad que siempre hemos defendido", dijo entre grandes protestas. Varias veces aludi¨® a esas familias de los socialistas, pero se fren¨®: "No dar¨¦ nombres". ?Dalos, dalos! le gritaban desde el PSOE. ?l, lejos de amilanarse, subi¨® el tono: "Por primera vez en democracia, el Gobierno y sus socios deciden hacer de las fosas de la Guerra Civil un argumento de propaganda".
La vicepresidenta Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, principal responsable de la ley -el presidente no estuvo ni para votarla-, reconoci¨® que se ha mejorado mucho y critic¨® al PP. "No hay ni una sola l¨ªnea que no pueda ser respaldada en su integridad por cualquier dem¨®crata", sentenci¨®. "?sta es una ley que se ocupa de las v¨ªctimas y de sus familias, que deja la historia a los historiadores, a los jueces lo que es de los jueces y que, al tiempo que ampl¨ªa, extiende e instaura derechos", insisti¨®.
Al final hubo una gran foto de familia en la que estaban quienes la redactaron y las v¨ªctimas a las que iba dirigida. Y una de ellas grit¨®: "Hoy, por fin, se ha acabado la guerra".
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