Brook en frasco peque?o

?Qu¨¦ suceder¨ªa si Cristo regresase a la Tierra? En El gran inquisidor, relato filos¨®fico que el descre¨ªdo Iv¨¢n Karam¨¢zov cuenta a su filantr¨®pico hermano Alex¨¦i, un jerarca de la Iglesia manda detener al hijo de Dios, reaparecido en la Espa?a del siglo XVI, porque ve en ¨¦l un peligro: "Todo tu poder lo transmitiste al Papa", le espeta. "No vuelvas a molestarnos".

Este cap¨ªtulo de Los hermanos Karam¨¢zov, puesto en escena por Peter Brook, resume el pensamiento de Dostoievski con todas sus contradicciones. El escritor anhelaba un cambio social radical, pero era esc¨¦ptico. "El hombre no sabe administrar su libre albedr¨ªo, es injusto y acaba inclin¨¢ndose ante quien le da de comer", viene a decirle el inquisidor a Cristo. "Mejor hubiera sido que te hubieras puesto al frente de la humanidad. Como no lo hiciste, te hemos suplantado". Y la impostura llega hasta el punto de que la Iglesia, prosigue el protagonista, ya no est¨¢ con Dios, sino con el diablo, que supo ser m¨¢s realista: su reino s¨ª es de este mundo.

El relato de Dostoievski, fielmente resumido por la dramaturga Marie-H¨¦l¨¨ne Estienne, tiene una vena actual¨ªsima y prof¨¦tica, sobre todo cuando habla del hombre necesitado de que le conduzcan siempre. Da igual qui¨¦n: un dictador, un milagrero, un comercial... Sin embargo, cobra mayor fuerza en el contexto de la novela, tras la discusi¨®n en la que se enzarzan los dos hermanos, que sirve para calentar motores.

El montaje de Brook dura 50 minutos y cabe en una maleta. En escena no hay m¨¢s que una tarima gris, con dos taburetes. El joven Joachim Zuber se sienta en el m¨¢s bajo, mientras el veterano Bruce Myers se adue?a del estrado: vestido de negro, encarna a Iv¨¢n y al inquisidor que le canta a Cristo / Al¨¦xei las verdades del barquero. Zuber, inm¨®vil, transmite paz y acaba desarmando a su captor s¨®lo con un beso.

Myers es un actor de presencia que, en alg¨²n momento, subraya con movimientos lo que est¨¢ diciendo. Me gusta m¨¢s cuanto m¨¢s quieto est¨¢. La puesta en escena es limpia y matem¨¢tica. Da cuerpo a la narraci¨®n, sin enriquecerla. ?ste es el ¨²nico espect¨¢culo de entre la decena que he visto de Brook que no a?ade algo sustantivo a una lectura atenta del texto.