Roma se acicala para ofrecer su mejor versi¨®n en el Jubileo
Durante las numerosas obras de restauraci¨®n en la ciudad han emergido importantes hallazgos arqueol¨®gicos
Roma se ha dado un profundo lavado de cara para ofrecer su mejor imagen a los m¨¢s de 30 millones de peregrinos que visitar¨¢n la ciudad durante el Jubileo, el A?o Santo que la Iglesia cat¨®lica convoca cada 25 a?os y que empez¨® la pasada Nochebuena. La colosal Fontana di Trevi luce resplandeciente y con un nuevo sistema de acceso que permite evitar aglomeraciones; las tres fuentes de la espectacular plaza Navona est¨¢n impolutas y todas sus esculturas vuelven a estar completas; el resto de las innumerables fuentes de la ciudad, como la de ¨¦poca renacentista que est¨¢ situada frente al Pante¨®n, se han vuelto tambi¨¦n relucientes. Y ya se puede pasear desde el Castillo de Sant¡¯Angelo hasta la plaza de San Pedro en el Vaticano por un ¨¢rea peatonal.
El Gobierno italiano ha invertido m¨¢s de 3.000 millones de euros, algunos procedentes de los fondos de recuperaci¨®n de la Uni¨®n Europea, para acicalar pr¨¢cticamente todos los monumentos de la ciudad eterna y sus principales calles. De las algo m¨¢s de 400 grandes obras que se abrieron el a?o pasado para desesperaci¨®n de los romanos y asombro de los turistas, ya han concluido cerca de la mitad, entre las que figuran las principales. El resto se encuentra en fase avanzada. Durante la mayor parte de 2024 la ciudad estuvo tomada por las obras y los viandantes se encontraban vallas, andamios y excavadoras all¨¢ donde miraran, sobre todo en la zona del centro hist¨®rico.
La obra para peatonalizar los alrededores de la plaza Pia, que conecta el Castillo de Sant¡¯Angelo con el Vaticano, ha sido una de las m¨¢s importantes para el Jubileo porque se trata de una zona muy popular para quienes visitan Roma. El proyecto, que ha costado m¨¢s de 85 millones de euros y que se inaugur¨® la v¨ªspera de Nochebuena, consisti¨® en el soterramiento del tr¨¢fico rodado para crear en la superficie un ¨¢rea peatonal. Como suele ocurrir en la Ciudad Eterna, las excavaciones sacaron a la luz importantes restos arqueol¨®gicos. Se trata de partes de un lavadero ¡ªo fullonica, por su nombre en lat¨ªn¡ª de la Roma Antigua, con sus diferentes ba?eras de piedra enriquecidas con mosaicos, que data de la segunda mitad del siglo II y que era tambi¨¦n en la ¨¦poca un lugar de encuentro para las mujeres.
Las obras del soterramiento continuaron como estaba previsto y la estructura encontrada se traslad¨® a los jardines del Castillo de Sant¡¯Angelo, donde la podr¨¢n visitar peregrinos y turistas. Pero, de nuevo maravillas de Roma mediante, en el desplazamiento del lavadero se encontraron los restos de un antiguo jard¨ªn de ¨¦poca imperial, a orillas del r¨ªo T¨ªber, que en alg¨²n momento pertenecieron al emperador Cal¨ªgula. Los arque¨®logos desenterraron los cimientos de un p¨®rtico con columnas, que delimitaba con un amplio espacio abierto, presumiblemente un jard¨ªn, y una tuber¨ªa de plomo que ten¨ªa inscrito el nombre de su propietario, este famoso emperador que gobern¨® Roma del 37 al 41 d. C. En las excavaciones tambi¨¦n se encontr¨® una serie de tejas de terracota utilizadas para la decoraci¨®n de tejados y que probablemente cubr¨ªan alguna parte del jard¨ªn, tal vez el p¨®rtico.
Los arque¨®logos est¨¢n entusiasmados con el descubrimiento, porque confirma un pasaje de la obra La embajada de Gayo (Legatio ad Gaium), del escritor Fil¨®n de Alejandr¨ªa, en el que relata c¨®mo Cal¨ªgula hab¨ªa recibido a una delegaci¨®n de jud¨ªos de Alejandr¨ªa ¡ªque refer¨ªa los problemas de convivencia con la poblaci¨®n greco-alejandrina¡ª en los llamados Huertos de Agripina la Mayor (madre de Cal¨ªgula), un vasto espacio verde con vistas al T¨ªber y separado del r¨ªo por un p¨®rtico monumental. La descripci¨®n de Fil¨®n coincide con los restos encontrados, por lo que se piensa que la actual plaza Pia pudo ser el lugar de ese encuentro hist¨®rico.
Muros medievales
La larga y fruct¨ªfera historia de la Ciudad Eterna, que seg¨²n la tradici¨®n se remonta a cerca de 2.800 a?os, hace que pr¨¢cticamente cualquier obra que se realice en el pavimento d¨¦ lugar a descubrimientos arqueol¨®gicos. Los tesoros que guarda el subsuelo de Roma volvieron a emerger en las obras para remodelar la plaza frente a la bas¨ªlica San Juan de Letr¨¢n, donde est¨¢ situada una de las cuatro puertas santas que seg¨²n la tradici¨®n cat¨®lica los fieles deber¨¢n atravesar para obtener la indulgencia, es decir, el perd¨®n de los pecados.
En ese lugar se han descubierto algunos muros medievales que pudieron servir como muralla defensiva del Patriarchio, el palacio que fue ampliado y renovado varias veces entre los siglos IX y XIII y se convirti¨® en la residencia de los papas hasta que la sede oficial del pont¨ªfice se traslad¨® a Avi?¨®n en 1309, antes de instalarse en el Vaticano en 1377. ¡°Se trata de un hallazgo de extraordinaria importancia para la ciudad de Roma y su historia medieval, ya que en los tiempos modernos no se hab¨ªan realizado excavaciones arqueol¨®gicas de gran envergadura en la plaza¡±, han explicado los arque¨®logos del Ayuntamiento de la capital.
Investigando en estas excavaciones, los expertos tambi¨¦n han descubierto restos de otras estructuras de periodos anteriores al palacio papal. Como una parte de un muro que puede datarse entre el siglo I a. C. y el siglo I d. C., que serv¨ªa para terraplenar la ladera en esa zona. Y los cimientos de la sede de la Castra Nova equitum singularium, la fortaleza que albergaba parte de la guardia de caballer¨ªa personal del emperador Constantino.
Con ocasi¨®n del Jubileo tambi¨¦n ha abierto al p¨²blico el conocido Passetto, un corredor amurallado que une el Vaticano con el Castillo de Sant¡¯Angelo, que ofreci¨® una atalaya militar y una r¨¢pida y discreta v¨ªa de fuga a los papas en caso de ataque a lo largo de los siglos. Es un lugar clave de la inconmensurable y convulsa historia de Roma que fue utilizado por los pont¨ªfices para controlar sus alrededores y tambi¨¦n para llevar a las mazmorras del castillo a sus prisioneros, como el c¨¦lebre caso de Beatrice Cenci, una noble y hero¨ªna popular que lo cruz¨® encadenada antes de ser ejecutada en 1599 por el asesinato de su violento padre.
El papa Alejandro VI Borgia fue uno de los pont¨ªfices que tuvieron que cruzar el Passetto para refugiarse en la fortaleza tras la invasi¨®n de Roma por parte de Carlos VIII de Francia. El episodio m¨¢s c¨¦lebre de este peculiar corredor se vivi¨® durante el Saqueo de Roma, cuando las tropas espa?olas y alemanas de Carlos I de Espa?a y V de Alemania arrasaron la ciudad en represalia por el apoyo del papa Clemente VII a la Francia rival. Se dice que ese pont¨ªfice tuvo que escapar por este lugar a la carrera cubierto por telas negras para evitar que sus cl¨¢sicas vestiduras blancas lo delataran, al tiempo que las milicias alemanas de Carlos I disparaban desde abajo. En los muros a¨²n puede apreciarse el impacto de alguna bala.
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