La ciudad incubadora de diversidad
Proponemos una ciudad parlamento, incubadora de las diferencias y de garant¨ªas de ciudadan¨ªa y conservaci¨®n del patrimonio medioambiental (humano y no humano). Las urbes democr¨¢ticas y resilientes tendr¨ªan cuatro principios:
1. Incubadora de diversidad.
Si durante el siglo XX se pens¨® que la ciudad era el punto de origen de los problemas medioambientales, ahora nos damos cuenta de que puede llegar a convertirse en una incubadora de diversidad: Por su capacidad para acumular agua reutilizada (por ejemplo acumular 200 litros de agua de ducha por persona y d¨ªa). Su capacidad para producir materia org¨¢nica (al menos 300 gramos de residuos org¨¢nicos por persona y d¨ªa). La posibilidad de convertir las superficies construidas en ¨¢reas de cultivo y de producci¨®n de energ¨ªas alternativas. La capacidad de acumular gran n¨²mero de personas informadas dispuestas a instalar en el d¨ªa a d¨ªa preocupaciones p¨²blicas de respeto a las minor¨ªas y vigilancia del medioambiente.
La ciudad puede ser una m¨¢quina para generar condiciones higrot¨¦rmicas propicias para incrementar la variedad de especies vegetales, insectos y animales asociados. Tambi¨¦n para crear condiciones de interacci¨®n que permita crear convivencias multiculturales, que generen ciudadanos habituados a gestionar y convivir con la controversia y la transculturalidad.
2. Ciudad concentrada, en una red de nodos ecol¨®gicos.
El crecimiento tendr¨ªa que ser densificante, construido sobre lo existente. Que en lugar de ocupar el suelo, agotando recursos de dif¨ªcil recuperaci¨®n, minimice los recursos energ¨¦ticos destinados al transporte de personas y mercanc¨ªas. Una ciudad integrada en una red de ciudades nodo de tama?o medio (entre 1 y 2 millones de habitantes) que se conviertan en vigilantes ecol¨®gicos e incubadoras de la biodiversidad de los territorios entre ellas.
3. El espacio p¨²blico, punto de paso obligado.
Proponemos una ciudad densa en interacciones. Con espacios p¨²blicos equipados. Que garanticen la redistribuci¨®n social de las herramientas culturales, deportivas, sanitarias y l¨²dicas. Un espacio p¨²blico con capacidad para convertirse en punto de paso obligado del d¨ªa a d¨ªa de los individuos y grupos que forman la ciudad. Y un espacio p¨²blico dotado de corredores inaccesibles a humanos, que conviertan a la ciudad en recorrido de las comunidades animales.
4. Elevaci¨®n del rango tecnol¨®gico, operarios con oportunidades de formaci¨®n.
Pensar la ciudad no es s¨®lo pensar en los que la utilizan, tambi¨¦n son ciudadanos quienes trabajan construy¨¦ndola. Hay que elevar el rango tecnol¨®gico de la edificaci¨®n madrile?a con una construcci¨®n ligera e industrializada, que mejore las condiciones de seguridad en el trabajo y reduzca los accidentes. Una construcci¨®n que inserte a los trabajadores de la construcci¨®n en programas de formaci¨®n continua y que erradique la subcontrataci¨®n de la subcontrataci¨®n y las horas extras.
Andr¨¦s Jaque, arquitecto de 35 a?os, dirige la Oficina de Innovaci¨®n Pol¨ªtica.
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