No es Irak, querida Pilar Manj¨®n
Una cierta incomodidad. O, para ser m¨¢s sincera, un cosquilleo en el ombligo de la conciencia, como si fuera una incorrecci¨®n escribir este art¨ªculo. Como si una estuviera segura de lo que quiere expresar, pero deseara un notici¨®n de ¨²ltima hora para tener una excusa y cambiar de tema. Pero los hados del periodismo no me son favorables, en esta ma?ana de puente que a¨²n arrastra ruidos gruesos de la baja pol¨ªtica. Los d¨ªas despu¨¦s de la sentencia del 11-M prometen continuar su ascensi¨®n a los infiernos, y soy consciente del ox¨ªmoron que acabo de escribir. Al fin y al cabo, la subida de tono debe aspirar a elevarse hasta los cielos electorales, pero s¨®lo resuena en los avernos de la pol¨ªtica tabernaria. No, lo siento. No creo que ni uno solo de los protagonistas pol¨ªticos del 11-M est¨¦, hoy por hoy, a la altura ¨¦tica de las circunstancias, en un tanto monta, monta tanto Jos¨¦ Blanco y Eduardo Zaplana, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba y ?ngel Acebes. Se trata de decirla gorda, de mantener la estridencia verbal m¨¢s all¨¢ de la sentencia, negados al silencio pol¨ªtico que ser¨ªa, finalmente, deseable. Llevamos cuatro a?os, tan pesados, de mentiras, conspiraciones y manipulaciones, que la paciencia ya no es una virtud b¨ªblica, sino un pecado democr¨¢tico. Basta. Basta de usar a ETA y a Irak, basta de tirarse una tragedia a la cabeza del adversario, con el ¨²nico fin de ganar algunos votos. Es cierto que el PP ha sido el coart¨ªfice de una mentira hist¨®rica, y que tantos a?os de persistencia en la mentira han creado una situaci¨®n delirante, donde un partido conservador ayudaba a desacreditar cuerpos policiales, pon¨ªa en duda pruebas judiciales y, al final del camino, se mostraba m¨¢s obsesionado por su trasero pol¨ªtico que por los asesinos de decenas de v¨ªctimas. Es cierto que no ha hecho autocr¨ªtica. Y es cierto que algunos de sus l¨ªderes padecen ahora ataques severos de amnesia. Pero no se puede hacer una cr¨ªtica severa al PP si no se parte de una autocr¨ªtica, tambi¨¦n severa, de la izquierda, que masivamente jug¨® a la confusi¨®n entre atentado y guerra de Irak, que insinu¨® responsabilidades pol¨ªticas de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y que a¨²n juega a ello sin exceso de escr¨²pulos. El repita conmigo "no fue ETA" de P¨¦rez Rubalcaba, contraatacado con el "no fue Irak", de Zaplana, resumen lo esperp¨¦ntico del enfrentamiento. Lo esperp¨¦ntico y lo infantil...
El 11-M no fue ETA, pero tampoco un presidente cuya responsabilidad s¨®lo ata?e al terreno de la pol¨ªtica
No. No fue ETA. Pero tampoco fue un presidente que, leg¨ªtimamente tom¨® decisiones en pol¨ªtica exterior y cuyas responsabilidades s¨®lo ata?en al terreno de la pol¨ªtica. Criticable y criticado, pero no culpable de 191 muertos. Primero, porque el fundamentalismo isl¨¢mico tiene a Espa?a en su centro de inter¨¦s desde los tiempos de las soflamas de Hasan Al Banna y el resto de te¨®ricos del yihadismo, cuya obsesi¨®n con Al-Andalus los llev¨® a hablar de la reconquista espa?ola como el primer objetivo de todo buen musulm¨¢n. Desde los a?os treinta, cuando empez¨® el movimiento, hasta la eclosi¨®n actual, toda la ret¨®rica de la guerra santa habla de Espa?a como objetivo, y algunos de los atentados previos a la guerra de Irak, como el atentado del restaurante Espa?a en Casablanca, son de una claridad meridiana. ?Hemos olvidado que en el primer v¨ªdeo de Bin Laden, justo despu¨¦s del 11-S, habl¨® de Palestina y de Al-Andalus como las primeras tierras que cab¨ªa liberar? Intentar vincular el atentado -cuyas ra¨ªces te¨®ricas son mucho m¨¢s lejanas, cuya preparaci¨®n, seg¨²n todos los indicios, es muy anterior a la guerra de Irak, y cuyos primeros coletazos mortales fueron bien precisos- a la pol¨ªtica exterior de Aznar es errar y, sobre todo, mentir. A Aznar se le puede culpar de no haber escuchado las evidentes amenazas -"cuando el enemigo dice que quiere matarte, hazle caso", dice el Talmud-, de no tener las suficientes dotaciones presupuestarias para perseguir policialmente a los terroristas isl¨¢micos, de falta de previsi¨®n, pero no tiene ninguna culpa, ni tan s¨®lo moral, de la mayor matanza que ha perpetrado el yihadismo en Europa. Sin embargo, y a pesar de la informaci¨®n ingente al respecto, cierto entorno de izquierdas contin¨²a insinuando esta perversi¨®n. El PP tiene raz¨®n cuando se duele de ello. Como el PSOE tiene raz¨®n cuando critica severamente la teor¨ªa de la conspiraci¨®n pepera. Pero ninguno de los dos tiene raz¨®n en continuar el juego de las ambig¨¹edades, las mentiras solapadas y, finalmente, el uso ret¨®rico de un atentado con fines electorales. Lo siento, pero creo que no se salva nadie.
Ni siquiera se salva Pilar Manj¨®n. Es cierto que Pilar ha sufrido ataques indecentes por parte de determinados periodistas cavernarios, y tambi¨¦n es cierto que ha mantenido una dignidad extraordinaria en momentos muy cr¨ªticos. Adem¨¢s, es la voz p¨²blica de decenas de v¨ªctimas, y ello la reviste de un respeto necesario. Cuando Pilar ha exigido, pedido, hablado en nombre de esas v¨ªctimas, e incluso ha cuadrado a los parlamentarios en propia sede, ha sido la voz de millones de nosotros, y as¨ª lo hemos agradecido. Pero hay momentos, desgraciadamente, en que Pilar parece confundir los papeles y, hablando desde su alta categor¨ªa moral, acaba bajando a la pura y dura arena pol¨ªtica. Muchas han sido las veces en que parec¨ªa m¨¢s una l¨ªder de izquierdas que la voz de los familiares, y en ese punto ha dejado de representarnos a muchos. El tema de Irak es el ejemplo m¨¢s desagradable. Pilar ha llegado a decir que recurrir¨ªa contra la sentencia si no se reconoc¨ªa la guerra de Irak como causa del atentado. Esto, aparte de un error de bulto, es una rotunda confusi¨®n de su papel como v¨ªctima. Habr¨¢ que ver c¨®mo elabora, a partir de ahora, su papel p¨²blico. Pero, en el traspaso entre el antes y el despu¨¦s de la sentencia, no acaba de afinar el verbo. Parece que tambi¨¦n ella confunda su ideolog¨ªa con su tragedia. Y mal vamos si todos queremos sacarle partido ideol¨®gico a una matanza siniestra.
www.pilarrahola.com
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