Un escenario digno de 'Tosca'
Visita a Lucca, la refinada ciudad natal de Puccini
La suave llanura hacia el mar sobre la que se extiende Lucca queda rasgada por los ara?azos que propinan al cielo sus torres. Entre los montes desde los que se vislumbra el m¨¢rmol inquietante de Carrara, el mismo que de sus tripas blancas ha alimentado la monumentalidad de toda Italia, descansa esta maravillosa ciudad toscana. Queda protegida por la sierra que es preciso atravesar en direcci¨®n a Pisa y abierta al mar, un acompa?ante fiel cuyo aroma se respira ligeramente por sus calles estrechas, en el jolgorio de sus mercados y entre la luz tamizada por las fachadas de sus casas, los palacios renacentistas y sus plazas.
Por Lucca puede parecer que todo se detiene. Es una de esas ciudades que podr¨ªan erigirse en s¨ªmbolo de la medida, en norma de equilibrio. Penetrar por su muralla romana, en cualquiera de sus cuatro kil¨®metros, es adentrarse en una ciudad acogedora y amable. Los caf¨¦s diminutos y perfectamente conservados, las tiendas de alimentaci¨®n, sus joyer¨ªas, sus librer¨ªas -modernas y de viejo, perfectamente provistas de fondos curiosos- o las fascinantes y numerosas tiendas de discos distraen todos los paseos.
Recorrido doble
Es preciso recorrer Lucca de dos maneras: a pie y en bicicleta. Todo debe tener su ritmo y su etapa. Con la bici, uno puede parar de plaza en plaza. A pie, de torre en torre. La llanura de sus calles apenas cansa, y uno podr¨ªa deambular d¨ªa y noche por ellas de no ser porque merece la pena escalar sus torres. Y eso s¨ª que cansa.
Aparte de las de iglesias y conventos, sobresalen la del Reloj y la de la casa Guinigi, con sus cuatro encinas en la parte de arriba que la convierten en una cabeza rizada. Ascender por sus escaleras hacia la cumbre es un reto atl¨¦tico, pero se pagan a gusto los cinco euros que cuesta para observar desde all¨ª, a poder ser al atardecer, desde el puro centro de la ciudad, la silueta de sus calles y el espect¨¢culo del enclave en el extremo de la Toscana.
Desde all¨ª extra?a poco que los romanos la convirtieran en una colonia importante, y que durante la Edad Media y el Renacimiento mostrase poder¨ªo pol¨ªtico y econ¨®mico -fue famosa en el siglo IX por sus mercados de seda, rivales de la todopoderosa potencia bizantina-, y que en el XIX, antes de la unificaci¨®n italiana, durante unos siglos hubiese sido una de las ciudades-Estado independientes m¨¢s poderosas de la pen¨ªnsula.
Las plazas y los templos tambi¨¦n conquistan la curiosidad del viajero. La catedral de San Mart¨ªn, donde el estilo renacentista gana la batalla a otros competidores, y la iglesia de San Michele, cuyos alrededores albergan el mercado al aire libre m¨¢s grande de la ciudad, tienen el encanto sacro e imponente que desprenden sus fachadas blancas. Las dos plazas m¨¢s llamativas son tan diferentes entre s¨ª que asombran. La del Anfiteatro est¨¢ levantada sobre el edificio p¨²blico que alzaran los romanos en el siglo II, y hoy demuestra un aspecto original¨ªsimo por su asimetr¨ªa y sus di¨¢logos entre las formas y los colores que la decoran. La Piazza Napoleone, animad¨ªsima y tomada por los ni?os, es amplia e invita a la contemplaci¨®n permanente de los paseantes.
All¨ª cerca tambi¨¦n est¨¢ el hist¨®rico teatro Giglio, recogido y coqueto, pero con nombre e historia en el arte del canto y el teatro desde sus or¨ªgenes en el siglo XVII. Las glorias locales vivieron all¨ª grandes noches: desde Giacomo Puccini hasta Alfredo Catalani o anteriormente Luigi Bocherini, que acab¨® su vida en Madrid, todos respiraron el aire de la m¨²sica primero en Lucca.
Puccini, creador de La boh¨¨me, Tosca, Madama Butterfly o Turandot, genio que conect¨® los cables de la ¨®pera m¨¢s moderna inspirando gran parte de los musicales que hoy llenan teatros, es el m¨²sico luchesse omnipresente en la ciudad. Una plaza con su estatua le recuerda justo enfrente de la casa en que naci¨®, a escasos 50 metros del entorno de la iglesia de San Michele. Desde all¨ª, por una callejuela de apenas tres metros de anchura, sali¨® un d¨ªa el joven Puccini a comerse el mundo. Y a fe que lo consigui¨®.
GU?A PR?CTICA
Informaci¨®n- Prefijo telef¨®nico: 0039.- Oficina de turismo de Italia en Espa?a (www.enit.it).- Turismo de la regi¨®n Toscana (www.turismo.toscana.it).- www.regione.toscana.it.- Turismo de Lucca (0583 91 99 20; www.luccaturismo.it).- Turismo de Florencia (055 233 20; www.firenzeturismo.it).- www.chiantiturismo.it.- Turismo de Pisa (050 92 97 77; www.pisa.turismo.toscana.it).- Turismo de Siena (0577 422 09; www.terresiena.it).- Turismo de Arezzo (0575 239 52; www.apt.arezzo.it).
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