Un Buenos Aires primaveral
Compras, restaurantes y la espl¨¦ndida arquitectura de la ciudad
Viajar a Buenos Aires es someterse a un t¨²nel del tiempo de grandes contrastes. Metr¨®poli inmensa conocida por sus bares viejos, sus discotecas de vanguardia; ciudad ¨²nica por los porte?os y su pasi¨®n por el f¨²tbol, el psicoan¨¢lisis y el asado. Es ¨²nica por el ancho de su r¨ªo de aguas marrones, al que la ciudad da la espalda en toda su extensi¨®n, por la cantidad de teatro y espect¨¢culos de calidad que ofrece simult¨¢neamente, porque Buenos Aires no duerme, por sus parques y plazas cubiertos por enormes ¨¢rboles que crecen a la misma velocidad que sus ra¨ªces. Buenos Aires es ¨²nico gracias a Gardel, a Evita y a Borges; Buenos Aires tiene tango.
La visita evoca contrastes como la mirada de Marcos L¨®pez o Juan Travnik, grandes fot¨®grafos locales contempor¨¢neos. Ambos hablan en su trabajo de la melancol¨ªa rioplatense y de los opuestos que se perciben desde el mismo desembarco en el aeropuerto internacional de Ezeiza. La ciudad se puede visitar siguiendo su arquitectura, especialmente interesante desde los a?os treinta hasta hoy. Empezando por el primer rascacielos de Latinoam¨¦rica, el edificio Kavanagh, de S¨¢nchez, Lagos y De la Torre, del a?o 1935, maravilla de la construcci¨®n de la ¨¦poca, situado estrat¨¦gicamente en la plaza de San Mart¨ªn, y que representa uno de los s¨ªmbolos de la arquitectura emergente de la ¨¦poca y hoy nos sigue emocionando: su lobby, con cada detalle especialmente dise?ado, los ascensores y los diferentes tipos de apartamentos.
Vistas sobre el r¨ªo
Y sus contempor¨¢neos, el edificio de oficinas Comega, de Joselevich y Douillet, visita obligada a su restaurante, en la planta 19?, desde la cual se divisa la ciudad y el r¨ªo; o el edificio de oficinas Safico, de Walter Moll, de 1932, en la misma calle de Corrientes, con su entrada de m¨¢rmol y cerrajer¨ªa original de acero. Destacan asimismo en Buenos Aires las viviendas de los a?os cuarenta, de corte austero y algo racionalista, entre ellas, el edificio de Wladimiro Acosta, en Figueroa Alcorta 3.024, al que posteriormente se adosa con sabidur¨ªa un proyecto de Mario Roberto ?lvarez, maestro de la arquitectura internacional.
En la esquina de Posadas y Eduardo Schiaffino se levanta otro de sus proyectos, donde hoy reside. Y podemos pasar horas para verlo salir, tal vez, sin aburrirnos, contemplando los detalles y la forma en que se inserta en la ciudad, toda una lecci¨®n de buen hacer, con su planta baja que se encoge levemente para dibujar en el pavimento la esquina. A?os m¨¢s tarde, en el edificio Panedile, construy¨® con sabidur¨ªa la medianer¨ªa, multiplicando los metros de fachada en un sutil juego entre normativa y arquitectura de elegancia sin igual.
Buenos Aires es la ciudad en la cual la tipolog¨ªa residencial colectiva tiene posiblemente la mayor calidad del mundo, sea la de los a?os treinta o sesenta. Las torres del barrio de Belgrano resuelven, distanci¨¢ndose del suelo con jardines y juegos de transparencias, los l¨ªmites de lo p¨²blico y lo privado. La ciudad no incorpora plenamente el paisaje del horizonte del r¨ªo salvo desde los interiores de estas torres. Plantas bajas elegantes donde cada m¨ªnimo detalle est¨¢ dise?ado y pensado.
No podemos terminar el recorrido arquitect¨®nico sin comprobar la brutalidad de los hormigones de Clorindo Testa, en la Biblioteca Nacional y en el Banco de Londres, o una completa lecci¨®n de arquitectura visitando el teatro San Mart¨ªn, de Mario Roberto ?lvarez.
La propuesta gastron¨®mica ofrece m¨²ltiples opciones, desde la excelencia de la comida italiana, s¨®lo entendida desde la importante inmigraci¨®n de ese pa¨ªs. La tradicional carne de calidad en sus versiones de asado, y las fant¨¢sticas pasteler¨ªas-confiter¨ªas que invaden la ciudad con todas las variedades de alfajores: de maicena, rogelitos o cl¨¢sicos, nos aseguran el regreso con exceso de equipaje, as¨ª como la posibilidad de comprar literatura, las 24 horas del d¨ªa, en la calle de Corrientes o en la librer¨ªa Ateneo de la calle de Santa Fe.
Una parrillada
Para ver el r¨ªo podemos tomar una cerveza en el club de pescadores o comer una parrillada en La Nelli, del peque?o puerto de Vicente L¨®pez, o en La Dorita, de Palermo; y si la opci¨®n es m¨¢s urbana, la buena parrilla del centro ser¨¢ Arturito, con vistas al obelisco, en plena calle de Corrientes, hoy totalmente latinoamericanizada, cubierta de agresivos carteles publicitarios y comercio de baja calidad.
Una opci¨®n inolvidable ser¨¢ cenar en la planta 21? del Club Alem¨¢n, en el edificio de oficinas tambi¨¦n obra de Mario Roberto ?lvarez, o comer algo casero a cualquier hora del d¨ªa en Oui Oui, en la calle de Nicaragua 6.068; y para los m¨¢s gourmets, un men¨² a mediod¨ªa en el Rest¨® de la Sociedad Central de Arquitectos, en Montevideo 938.
En Palermo Soho, la oferta gastron¨®mica tambi¨¦n es interesante, pero nos dejamos seducir por el shopping a cielo abierto entre calles, con locales comerciales en los que encontrar mil opciones de lo m¨¢s fashion. Y no hay que olvidar la visita a la papeler¨ªa Palermo, en Honduras 4.945, o a Calma Chicha, en la misma calle. Los bares dise?ados y ambientados nos transportan al Soho de Nueva York, sin embargo, ser¨¢ m¨¢s aut¨¦ntica la velada en Hermann, en Armenia y Santa Fe, o en la Rotiser¨ªa Miramar, en San Juan y Sarandi, o en el caf¨¦ Florida Garden, en la peatonal calle de Florida, o un irresistible helado en Volta, donde est¨¢ incluida una variedad de helados light para los m¨¢s preocupados por mantener la l¨ªnea.
Para volver con alg¨²n icono del dise?o actual argentino, podemos comprar ropa o complementos del hogar de la ¨²ltima colecci¨®n de Tramando, en Rodr¨ªguez Pe?a 1.973, o un collar de Gabriela Capucci en la elegante Avenida de Alvear, un bolso de Nicola Constantini en la tienda del Museo Malba, o unas botas de cuero en Mishka de Palermo.
Volver con la frente marchita, recorrer con placer, calma y melancol¨ªa La Boca y el Riachuelo, con o sin niebla, caminar por San Juan y Boedo antiguo, entre Pompeya y m¨¢s all¨¢, o simplemente adivinar el parpadeo para ver la Luna rodando por Callao...
Buenos Aires tiene tango, Buenos Aires, te quiero.
- Ariadna Cantis es arquitecta, comisaria de la exposici¨®n de arquitectura madrile?a joven Madrid Freshforward.
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos- Prefijo telef¨®nico: 00 54 11.- Poblaci¨®n: Buenos Aires tiene unos tres millones de habitantes (12 con los suburbios).- Moneda: peso (un euro equivale a 4,50 pesos argentinos).C¨®mo ir- Iberia (902 40 05 00; www.iberia.com), Air Europa (902 40 15 01; www.aireuropa.com), Aerol¨ªneas Argentinas (900 95 57 47; www.aerolineasargentinas.es) y Air Comet (900 99 54 99; www.aircomet.com) vuelan directo a Buenos Aires desde Madrid. Ida y vuelta, a partir de 897 euros.- Catai (en agencias) es una de las mayoristas que ofrecen paquetes: vuelos y cuatro noches en hoteles de cuatro y cinco estrellas, desde 1.300 ?.Comer- La Nelly (47 94 44 66). J. B. Alberdi con R¨ªo de la Plata. Unos 15 euros.- Parrilla La Dorita (47 73 00 70; www.parrillaladorita.com.ar). Humbolt 1.905. Unos 15 euros.- Arturito (43 82 02 27).Corrientes 1.124. Menos de 10 euros.- Club Alem¨¢n (43 11 33 13; www.clubaleman.com.ar).Corrientes 327. Planta 21?. Unos 15 ?.- Oui Oui (47 78 96 14). Nicaragua 6.068. Palermo. Unos 10 euros.- Hermann (48 32 19 29). Santa Fe 3.902. Palermo. Menos de 10 euros.- Rotiser¨ªa Miramar (43 04 42 61). San Juan con Sarand¨ª. Palermo. Unos 10 ?.- Caf¨¦ de la SCA (48 13 23 75; www.socearq.org). Montevideo 938.Dormir- Home Buenos Aires (47 78 10 08; www.homebuenosaires.com). Honduras 5.860. Palermo. Doble, 84 ?. - Five Cool Rooms (52 35 55 55; www.fivebuenosaires.com). Honduras 4.742. Palermo. Desde 74 euros.Informaci¨®n- Turismo de Argentina en Espa?a (917 71 05 46; www.turismo.gov.ar).- www.ohbuenosaires.com.
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