Solidarios en el mar, enfrentados en tierra
Est¨¢n curtidos en el mismo y duro oficio: la pesca de arrastre en alta mar en el Mediterr¨¢neo. All¨ª han protagonizado sendas historias cargadas de humanidad y solidaridad que, por momentos, se tornaron en odiseas casi surrealistas: el rescate de inmigrantes a bordo de precarias lanchas a punto de naufragar. Son Jos¨¦ Dur¨¢ y Antonio L¨®pez, patrones de los pesqueros Francisco y Catalina y Corisco, respectivamente. El primero salv¨® en julio de 2006 a 51 inmigrantes frente a la costa de Malta; y el segundo recogi¨® a otros 50 a mediados del pasado mes de octubre frente a la costa de Libia.
Los dos patrones comparten tambi¨¦n la sede de sus embarcaciones, el puerto de Santa Pola. Pero hasta aqu¨ª el paralelismo entre Dur¨¢ y L¨®pez, dos precoces marinos que se echaron al mar apenas cumplidos los 16 a?os.
Ambos han evocado la experiencia vivida con el rescate de los inmigrantes en entrevistas por separado. Los dos pescadores, verdaderos samaritanos del mar -cumplieron a rajatabla el precepto cristiano de dar de beber al sediento, a¨²n a riesgo de poner en peligro sus vidas, la de su tripulaci¨®n y arruinar la campa?a de pesca- se ignoran en tierra. Las relaciones entre Dur¨¢ y L¨®pez son inexistentes a consecuencia de una vieja rencilla por motivos laborales. De hecho, no se dirigen la palabra.
Jos¨¦ Dur¨¢ y la tripulaci¨®n del Francisco y Catalina tuvieron que convivir con los n¨¢ufragos durante ocho ag¨®nicos d¨ªas, hasta que el Gobierno de Malta autoriz¨® al pesquero a desembarcar a los inmigrantes. Dur¨¢ destaca que, pese a esos d¨ªas angustiosos vividos a bordo, volver¨ªa a actuar de la misma manera. "Por encima de todo son personas", precisa. El marino, no obstante, reconoce la situaci¨®n de "extrema" necesidad de estas personas, que les lleva a lanzarse al mar en desvencijadas embarcaciones. Un viaje para el que pagan precios abusivos. Dur¨¢ tampoco olvida la recompensa que en forma de homenajes y distinciones han obtenido ¨¦l y su tripulaci¨®n, entre ellas, la Medalla de Oro de la Cruz Roja.
La odisea de L¨®pez y los marineros del Corisco fue m¨¢s corta, pero igual de intensa. El pesquero permaneci¨® varado a 30 millas de la costa de Libia durante dos d¨ªas, hasta que el Gobierno de Tr¨ªpoli accedi¨® al desembarco. El rescate del Corisco coincidi¨® con el cumplea?os de L¨®pez, con tres hijos. El patr¨®n resalta la presencia de tres menores entre los na¨²fragos: "Tres cr¨ªos que se iban a ahogar".
La vena solidaria de los pescadores de Santa Pola est¨¢ m¨¢s que acreditada en los ¨²ltimos meses. Hay un tercer pescador, Jos¨¦ Luis Sestayo, patr¨®n de Nuestra Madre Loreto. Esta embarcaci¨®n, propiedad de Jos¨¦ Dur¨¢, rescat¨® el pasado mes de junio a otros 26 inmigrantes que navegaban en una patera tambi¨¦n frente a las costas libias. Sestayo se hizo a la mar hace pocos d¨ªas y no regresar¨¢ hasta la pr¨®xima Navidad.
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