Zapatos y cintur¨®n
Observado en los aeropuertos: en los controles de seguridad, a las mujeres les molesta quitarse los zapatos; los hombres, en cambio, depositamos nuestra dignidad en el cintur¨®n. Es puro periodismo mir¨®n. Nada cient¨ªfico. Los hombres disciplinadamente nos deshacemos de la americana, el reloj, la cartera, las llaves, el tabaco... Hasta que llega el cintur¨®n y se desata la crisis. A esto no hay derecho, esto es indigno, etc¨¦tera. En cambio, las mujeres sit¨²an su indignaci¨®n en el momento de descalzarse.
Es una de las paradojas del puente a¨¦reo Madrid-Barcelona. Por falta de mundo, desconozco si se trata de una paradoja universal o meramente local. La segunda paradoja del puente a¨¦reo tiene que ver con la percepci¨®n. Cada vez hay m¨¢s ciudadanos (hombres y mujeres) a los dos lados del puente a¨¦reo con percepciones distintas sobre los mismos hechos. Lo que a unos les parece intolerable abandono, otros lo consideran inadmisible victimismo. Se estropean los trenes de Barcelona y se forman dos grupos: los tigres dicen que, claro, con tanto Estatut y tanta naci¨®n, es normal que los catalanes se despisten de lo b¨¢sico, los trenes. Los leones dicen que ahora se demuestra que el Estatut era corto y que hace falta la soberan¨ªa para decidir las inversiones. Hay un tercer grupo que dice: "Dios m¨ªo, dame paciencia. Paciencia con los tigres, con los leones y, sobre todo, con los trenes".
La tercera paradoja es medi¨¢tica: una mayor¨ªa de catalanes se informa con medios de comunicaci¨®n de ¨¢mbito catal¨¢n. En prensa, radio y televisi¨®n. Esos medios tienen unas referencias m¨¢s o menos comunes que son ignoradas por el resto de Espa?a, donde mucha gente se informa y forma su opini¨®n a trav¨¦s de medios que apenas se consumen en Catalu?a. Peri¨®dicos que son ¨¢vidamente devorados en los centros de poder de Madrid son irrelevantes en Catalu?a. El resultado es la incomunicaci¨®n. Pasa en las mejores familias. En la m¨ªa, sin ir m¨¢s lejos. Mi hija tiene cinco a?os y me pregunta.
-Pap¨¢, ?t¨² para qu¨¦ sirves?
-Yo, para nada. ?Y t¨²?
-Yo s¨¦ montar en bicicleta
-Yo tambi¨¦n s¨¦ montar en bicicleta.
-Ya.
Es un "ya" ni siquiera despectivo. Es un "ya" como el que se oye a los dos lados del puente a¨¦reo. Un "ya" que indica comunicaci¨®n no establecida. ?Reintentar? No.
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