Pasi¨®n y muerte a pie

Isla, la hija de Paula Radcliffe, tiene 10 meses. La pasi¨®n por la carrera a pie, por superar sus l¨ªmites, llev¨® a su madre, plusmarquista mundial de marat¨®n, campeona del mundo, a entrenarse cada d¨ªa hasta la v¨ªspera del parto, a volver a calzarse las zapatillas dos semanas despu¨¦s del nacimiento, a ganar ayer el marat¨®n de Nueva York. Ryan Shay, de Michigan, ten¨ªa 28 a?os. La pasi¨®n por el marat¨®n le llev¨® a desatender los consejos de los m¨¦dicos que le detectaron un coraz¨®n hipertrofiado a los 14 a?os. Sigui¨® entren¨¢ndose como un burro, se gan¨® la admiraci¨®n de todos por su capacidad de sufrimiento. Se cas¨® con otra apasionada de la carrera de resistencia. Muri¨® el s¨¢bado, muerte fulminante, en Central Park, en el kil¨®metro 10 de un marat¨®n que serv¨ªa para seleccionar a los tres estadounidenses que ir¨¢n a Pek¨ªn.

Hac¨ªa dos a?os que Radcliffe, inglesa, no corr¨ªa un marat¨®n, el que le vali¨® el Mundial de Helsinki. Antes, en oto?o de 2004, una primera victoria en Nueva York le sirvi¨® para superar la depresi¨®n tras no terminar el marat¨®n ol¨ªmpico de Atenas. La victoria de ayer -con un tiempo de 2h 23m 9s, casi ocho minutos m¨¢s lenta que su r¨¦cord mundial- le valdr¨¢ para cargarse de moral de cara a Pek¨ªn, para justificar su transformaci¨®n en cobaya para el experimento fisiol¨®gico en que consisti¨®, finalmente, su embarazo.

Era pr¨¢ctica en Alemania del Este pedir a algunas atletas que se quedaran embarazadas y forzarlas a abortar al cuarto mes para aprovechar los cambios hormonales en su cuerpo. La tenista b¨²lgara Sesil Karatantcheva dio positivo por nandrolona durante un Roland Garros. Durante la vista que le condujo a una suspensi¨®n de dos a?os en 2006, su defensa argument¨® que la elevada cantidad de nandrolona en su an¨¢lisis se deb¨ªa a un aborto reciente.

Evidentemente, Radcliffe no lleg¨® a tales extremos. Durante los primeros meses de embarazo corr¨ªa cuatro horas diarias en dos sesiones; despu¨¦s, redujo la carrera a una hora y lo complementaba con una bicicleta est¨¢tica, teniendo cuidado de no superar las 160 pulsaciones por minuto, y se someti¨® a un estricto control m¨¦dico, con ecograf¨ªas quincenales para comprobar que el feto no sufr¨ªa da?os, y regulares visitas al cardi¨®logo. Algunos fisi¨®logos se?alaron que despu¨¦s del parto se producir¨ªan en su cuerpo los mismos efectos que provoca el dopaje sangu¨ªneo o con EPO, que aumentar¨ªan los gl¨®bulos rojos, la capacidad de transportar ox¨ªgeno en la sangre, que eso mejorar¨ªa su rendimiento. Pero esos efectos, se?alaron otros expertos, s¨®lo permanecen en el organismo hasta tres o cuatro semanas despu¨¦s del nacimiento. Y Radcliffe, que ha debido superar sendas fracturas de estr¨¦s en el sacro y en un pie, reapareci¨® en septiembre pasado y con una derrota en un medio marat¨®n. La atleta ya hab¨ªa avanzado otra raz¨®n para su buen rendimiento: "Me siento feliz como madre. Y compito mejor".

El cardi¨®logo y genetista asturiano Eliecer Coto contaba recientemente c¨®mo hab¨ªan convencido a un chaval de 16 a?os y con un coraz¨®n demasiado grande para que dejara el f¨²tbol. "Ten¨ªa una pared de 27 mil¨ªmetros y al poco de dejarlo le baj¨® a 21. Esa hipertrofia afectaba a la capacidad de contraerse del m¨²sculo cardiaco y pod¨ªa ser causa de una muerte s¨²bita", contaba Coto. "Nos ayud¨® mucho el que los padres del chico fueran m¨¦dicos y comprendieran el peligro que corr¨ªa su hijo. Y recuerdo que en Italia las autoridades deportivas retiraron la licencia al nadador Domenico Fioravanti, doble campe¨®n ol¨ªmpico, por su hipertrofia".

En Estados Unidos, el pa¨ªs en el que los derechos individuales son sagrados, ninguna autoridad deportiva pod¨ªa prohibirle competir a Ryan Shay. Y su padre, que tambi¨¦n fue su entrenador, tampoco se lo impidi¨®.

El deporte, cualquier actividad que suba la frecuencia cardiaca y la fuerza con que el coraz¨®n deba contraerse para atender las necesidades de ox¨ªgeno de los m¨²sculos, est¨¢ contraindicado con la hipertrofia. Se cree que el problema principal es el aumento en la secreci¨®n de adrenalina. Y un coraz¨®n grande, con sus capacidades contr¨¢ctiles comprometidas, es candidato a generar una arritmia mortal. En abril, en su ¨²ltimo reconocimiento, un cardi¨®logo le advirti¨® a Shay, cuyo ritmo en reposo era baj¨ªsimo, inferior a 30 pulsaciones por minuto, que era candidato seguro a un marcapasos o a un desfibrilador implantable autom¨¢tico.

El marat¨®n masculino de Nueva York lo gan¨® el keniano Martin Lel (2h 9m 4s), quien, como en Londres, derrot¨® al marroqu¨ª Gumri.