El PP deja el 11-M en segundo plano

Menos de una semana ha durado el entusiasmo del Partido Popular con el asunto del 11-M. Ayer, tanto la c¨²pula de la llamada reuni¨®n de maitines como el Comit¨¦ de Direcci¨®n concluyeron que no es asunto prioritario para el primer partido de la oposici¨®n, seg¨²n aseguraron varios participantes en ambas reuniones. La posici¨®n la fij¨® Mariano Rajoy, y ah¨ª se va a quedar el partido, explican. De hecho, ?ngel Acebes esquiv¨® varias preguntas sobre este asunto en su rueda de prensa de ayer para impedir cualquier titular pol¨¦mico sobre los atentados.

Los populares deciden centrarse en difundir su propia alternativa

El mi¨¦rcoles Mariano Rajoy dio un espaldarazo a quienes, con Eduardo Zaplana al frente, han defendido a los medios de comunicaci¨®n que alentaban esa teor¨ªa de la conspiraci¨®n. "Apoyaremos cualquier investigaci¨®n, sin l¨ªmites", asegur¨® Rajoy. El propio Eduardo Zaplana se prodig¨® ese mismo d¨ªa en las televisiones y radios para asegurar que a¨²n hab¨ªa puntos oscuros en las investigaciones.

Miembros de maitines y del Comit¨¦ de Direcci¨®n y dirigentes del entorno de Mariano Rajoy explican que, en esas primeras horas, el l¨ªder quer¨ªa, sobre todo, apoyar a quienes, como Zaplana, han acertado en sus previsiones de que la sentencia dejar¨ªa abierta la v¨ªa sobre los autores intelectuales. Y, tambi¨¦n de forma prioritaria, quer¨ªa evitar la cr¨ªtica de los medios conservadores que alentaron la pol¨¦mica.

Sin embargo, tanto en maitines como en el Comit¨¦ de Direcci¨®n qued¨® ayer muy claro que el PP quiere acabar con el culebr¨®n del 11-M, seg¨²n varios de los presentes. En realidad, y dado que quien da la cara en este asunto es Zaplana, todo depende de sus apariciones. De momento, el portavoz no ser¨¢ hoy quien se enfrente al ministro del Interior, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, en una comparecencia sobre las consecuencias de la comisi¨®n de investigaci¨®n parlamentaria del 11-M. Ser¨¢ Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, portavoz adjunto, quien lleve el debate. Muy probablemente, Zaplana ni siquiera ofrecer¨¢ su tradicional rueda de prensa de los martes, aunque esto ya estaba previsto la semana pasada.

La decisi¨®n que se tom¨® ayer en maitines es que el PP s¨®lo hablar¨¢ del 11-M como reacci¨®n a los ataques socialistas. Los estrategas de la oposici¨®n creen que el PSOE ha bajado el tono de sus cr¨ªticas, y sostienen que ellos no van a ser quienes lleven el asunto al primer plano porque no les interesa. "Queremos hablar de los socavones del AVE y de nuestra alternativa", se?ala gr¨¢ficamente un diputado pr¨®ximo a Rajoy. "El jueves actuamos como reacci¨®n al PSOE, pero una vez fijada la posici¨®n de Rajoy, el asunto del 11-M debe quedar atr¨¢s", explica otro.

Mientras se tomaban estas decisiones de pasar p¨¢gina sobre el 11-M, el ex presidente del Gobierno y a¨²n presidente de honor del PP, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, present¨® en Madrid su libro Cartas a un joven espa?ol (Planeta) y, aunque no mencion¨® expresamente el 11-M, dej¨® una frase para la pol¨¦mica sobre la autor¨ªa intelectual del atentado, ya que homolog¨® a ETA y al terrorismo islamista: "En su vocaci¨®n totalitaria coinciden el terrorismo isl¨¢mico y el terrorismo etarra. Ambos terrorismos persiguen fines definidos, y siguen para ello una estrategia. Del mismo modo que alguien planifica los atentados de ETA, y decide cu¨¢ndo, d¨®nde y sobre qui¨¦n actuar, buscando hacer el mayor da?o posible, eso mismo ocurre en los atentados del terrorismo isl¨¢mico. Alguien tambi¨¦n planifica y decide cu¨¢ndo, d¨®nde y c¨®mo hacer el mayor da?o posible para alcanzar su objetivo de derrocar reg¨ªmenes democr¨¢ticos".

El ex presidente Aznar no se sali¨® de la doctrina oficial. Incluso copi¨® ideas de Mariano Rajoy, como la broma del marxismo de Zapatero -por seguir a Groucho Marx y su frase "¨¦stos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros"-. Escuch¨¢ndole estaban casi todos los dirigentes importantes del Partido Popular y empresarios como Luis Del Rivero (Sacyr-ValleHermoso). Pero el espaldarazo intelectual lo recibi¨® Aznar del historiador Stanley G. Payne, quien present¨® el texto con una idea: "Es un libro que hace falta en estos d¨ªas de incertidumbre y peligro".