Aza?a

Acabo de leer en EL PA?S del domingo 4 de noviembre las dos p¨¢ginas sobre la nueva edici¨®n de las Obras Completas de don Manuel Aza?a, con numerosos papeles y escritos in¨¦ditos. Felicito de todo coraz¨®n a las personas que han propiciado esta iniciativa, y tambi¨¦n a EL PA?S por su publicaci¨®n precisamente el d¨ªa en que se cumpl¨ªan 67 a?os de la muerte de quien no pudo soportar el dolor y la pena por haber tenido que vivir la guerra entre espa?oles y sus inmediatas consecuencias. Creo que Aza?a es un gran desconocido para los ciudadanos de este pa¨ªs y, sin embargo, su pensamiento pol¨ªtico y su concepto de la gesti¨®n p¨²blica no ha sido, en mi opini¨®n, superado. Es cierto que ten¨ªa pocos diputados en las Cortes, pero Aza?a ten¨ªa la palabra. Con ella ense?aba, con ella consolaba, con ella convenc¨ªa... Aunque parece ser dej¨® dicho que no se le moviera de su tumba de Montauban, tengo para m¨ª que no se opondr¨ªa a una iniciativa gubernamental para que sus restos fueran trasladados a la tierra donde naci¨®. No se opondr¨ªa quien escribi¨®, en junio de 1938, refiri¨¦ndose a Espa?a: "Es, sin duda, la entidad m¨¢s cuantiosa de mi vida moral... Me siento vivir en ella, expresado por ella, y, si puedo decirlo as¨ª, indiviso...".