Una nueva y fr¨¢gil alianza transatl¨¢ntica
Al calor de la reciente visita del presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, George Bush se propone ahora agasajar a la canciller alemana, Angela Merkel, que llega hoy al rancho del presidente norteamericano en Crawford (Tejas) para culminar una semana en la que Estados Unidos ha olvidado viejos rencores y ha reconstruido su alianza con lo que hasta hace poco despreciaba como la Vieja Europa.
Pocas veces se ha visto a Bush tan interesado en demostrar su afecto por alguien. Abrazos, sonrisas, cenas de gala, visitas al hogar familiar, todo lo que haga falta para dejar claro que los hijos pr¨®digos son bienvenidos. "?ste es el tipo de gente con la que me gusta trabajar", le dijo el mi¨¦rcoles a Sarkozy en la mansi¨®n de George Washington. Todos esos gestos ponen, por supuesto, en evidencia, que EE UU y los principales pa¨ªses de Europa han restablecido, despu¨¦s de las turbulencias por la guerra de Irak, su capacidad para afrontar juntos los grandes desaf¨ªos en Ir¨¢n, L¨ªbano o Pakist¨¢n, lo cual es importante para la seguridad internacional.
Bush recibe hoy en su rancho de Tejas a la canciller Angela Merkel
Washington no da se?ales reales de acceder a algunas exigencias europeas
Pero ninguno de esos gestos puede ocultar las limitaciones de esta nueva alianza y las grandes discrepancias a¨²n no resueltas. "Mi c¨¢lculo es que esta nueva fase en las relaciones transatl¨¢nticas consistir¨¢ en c¨¢lidas palabras, peque?os pasos y una actitud de espera hasta que un nuevo presidente llegue a la Casa Blanca", afirma Samuel Wells, director asociado del Centro Woodrow Wilson.
Esta nueva fase ha llegado, antes que nada, por los cambios de Gobierno tanto en Francia como en Alemania, pero tambi¨¦n por el reconocimiento por parte de la Administraci¨®n norteamericana de que se equivoc¨® al actuar unilateralmente en Irak. "La Administraci¨®n de Bush ha comprendido finalmente que unas mejores relaciones con Europa es una buena cosa para Estados Unidos", asegura James Goldgeier, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad George Washington.
Ya lo dijo Sarkozy ante el Congreso: "Conf¨ªen en Europa. En este mundo inestable y peligroso, Estados Unidos necesita a una Europa fuerte y decidida".
"Estados Unidos tiene problemas en Irak, tiene problemas con Ir¨¢n, tiene problemas en Afganist¨¢n, etc., etc.", opina Jeremy Shapiro, director de Investigaci¨®n del Centro Estados Unidos y Europa de la Brookings Institution, "lo que significa que EE UU est¨¢ muy ocupado y muy necesitado de ayuda. Si la guerra de Irak acabara la pr¨®xima semana, las relaciones entre EE UU y Francia empeorar¨ªan de inmediato. Pero ese riesgo, francamente, no existe".
Pese a esa urgente necesidad de ayuda europea, la Administraci¨®n norteamericana no da muchas se?ales reales de estar dispuesta a acceder a algunas exigencias europeas, ni en Irak ni en relaci¨®n con el cambio clim¨¢tico ni en algunos otros aspectos importantes de su pol¨ªtica econ¨®mica y su actuaci¨®n en organismos internacionales. "Yo no creo que Bush vaya a hacer cambios serios de su pol¨ªtica para favorecer la cooperaci¨®n con Europa", augura Samuel Wells.
La pr¨®xima prueba importante en ese sentido llegar¨¢ este fin de semana, cuando se podr¨¢ comprobar si Bush se ha aproximado algo a las tesis sobre cambio clim¨¢tico que defiende Alemania y que provocaron un choque entre los dos pa¨ªses en la ¨²ltima cumbre del G-8.
Pese a todo, como dice Jeremy Shapiro, "las relaciones entre EE UU y Alemania, aunque bajo fuerte tensi¨®n, avanzan por un camino m¨¢s s¨®lido". Mientras que las relaciones con Francia, aunque, como advierte Nile Gardiner, director del Centro Margaret Thatcher de la Heritage Foundation, "en el fondo no van a cambiar de forma notable", van a disfrutar de un periodo de amistad personal entre Bush y Sarkozy.
Todo eso deja en una situaci¨®n algo inc¨®moda al Gobierno espa?ol, que hasta ahora pod¨ªa justificar sus malas relaciones con la Casa Blanca por la tensi¨®n general con el conjunto de Europa. "Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero se ha quedado aislado de Europa. Probablemente ahora es la mayor espina que le queda clavada a Bush", cree Nile Gardiner.
Pese a esas discrepancias personales, Samuel Wells, no cree que, a medio plazo, sufra el lugar que Espa?a ocupa en la pol¨ªtica exterior norteamericana. "Su papel en la OTAN, su participaci¨®n en Afganist¨¢n y los esfuerzos ejemplares durante muchos a?os de Javier Solana le dan a Espa?a la reputaci¨®n de ser un gran aliado de Estados Unidos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.